Ministro Murro habló entre otros temas de cicuentones, sistema de seguridad social, negociación colectiva y su futuro político

Entrevista en diario El Observador
El ministro de Trabajo y Seguridad Social, Ernesto Murro, brindó una entrevista al periodista Martín Natalevich del diario El Observador, publicada este sábado 29 de julio. A continuación se transcribe el texto de la misma:

"Sinceramente siento que no tengo condiciones para ser presidente"
El ministro de Trabajo dijo que cuando termine el gobierno se retirará, aunque aseguró que va a seguir ayudando al país y al Frente Amplio hasta su muerte

Desde niño ayudaba a sus padres en un pequeño boliche en Salinas. Con 17 años empezó a trabajar como maestro. Estuvo cinco años preso durante la dictadura. Trabajó quince años en una fábrica. Fue sindicalista, representante de los trabajadores en el BPS y luego presidente de esa institución en dos oportunidades. Nunca dejó de trabajar. "He tenido mucha suerte", afirma. Es el ministro de Trabajo y Seguridad Social y cuando termine este mandato se piensa jubilar. En un acto de humildad atípico en los políticos, Ernesto Murro dijo que no siente que tenga "las condiciones" para ser presidente de la República. De esto y varios temas de seguridad social, el ministro habló con El Observador en su despacho en el que, entre muchos otros objetos, se puede visualizar una bufanda del Pit-Cnt. Lo que sigue es un resumen de la charla.

¿Cree que el proyecto de los cincuentones constituye una victoria política?
Es un logro de este gobierno sin duda, que cumple con un compromiso que asumió en setiembre del año pasado cuando el presidente se propuso encarar ese tema. Como dijo el presidente este era un reclamo justo y creo que estamos dando una respuesta muy adecuada. La propuesta que hace el Ejecutivo al Parlamento resuelve muy bien el tema. Teniendo en cuenta que hubo otras alternativa, creemos que esta es la mejor porque da una respuesta total. Es bueno para los cincuentones y es bueno para el BPS. Es un ganar-ganar en todo sentido.

¿Por qué lo resuelve bien?
Acá habrá un asesoramiento riguroso del BPS, como ya se hizo en otras ocasiones, y la persona con esa información podrá tomar la decisión si se mantiene en el régimen mixto o si vuelve al BPS. En cuanto al financiamiento del BPS creemos que se adoptó una buena solución con el fideicomiso, teniendo en cuenta que quien aporta los fondos es el BPS y es además el beneficiario de esos fondos. El tema está bien cerrado: tiene garantías, inversiones en cosas seguras (acá hay que garantizar que el BPS reciba a partir del sexto año y durante veinte años ese dinero para cumplir con sus obligaciones). Esto genera ingresos para el estado a partir de resolver un problema de la gente.

¿Cuándo estima que se podría abrir la posibilidad del cambio?
Espero que el parlamento lo apruebe lo antes posible. Creo que esto lo van a votar todos los partidos. Acabo de reunirme con las autoridades del BPS y están prontos para aplicar esto en cuanto el parlamento apruebe la ley.

¿Hay un cálculo del costo que tendrá el pasaje?
El BPS hizo estudios al respecto. Estamos estimando que acá se pueden beneficiar unas 30 mil personas en promedio y calculamos que el cambio va a llevar tres años. Está estimado que puede venir al BPS entre unos 900 y 1500 millones de dólares aproximadamente. Eso es lo que traería la gente. Esto tendrá un efecto positivo inicial de quince años. Y empieza a tener un efecto negativo –si no se cambia nada- hacia el 2030. Pero recordemos que el 10 de junio el presidente también anunció otra cosa que ha pasado más desapercibida: la creación de un grupo interministerial de trabajo para estudiar insumos de diagnósticos y propuestas para hacer ajustes, modificaciones y reformas al sistema de seguridad social. No hay que pensar –y creo que esto es un error en el análisis que están teniendo algunos críticos- este proyecto por sí solo. No lo analizan bien por sí mismo y no lo contextualizan tampoco en el marco de la discusión general que vamos a dar.

