203 años de Fuerzas del Mar

«Nos invade el entusiasmo ante la firme posibilidad de la incorporación de patrulleros costeros y oceánicos»

«Señor Presidente: nos invade el entusiasmo ante la firme posibilidad de la incorporación de patrulleros costeros, y fundamentalmente de patrulleros oceánicos que tanto necesita nuestro país,  y que nos permita estar presentes y proteger la pradera azul», enfatizó el comandante de las Fuerzas de Mar, capitán de Navío Francisco Risso, en su discurso con motivo del 203 aniversario de ese comando de la Armada Nacional.
Acto por aniversario de las Fuerzas del Mar

En el área naval del puerto -Tte. de navío Carlos Macchitelli-, se realizó el acto por el 203 aniversario de las Fuerzas de Mar, al cuál asistieron el presidente Luis Lacalle Pou, el ministro de Defensa Javier García, el subsecretario Rivera Elgue, el comandante de la Armada Nacional, almirante Jorge Wilson; el secretario de la Presidencia, Álvaro Delgado, autoridades de la Armada y el puerto de Montevideo.

El comando de las Fuerzas de Mar, es el encargado de ejercer la soberanía en las aguas de jurisdicción nacional, asegurando el cumplimiento de las leyes naciones y convenios internacionales aprobados por la República, colabora en la protección y desarrollo de los intereses marítimos nacionales en misiones que requieren la seguridad y defensa, y asegura las líneas de comunicación marítima en las zonas de interés para la República, entre otras responsabilidades.

En su discurso el comandante de las Fuerzas de Mar, capitán de Navío Risso, hizo referencia a los  orígenes de las Fuerzas de Mar, señalando que «un 21 de agosto de 1818 el Gral. José Artigas encomendaba a Pedro Campbell la misión de reorganizar y comandar las fuerzas navales para hacerse a la mar y contribuir al éxito de la gesta independentista de nuestra patria, complementando la lucha en los mares del mundo, que se había iniciado un año antes, el 15 de noviembre de 1817 cuando expidió la primera patente de corso en el campamento de Purificación».

Posteriormente destacó «a principio del siglo XX en los albores del Uruguay marítimo la construcción del cruce de Uruguay en 1910. El Capitán Miranda en 1930, y los guardacostas construidos en Italia en 1935».

«Los destructores escolta, en el contexto del nuevo orden mundial establecido en la Segunda Guerra Mundial. A fines del siglo XX se incorporaron una cantidad de buques sin precedentes para nuestra Armada, destacándose la fragata Classic General Artigas, y los barreminas clase Temerario que permitieron actualizar nuestra doctrina y procedimientos, entre otros buques», precisó.

Señaló el trabajo hidrográfico del Rou Oyarbide «que permitió a nuestro país reclamar soberanía sobre la plataforma continental. Hoy en día, nuestra jurisdicción marítima supera ampliamente la extensión de la superficie terrestre, en nuestras aguas se desarrollan actividades comerciales, turísticas y científicas que generan ingresos y fuentes de trabajo para muchos compatriotas. Además, existe un enorme potencial en el mar, y ¿por qué no llamarlo nuestra pradera azul? Fuente de recursos vivos y no vivos, del lecho y de subsuelo marino, de energías renovables que permiten la obtención de hidrógeno verde, entre otros y a su vez, campo fértil para el desarrollo de actividades científicas, económicas y sociales», subrayó.

Risso explicó que «la preservación del medioambiente, y la declaración de áreas marinas protegidas son desafíos globales, claves para la llamada «economía azul», que promueve la prosperidad económica, la inclusión social y el nuevo concepto de la seguridad humana.  La seguridad marítima: otro desafío global, busca responder a fenómenos como la piratería, el terrorismo marítimo, el tráfico de drogas en el mar y la pesca ilegal. En este contexto, los buques de la Armada Nacional son la manifestación visible de la autoridad del Estado uruguayo en el mar, pilar fundamental de la gobernanza marítima», sostuvo.

Indicó que en este último año, «nuestros buques completaron las siguientes misiones ejerciendo la autoridad del Estado en el mar, apoyo a la comunidad científica en nuestra Zona Económica Exclusiva, instrucción de alumnos y aspirantes de la Escuela Naval, control de aguas jurisdiccionales, balizamiento de nuestras vías navegables para asegurar la seguridad de la navegación, los relevos de los fareros de Isla de Flores, y respondieron a ocho incidentes de búsqueda y rescate en el mar con ocho personas asistidas y cuatro personas rescatadas».

Agregó que «mes a mes realizamos operaciones de control de frontera junto a unidades del Comando de Infantería Marina y el Comando de Aviación Naval cuyos pabellones hoy nos acompañan, y de la Prefectura Nacional Naval. Pero nada de esto sería posible sin el apoyo de las unidades de la Armada Nacional que colaboran para que podamos zarpar y cumplir nuestra misión con seguridad con buques que promedian los 50 años de antigüedad de orígenes muy diversos cuya tecnología de sensores, armas, plantas propulsoras se encuentran discontinuadas. Esta situación representa un enorme desafío para esta fuerza ya que la obsolescencia del material y la falta de repuestos en plaza hace las reparaciones cada vez más frecuentes y onerosas, y nos exigen profesionalismo, ingenio y eficiencia en la ejecución de los recursos presupuestales disponibles», puntualizó.
 

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