Loustaunau: "Adaptación no significa renunciar a niguno de los derechos fundamentales"

Subsecretario en panel tripartito de comentarios sobre informe “Trabajar para un futuro más prometedor”
El viernes 15 de marzo, en el Paraninfo de la Universidad de la República, se desarrolló el seminario Análisis y comentarios al Informe de la Comisión Mundial “Trabajar para un futuro más prometedor”, organizado por el Instituto de Derecho del Trabajo y la Seguridad Social de la Universidad de la República, en el marco de las actividades conmemorativas que se desarrollan en Uruguay por el centenario de la Organización Internacional del Trabajo.

El subsecretario del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, Nelson Loustaunau, integró el panel tripartito de comentarios, junto a Abigail Puig del Pit-Cnt y Sebastián Pérez de la Cámara de Industrias del Uruguay, con la moderación de Jorge Rosenbaum.

En el inicio de su análisis sobre el informe, Loustaunau resaltó que no se debería hablar de trabajo del futuro: "Tenemos que ponernos a hablar del trabajo del presente. Porque de lo que estamos hablando es de lo que nos está ocurriendo día a día en nuestros trabajos. Son nuestras realidades. El trabajo digital no es un invento".

Asimismo se refirió a la importancia del involucramiento en la formación permanente por parte de todos los actores del mundo del trabajo, al rol del diálogo social para afrontar nuevas realidades y a la adaptación "que no significa renunciar a ninguno de los derechos fundamentales". 

A continuación se publica la transcripción completa de su intervención:

"Buenos días para todos y para todas. Yo soy parte de esta Casa de Estudios y me produce la misma emoción que al resto de mis compañeros hablar desde aquí. Porque este es el corazón de nuestra universidad y es el corazón de las reflexiones. Este es un ejemplo más de que la universidad no está lejos de los problemas de la sociedad. Este es un problema de nuestra vida contemporánea. Creo que cometemos un error, y lo he reiterado últimamente, no hablemos más del trabajo del futuro. Tenemos que ponernos a hablar del trabajo del presente. Porque de lo que estamos hablando es de lo que nos está ocurriendo día a día en nuestros trabajos. Son nuestras realidades. El trabajo digital no es un invento. No son los Supersónicos que mirábamos en los dibujitos animados en mi generación. Los Supersónicos, señores, están entre nosotros. Entonces vamos a partir de la base que de lo que hablamos es de hoy, no es del futuro. Porque hoy necesariamente va a incidir en el mañana. Entonces necesitamos ordenar el hoy, ese es el problema central.

Pero claro, este es un panel de diálogo social y es una de las cosas que más releva o las que pone como más trascendente este informe. Hay cuatro o cinco aspectos centrales que cruzan el informe de la OIT. Uno de los aspectos centrales que cruzan el informe, a mí juicio, es la permanente referencia al diálogo social. Ese diálogo social que para los demás es tan extraño y es tan natural a la sociedad uruguaya. Ese diálogo social y con absoluta libertad se produce en esta mesa, en la que con absoluta libertad estamos participando todos. Y en el cual podemos consentir o disentir con la más absoluta libertad. Pero claro, se trata de esta clase de panel de diálogo social, y naturalmente tengo que reaccionar ante tres o cuatro cosas para así reservarme para el final algunos minutos para mencionar algunos puntos que me llaman la atención del informe.

En primer lugar el informe toca los convenios fundamentales, aquellos derechos por los cuales la misma OIT ha peleado durante 100 años, claro que habla de negociación colectiva, claro que habla de no más trabajo forzoso, claro que habla de protección y desaparición del trabajo infantil, entre otras tantas cosas.

Pero claro se posiciona en una nueva realidad, en una realidad donde se nos plantea un plan de trabajo que apunta al reconocimiento del derecho a la formación permanente, que ninguno de los participantes a lo largo de la mañana ha dejado de sostener, la importancia de este derecho que ya está entre nosotros. Y no es un derecho exclusivo del Estado, y no es solamente el Estado el que debe tener la fase conductora de este derecho. El planteo que está en el fondo de este informe no es solamente un problema de liderazgo desde el Estado, no es que se haga cargo únicamente el Estado, es un problema del liderazgo del Estado y de los interlocutores sociales. Los interlocutores sociales tienen tanta importancia en este negocio como el Estado. La obligación de formar no es solamente del Estado. Esta obligación de formar permanente, esta necesidad de este mundo de formación permanente también radica en los sindicatos y en los empleadores. Reedita desde el punto de vista doctrinario alguna discusión de alguna tesis de algunos compañeros de años atrás que se referían a este tema. Me parece que esto no es menor, señores. Claro que es el centro. Y esa formación necesariamente requiere de un acompañamiento. Pero ese acompañamiento no puede ser solamente en el salto de la educación curricular al trabajo. Miren, hace algunos años tuve una invitación del gobierno coreano. El nivel de estudios es muy alto. Y el gobierno coreano debió crear un instituto que permita a las personas a adaptarse desde su mundo universitario a la realidad, de tan alta que era su formación. Veamos que ese es el problema de fondo, pero veamos que es un problema de todos. El compromiso que se debe resolver de una sola manera, como lo ha patrocinado la propia OIT durante sus 100 años de vida, que es mediante el diálogo social. Necesitamos del diálogo social. Cada vez necesitamos profundizar más el diálogo social. Y sostener los derechos básicos que han hecho liderar a esta organización durante este siglo en el mundo del trabajo.