¿Cuáles son las cifras?
Yo acompaño acá las cifras que ha elaborado el BPS y no las que han dicho exageradamente algunos críticos, que son casualmente los autores de la ley que creó el problema hace 22 años, o algunos abogados que quieren seguir haciendo juicios o gente de las Afaps, que tienen sus intereses. Además me llama la atención de cómo se regalan títulos de especialista y experto en seguridad social a gente que no lo es. No estamos cambiando el sistema sino cambiando errores demostrados.Cuando en el 2008 usted impulsó, desde el BPS, la reforma al sistema previsional se hablaba de un efecto negativo que podía tener desde el punto de vista fiscal en un principio y que después iría disminuyendo. Al llegar casi a los diez años de esa reforma aún vemos que hay un costo fiscal importante.

¿La discusión que se propone integrará eso?
La discusión va a incluir todos los temas. Pero hay costos fiscales que son parte de la justicia social y nosotros queremos un país con justicia social. Los países más desarrollados del mundo, como los nórdicos o Canadá, tienen una alta inversión social. Los impuestos a la renta que se pagan en esos países son mucho más altos que en Uruguay. Acá la tasa de aportes patronales es la más baja de la historia de Uruguay. El 7,5% de aportes patronales jubilatorios es casi la mitad de lo que se cobraba en la década del noventa. Es la más baja del Mercosur y de las más bajas del mundo en comparación con los aportes personales.

¿Se analiza la posibilidad de extender las jubilaciones parciales o dar incentivos para seguir en el sistema?
En los gobiernos del Frente Amplio se aprobaron dos leyes iniciadoras: la de compatibilidad para los trabajadores de industria y comercio y la de jubilación parcial, que permite la media jubilación y la media actividad. Nosotros somos partidarios de avanzar en ese camino de la compatibilidad pero es un tema que habrá que discutirlo. Hoy es compatible para un empleado público y para un funcionario bancario, policial o militar. Pero hay que ver esto en la realidad: el 70% del trabajo está en industria y comercio. A ese sector mayoritario no se le permite trabajar en ese sector una vez que se jubila, salvo las excepciones y condiciones que pone la ley de compatibilidad que ha tenido poco impacto. Son cosas que hay que discutir porque ha aumentado la expectativa de vida. Eso es una buena noticia porque significa que la calidad de vida ha mejorado. Pero hay que ver como lo atendemos a partir del sistema de protección social. Se terminó el tiempo en el que uno era estudiante, trabajaba y se jubilaba. Esto se demuestra hasta en la demanda que hacen los jubilados y pensionistas por tener las tablets del plan Ibirapitá o que la mayoría de los mayores de 65 años que trabajan lo hacen informalmente. También hay cambios en los núcleos familiares; hoy tenemos arreglos familiares más inestables que antes. Esas son realidades que debemos atender.

Hay una iniciativa para plebiscitar la liberación de impuestos a las jubilaciones. ¿Está de acuerdo?
Por ahora no he visto ninguna organización importante de jubilados en lo que se plantea ahora. Hay un notorio militante del Partido Nacional, Carlos Sarthou, un oficial retirado que tuvo un importante papel en la dictadura y gente de Unidad Popular. Una alianza que me llama la atención. Y además el IASS ya fue declarado constitucional por quien tiene la potestad de hacerlo que es la Suprema Corte de Justicia. Ese impuesto afecta solamente al 23% de los jubilados y pensionistas del país, el 77% no paga. La cantidad de firmas necesarias para ese plebiscito es casi el doble de los afectados. ¿O acá van a hacer como hicieron algunos cuando la reforma tributaria que querían hacer creer que el IRPF se aplicaba a todo el mundo? ¿Van a decir esa falsedad también?

