Presupuesto
Materiales didácticos
Crear un presupuesto personal, donde diferenciar nuestros ingresos de nuestros gastos.
El presupuesto es una herramienta básica para planificar nuestras finanzas, visualizar nuestros gastos, conseguir ahorrar y poder tomar mejores decisiones para nuestro bienestar. Nos permite tener un control de gastos, saber de cuánto dinero disponemos para nuestros gastos y realizar ajustes en función de nuestras metas financieras. Para ello podemos empezar por identificar y registrar nuestros ingresos y nuestros gastos, teniendo en cuenta los siguientes “tips”.
1. Identificar nuestros ingresos:
Nuestros ingresos pueden provenir de diferentes fuentes y los podemos categorizar en las siguientes formas. Los ingresos dependen de cada situación personal, es importante que podamos identificarlos y registrarlos en nuestro presupuesto, para que podamos relacionarlos con nuestros gastos.
- Ingresos salariales: estos ingresos surgen de las relaciones laborales en condición de dependencia. Pueden recibirse con distinta frecuencia: (diaria, semanal, quincenal o mensual) Es importante registrar todos los ingresos, los que se repiten y los que son variables, como aguinaldos, propinas, sueldos extras.
- Ingresos de trabajos independientes: provienen de actividades que realizamos por cuenta propia, de forma independiente, o sea sin tener relación de dependencia con otra empresa.
- Transferencias del Estado: partidas monetarias recibidas por prestaciones sociales que otorga el Estado, como Asignaciones Familiares, partidas por alimentación, pensiones, seguros de desempleo, entre otras.
- Transferencias intrafamiliares: mesadas, regalos, remesas desde el exterior u otros apoyos monetarios intrafamiliares. Acuerdos intrafamiliares respecto a cobertura de gastos cotidianos.
- Otros ingresos: trabajos puntuales, alquileres recibidos, ingresos por rentas, intereses, dividendos.
2. Identificar nuestros gastos:
Los gastos refieren a las salidas de dinero que generamos, los mismos podemos diferenciarlos entre gastos fijos, gastos variables y también identificar los llamados “gastos hormiga”.
Fijos
Los gastos fijos corresponden a aquellos que tienen presencia previsible y relativamente constante en el presupuesto. Son aquellos gastos que identificamos como “necesarios” y que se repiten cada cierto tiempo (semanalmente, mensualmente, anualmente) por lo que se suele llevar un registro de los mismos.
Son gastos que pueden modificarse en función de nuestra realidad y de nuestras prioridades, pero que se repiten por determinado período de tiempo. Pueden ser por ejemplo: servicios de telefonía, gastos de electricidad y consumo de agua, alquiler, contribución inmobiliaria, etc. Y también pueden estar relacionados a prioridades que definimos en determinado período de nuestra vida como por ejemplo: cuota de club deportivo, institución educativa, abono cultural.
Variables
Los gastos variables, como indica su nombre, pueden variar de un mes a otro, se modifican en función de nuestras decisiones financieras cotidianas, pueden generarse en algún momento específico no perdurando en el tiempo. Algunos de estos gastos pueden ser planificados y otros imprevistos, de acuerdo a tus necesidades y obligaciones. Pueden ser por ejemplo: regalos de cumpleaños, entradas para espectáculos, salir a comer.
Debemos tener en cuenta que los gastos, tanto fijos como variables, se categorizan de acuerdo a las necesidades de cada persona, al momento en que nos encontramos y a las decisiones financieras que tomamos. La diferenciación entre fijos y variables no tiene que ver con el monto, sino simplemente con el interés de cada persona y la prioridad que establezca en sus gastos.
Gastos hormiga
Estos son gastos regulares y de poco monto que hacemos de manera automática. Esto los convierte en gastos que pasan desapercibidos, pero que impactan en nuestra capacidad de ahorro. Si sumamos todos estos gastos y logramos visualizarlos de forma mensual y/o anual podríamos darnos cuenta que es un monto considerable que implica una parte de nuestros ingresos que podrían destinarse al ahorro. Por esta razón es importante que podamos identificarlos y en función de eso tomar decisiones en nuestro presupuesto. Estos gastos se relacionan por ejemplo al consumo de golosinas diarios.
Además los gastos se clasifican en:
- Obligatorios: son gastos que nos comprometimos a pagar, ya sea para contar con un servicio o cuando asumimos un crédito o un préstamo. Esto implica que si se dejan de pagar pueden generar problemas legales: desalojos, multas, sobrecostos, endeudamiento, etc.
- Necesarios: corresponden a gastos que es posible disminuir o eliminar en nuestro presupuesto, que están relacionados con nuestro estilo de vida y que en el caso de decidir recortarlos redundaría en una pérdida de calidad de vida. Por ejemplo, recortar de nuestro presupuesto el costo de las actividades deportivas.
- Secundarios: estos gastos son aquellos que podríamos disminuir o suprimir sin generar importantes pérdidas de bienestar individual o familiar. Por ejemplo: reducir las salidas, renunciar a abonos culturales y/o renunciar a plataformas virtuales con costo.
La diferencia entre gastos necesarios y secundarios es subjetiva y depende de cada situación personal, de nuestros ingresos, nuestras necesidades y de las condiciones de consumo de bienes y servicios. Cada persona define sus prioridades y en función de eso ajusta su presupuesto según los objetivos financieros que se proponga.
Algunos tips para empezar a armar tu presupuesto personal:
El presupuesto consiste en registrar periódicamente todos nuestros ingresos y gastos.
Es una herramienta útil para conocer nuestra situación financiera actual y poder tomar mejores decisiones a futuro.
La clave del presupuesto es comparar nuestros ingresos con nuestros gastos en el mismo período de tiempo (mensual, quincenal) y proyectar esa comparación a futuro.
La planificación financiera consiste en tener una idea aproximada de cómo será la relación entre nuestros ingresos y nuestros gastos en los próximos meses.
Si en determinado período los ingresos son mayores a los gastos podremos generar un ahorro.
El ahorro podremos usarlo en otro período para hacer frente a nuevas necesidades o gastos imprevistos. Así como para alcanzar alguna meta financiera que nos propongamos.
Si el ahorro de ese mes no se utiliza podremos acumularlo con los ahorros que se generen en períodos sucesivos.
Si nuestros gastos superan los ingresos significa que nos estamos endeudando.
Las decisiones que tomamos hoy como contratar un servicio, solicitar un crédito o un préstamo, invertir; impactarán en nuestra situación financiera a futuro.