Bajo el impulso de tecnologías aplicadas, en los últimos 10 años la productividad en el agro creció 3% anual

El Coordinador del Área de Estudios Económicos de Opypa-MGAP, Ing. Agr. José E. Bervejillo, presentó un análisis sobre los desafíos metodológicos de la evaluación del impacto económico de las actividades de investigación, desarrollo e innovación (I+D+i) en el sector agropecuario. El trabajo está publicado en la Serie Técnica de INIA 227 y se enmarcan en el convenio que firmó INIA con MGAP en 2013. 

Se trata de responder a la pregunta sobre cómo evaluar el esfuerzo que hace el país en I+D+i agropecuaria, y cuál es la relación entre la generación y difusión de nuevas tecnologías y el crecimiento de la productividad del sector.

Bervejillo señaló que el país hace un esfuerzo público enorme en I+D+i. El total invertido por año es aproximadamente 1,6% del PIB agropecuario. INIA es el principal actor, con el 64% del gasto, seguido por la UdelaR con 23%, ANII con 5% y otros organismos públicos y dependencias del MGAP 9%. El desafío es poder relacionar este gasto con el crecimiento de la productividad, cosa que debe hacerse teniendo en cuenta factores como la atribución de los beneficios a los agentes correspondientes, los efectos de desborde por ejemplo provenientes de países vecinos, el tiempo que transcurre entre la investigación y la adopción, y la capacidad innovadora de los productores individuales. 

“El esfuerzo involucra a muchos actores e insumos y es de largo plazo, no tiene sentido si se analiza en el corto plazo”, aseguró.

En ese contexto, explicó que la productividad en el agro creció 3% anual en los últimos 10 años debido en parte a la inversión en nuevas tecnologías, y desde el año 1980 hasta el 2013 creció 1.9% anual.

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