¿Qué valoración hace de la última ronda de negociación salarial?
Muy buena. El último semestre de 2016 tuvimos 118 grupos de consejos de salarios con un 95% de acuerdo, el primer semestre del 2017 tuvimos 20 grupos con el 100% de acuerdo. Hay una disminución de los acuerdos tripartitos. ¿Por qué es eso? Porque los empresarios aceptan dar más. Cuando presentamos los lineamientos y los extendimos para el 2017 los empresarios nos criticaban y decían que había que dar menos. Pero vemos los resultados e indican que los empresarios dieron más (el gobierno no firma cuando se ofrece más de lo previsto en los lineamientos).

Hay quienes perciben cierta crispación en el empresariado uruguayo como quizás no había sucedido en los anteriores gobiernos del FA. Y una de las razones principales es justamente el aumento salarial que acorta el margen. Pero esta evidencia que usted trae contradice esa situación. ¿Cuál es la lectura que hace?
Sé que hay algunos dirigentes empresariales que con este gobierno no van a estar de acuerdo en nada aunque estén de acuerdo y los beneficie.

¿Eso es ideológico?
Sí. Es ideológico, político y estratégico. También hay una cantidad importante que está de acuerdo en dialogar y pensar en el país por encima de las ideologías. Este es un ministerio para trabajadores y empresarios, así lo definimos desde el primero de marzo de 2015. Y por primera vez en la historia incorporamos a referentes empresariales al equipo del ministerio. La experiencia ha sido muy buena. Hemos avanzado mucho, como la histórica iniciativa de incluir mecanismos de prevención de conflictos.

¿Cuándo llegan los representantes de la OIT por la queja de los empresarios?
Podrán venir o no. Cuando se acordó suspender por tercera vez la queja empresarial también acordamos un proceso en el que solicitamos la asistencia técnica de la OIT a Ginebra para seguir avanzando. Y lo hicimos. Cuando fuimos a Ginebra acordamos el envío de los documentos que se habían propuesto por parte del gobierno y los empresarios. Seguramente se agregará en los próximos días un informe del PIT-CNT. La OIT entonces hará un informe que analizaremos todas las partes y ahí si no hacemos un acuerdo vendría el experto de la OIT.

¿Cuál cree que será el aporte que la proyectada planta de UPM le hará al trabajo uruguayo?
Somos firmes partidarios de avanzar en esto, tal como lo definió el presidente. Esto es bueno para el país. Es bueno porque la planta se instalará en un lugar del país donde hay menos desarrollo que en el sur o el litoral contra el Río Uruguay. A diferencia de las otras dos plantas, este emprendimiento va a ayudar al desarrollo del centro y noreste que son las zonas donde tenemos los indicadores sociales, económicos y productivos más bajos.

¿Está satisfecho con las negociaciones que se llevan adelante con la empresa en su área?
Sí porque acá hubo una actitud que es ejemplar. Acá el gobierno está discutiendo con la empresa pero paralelamente a eso la empresa discute con el PIT-CNT, con las cámaras empresariales, con los intendentes. Esto es el Uruguay.

¿Dónde se ve al término de este gobierno?
Jubilado.

¿Jubilado?
He tenido el honor de ser representante de los trabajadores en el BPS. Fui presidente del BPS durante dos periodos, ministro de Trabajo y Seguridad Social. Mi única aspiración fue ser presidente del BPS, eso es lo que quería. Todo lo demás es un regalo de la vida

¿No le gustaría continuar su carrera política?
Voy a seguir ayudando, contribuyendo al Frente Amplio y al país hasta mi muerte.

¿En el Parlamento?
No me veo en el Parlamento.

¿Le gustaría ser candidato a la presidencia?
Creo que no tengo condiciones para eso.

¿Por qué?
Ese es el sentimiento que tengo. El Uruguay es muy exigente y yo sinceramente lo que siento es que no tengo condiciones para ser presidente. Si alguien lo piensa uno se siente reconfortado, pero no siento que reúna esas condiciones.