Fiebre Equina de Potomac

Brotes de Fiebre Equina de Potomac en equinos (Churrido equino)

COMUNICADO OFICIAL DE DILAVE/MGAP - UNIDAD DE REGISTROS DE DIAGNOSTICO Y ANALISIS (UNIRADD) - En febrero y marzo se detectaron brotes de Fiebre Equina de Potomac (“Churrido”) en equinos en la Laguna Merín y, por primera vez, en el arroyo Salsipuedes (Río Negro). Este es el primer registro de la enfermedad fuera de la Laguna Merín, donde los casos ocurren todos los veranos desde el siglo XIX. Los casos fueron confirmados por estudios patológicos y moleculares del laboratorio oficial de DILAVE.


En el brote de Salsipuedes, se vieron afectados seis de un total de 16 equinos, de distintas categorías. Los signos observados fueron diarrea "en arco", fiebre, cólico, deshidratación, depresión y muerte. 

El diagnóstico presuntivo se basa en la presencia de signos clínicos típicos y aspectos epidemiológicos y geográficos. Para un diagnóstico definitivo, es esencial detectar la presencia de N. risticii en sangre o heces de los caballos afectados

El tratamiento temprano con antibióticos específicos es efectivo; por lo tanto, ante la primera sospecha, se debe consultar inmediatamente a un profesional veterinario para evitar el sufrimiento y la muerte de los equinos.

Es Importante destacar que esta enfermedad no representa una zoonosis ni afecta el comercio internacional de equinos. 

¿Qué es el Churrido equino?

La Fiebre Equina del Potomac o Churrido equino, es enfermedad letal de los equinos causada por una bacteria intracelular obligada denominada Neorickettsia (Ehrlichia) risticii 

Esta rara enfermedad tiene un patrón estacional y geográfico muy marcado y alta letalidad. Cada año enferman de Churrido en la zona endémica de la Laguna Merín entre 50 y 200 equinos.

El ciclo de la Fiebre Equina de Potomac es complejo e involucra a la bacteria Neorickettsia risticii, que se desarrolla en parásitos digéneos (trematodos) presentes en caracoles e insectos acuáticos. Estos pueden ser ingeridos accidentalmente por los equinos al pastar o beber agua contaminada en zonas húmedas. Los caballos actúan como hospedadores terminales, desarrollando la enfermedad tras un período de incubación de 10-16 días. Su distribución depende de ecosistemas con humedales, ríos y lagunas donde habitan estos vectores.

Las manifestaciones clínicas más comunes de la Fiebre Equina de Potomac incluyen apatía, fiebre y diarrea, que comienza pastosa y luego se vuelve acuosa y profusa, ensuciando la cola, perineo y garrones. Los equinos pueden desarrollar íleo-paralítico, cólico y edema subcutáneo en el abdomen, prepucio y miembros posteriores debido a la hipoalbuminemia. En hasta un 25% de los casos, se presenta laminitis con rotación de la tercera falange, afectando los cuatro miembros o, con menos frecuencia, solo los anteriores.

Recuerde: ante cualquier sospecha consulte a un veterinario, el tratamiento temprano es efectivo.

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