Adviertan que no alcanza con decir quién va a liderar y escoger los mejores líderes, el proceso de "lideración" (por decirlo de alguna manera y disculpen el disparate lingüístico), el proceso de liderar esta situación es de responsabilidad social, es de responsabilidad de todos los componentes de la sociedad.

Segundo punto que trata este informe y que se ata fuertemente a todos los convenios fundamentales. Atención, tenemos una garantía universal laboral. Tenemos una tanda derechos que ha discutido durante tantos siglos la Humanidad que ha llevado tanto tiempo, tanto esfuerzo su reconocimiento que de alguna manera tenemos que re garantizarlos, re valorarlos. Y eso no significa disminución de ninguno de esos derechos, sino adecuación, adecuación. Y lo plantea el propio informe cuando lo lleva por ejemplo al tema del tiempo del trabajo. El tiempo del trabajo que frente a las nuevas tecnologías es como una cosa bastante compleja de ver, a veces hasta se vuelve gelatinoso, uno lo puede encontrar o le cuesta encontrar el límite, pero también el informe reconoce el derecho a la desconexión. Y el derecho a la desconexión no es más ni menos que recordar el límite de nuestra ley más que centenaria en materia de limitación de la jornada. No estamos hablando de un mundo tan adverso a la tecnología y estamos hablando necesariamente de esa adaptación que no significa renunciar a ninguno de los derechos fundamentales.

Otro tema central en juego y que forma parte de la esencia de la propia organización y de los mandantes, que es el tema del salario. Aquí necesariamente tengo que hacer referencia al tema de la negociación colectiva. Señores, en el Uruguay, la Ley 10.449 no se inventó a través de los gobiernos del Frente Amplio, estamos hablando de 1943, viene de un gobierno del Partido Colorado. Y ese régimen es el régimen autóctono de fijación de salarios y que responde, aunque les parezca mentira, a prácticas que se hacían en Inglaterra, en Australia, en Nueva Zelanda. ¿Por qué ocurría eso? Porque necesitábamos un método de fijación de salario. Porque si uno lee los informes previos dicen que los salarios de los trabajadores eran paupérrimos. Y los salarios de los trabajadores son condiciones de vida. Si los trabajadores no tienen buenas condiciones de vida la sociedad se empobrece, desaparece. El modelo por el que ha optado el Uruguay, es cierto tiene alguna observación desde el punto de vista internacional, que la hemos venido sosteniendo, pero el modelo de fijación de salarios en Uruguay es especial, es tripartito en el que el Estado opera como una especie de red de protección porque el Estado, como decía Rasso, no es un Estado que está volando por ahí, debe ejercer políticas públicas. Este informe ratifica la importancia de las políticas públicas que deben ejercer los estados en materia de derecho del trabajo. Porque el trabajo sigue siendo el eje central de la vida de los humanos.

Tres consideraciones finales sobre el propio informe. Sinceramente, yo me esperaba un informe muchísimo más negativo, y me encontré con un informe que apuesta totalmente al presente y al futuro. Un informe que revitaliza, le da como una nueva energía, a los principios de la Organización Internacional del Trabajo y, por qué no decirlo, del propio derecho del trabajo.

En segundo lugar advierte el impacto tecnológico y plantea que no va a discutir más si se pierden trabajadores o si se ganan, hay otros yacimientos de empleo a nivel mundial como consecuencia de las nuevas tecnologías.

Otro tema que cruza el informe es todo el tema de la ecología. Adviertan que el propio informe dice que si los países tomaran la decisión de ir hacia empleos verdes y a borrar la huella de carbono, los puestos que se crearían serían más que suficientes para cubrir el déficit que hay hoy por hoy en materia de empleo.
Ni que hablar que también se refiere a la economía de cuidados y ni que hablar que la propia economía digital per sé genera nuevos puestos de trabajo. Y no pensemos solamente en el individuo que se desempeña estrictamente en el tema digital, no pensemos solamente en la industria de la tecnología. En la que recuerdo, una vez más, que Uruguay es el primer productor de software per cápita de América Latina.

Claro que van a haber diferencias con el sistema industrial. Claro que va a sufrir el sistema industrial. Porque en definitiva cuando se aplica el modelo del trabajo digital y la robótica hay una retracción del trabajo industrial, porque una línea que es conducida por 50 operarios es sustituida por un robot que requiere de dos operarios. Lo que hay que pensar, y es lo que dice el informe, es el proceso de acompañamiento y de formación para aquellos trabajadores que quedan en el camino, que no deben quedar en el camino. Eso exigirá una readecuación de nuestro sistema de protección social, el cual debe de enorgullecerenos. Por tanto este informe refresca y nos da una visión no negativa del mundo del trabajo. Nos dice que no hay que tener miedo, que hay que acompañar los cambios. Porque las sociedades en su conjunto y especialmente aquellas que nos abrazamos a la democracia, vivimos transformándonos".