Diálogo nacional sobre seguridad social

            Desde el mes de diciembre 2006 se viene trabajando en la iniciativa del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, aprobada en el organismo de coordinación que funciona en la órbita de la Oficina de Planeamiento
  y Presupuesto- OPP, acerca del la realización durante el año 2007 de un gran diálogo nacional sobre seguridad social en su globalidad. El presidente lo ratificó en su discurso del 2 de marzo.
 
La sociedad actual, con cambios importantes, genera contradicciones. Significa que vive, que no es anodina. Resulta imprescindible que las diversidades políticas, económicas, sociales y culturales sean canalizadas evitando de tal forma exclusiones y/o fragmentaciones sociales. Insistir en el diálogo articulador de esas múltiples identidades es sustancial. Máxime en un tema que nos abarca a todos los uruguayos. Ello explica la convocatoria anunciada.
            Corría el año 1979. Los cívicos militares de la época se reunían en los cuarteles, o en hoteles: el Nirvana y el Solís. Finalizaban las reuniones y venían los lapidarios anuncios de futuros desastres. Tristes personajes aquellos, que escuchándose a sí mismo, creyendo que los uruguayos éramos estúpidos, disfrazaron la brutal y sangrienta dictadura utilizando el elíptico concepto de que modificaban la seguridad social en la "soledad del gabinete, libre de las influencias sociales". Así lo expresaron en el Acto Institucional N. 9 modificativo del sistema.
           
En 1995,

otro era el hotel: el Victoria Plaza. Estábamos en plena democracia. Nuevamente se reforma el sistema. Obviamente no fue monólogo como 16 años atrás, pero si planteo soberbio, autosuficiente. El gobierno de la época creía que no valía la pena convocar a la sociedad. De convocatoria seria estamos hablando y no parodia de participación, como se hizo.
A diferencia de este coloquio que se convoca, en el que participarán no sólo el sistema político, sino además ciudadanos, organizaciones sociales varias, escuchando diversidad de posiciones, fomentando la tolerancia, el pluralismo, y por supuesto el diálogo. No es otra cosa que consolidar formas de hacer Política, cada vez más necesarias, ante ciertos embates de aquellos que basados en sus intereses fomentan el descreimiento y tratan de desprestigiarla y tornarla en mala palabra. Se trata de profundizar los ámbitos democráticos donde puedan confrontarse pacíficamente los diversos proyectos políticos. Dicho en otras palabras: "entre mis ideas y las del otro es necesario establecer una conexión que concilie de manera flexible ambas posiciones".
            Nos viene a la memoria Sócrates que no escribió y prefirió concentrarse en la conversación con sus discípulos. Quizás, porque al igual que otro grande, Platón, entendía que el discurso escrito no permitía responder con fluidez a quien formulara cuestionamientos, ni tampoco elegir a sus interlocutores, debilitando así  la imprescindible confianza que requiere el intercambio con el otro, requisito esencial para el diálogo.
Y no referimos sólo a individuos sino fundamentalmente, a múltiples organizaciones políticas, sociales y culturales, esto es: partidos, sindicatos, empresarios que promueven legítimamente, sus propios puntos de vista.
Es en este entorno que saludamos las jornadas de debate anunciadas por el PIT – CNT y la ONAJPU sobre temas jubilatorios. Sin duda aportarán insumos para ese gran diálogo nacional convocado por el gobierno.
Esa es nuestra forma de encarar el tema. Un deber ético-político para escuchar a los diversos interlocutores sin que renuncien a ejercer la crítica y desterrando a la vez el dogmatismo.
Dr. Jorge R. Bruni.
Subsecretario de Trabajo y Seguridad Social.