Ministro Murro participó de los 10 años de la Ley General de Cooperativas

 

"En estos diez años el movimiento cooperativo se ha triplicado y se ha ampliado en las áreas de actividad cooperativa en el Uruguay".

 

El ministro de Trabajo y Seguridad Social, Ernesto Murro, participó en la celebración de los 10 años de la Ley General de Cooperativas 18.407, que se realizó en la sede de Inacoop.

 

El jerarca destacó el trabajo colectivo de las cooperativas: "Si no fuera por este movimiento cooperativo uruguayo no hubiera alcanzado con tener una ley. Las leyes para que sean llevadas a la práctica necesitan de organizaciones sociales fuertes".

 

"Queremos organizaciones sociales fuertes, representativas, nacionales, para seguir avanzando en el proceso de cambios, para seguir avanzando en democracia y en justicia social", agregó.

 

Asimismo, se refirió al rol fundamental del cooperativismo en una actualidad contraria a sus fundamentos: "El inmediatismo, el individualismo, el consumismo, la desconfianza que se nos pretende generar creo que apuntan contra los principios centrales del cooperativismo, de la economía social, de los principios y valores que tratamos, con nuestros errores y defectos, de llevar adelante".

 

A continuación, compartimos la exposición completa del ministro Murro:

 

Muy buenos días a todas y a todos, muchas felicitaciones y felicidades por estos diez años. Yo creo que esto que se está sucediendo hoy es parte, como lo señalaban las compañeras y los compañeros que hablaron antes, de la construcción histórica colectiva, que es esencia del cooperativismo y de la economía social en Uruguay. Diez años donde han pasado cosas, porque podríamos haber hecho la ley y —como sucede, lamentablemente, en otros países— podríamos tener un cooperativismo estancado o en retroceso, pero en estos diez años el movimiento cooperativo se ha triplicado y se ha ampliado en las áreas de actividad cooperativa en el Uruguay. Y no es casualidad que Graciela sea la presidenta del cooperativismo de América. Eso lo ganó el movimiento cooperativo uruguayo, además de los méritos de Graciela. Si no fuera por este movimiento cooperativo uruguayo no hubiera alcanzado con tener una ley, las leyes para que sean llevadas a la práctica necesitan de organizaciones sociales fuertes, por lo menos eso es lo que pensamos quienes integramos orgullosamente este gobierno del Frente Amplio. Queremos organizaciones sociales fuertes, representativas, nacionales, para seguir avanzando en el proceso de cambio, para seguir avanzando en democracia, en justicia social, no solamente en combate a la pobreza, sino también en redistribución de la riqueza. En creación de empresas o entidades cooperativas sin fines de lucro que sean capaces de generar desarrollo productivo con justicia social.

Y en este panorama, las cosas que se han hecho, eso de triplicar el movimiento cooperativo, el otro día fuimos a Artigas, y esta es otra de las cosas que lamentablemente no ha tenido los segundos merecidos ni las letras merecidas en medios de comunicación de las cosas importantes que pasaron en Artigas. En Artigas, por ejemplo, se sextuplicó el movimiento cooperativo en diversos sectores de actividad. Y, en este mundo, cuando en estos años hemos reconocido a los representantes sociales electos por el movimiento cooperativo para que fueran sus auténticos representantes en el Inacoop de la 18.407 y en el Fondes-Inacoop. Y ese Fondes-Inacoop es parte de la confianza que tenemos en el Gobierno para otorgar al movimiento cooperativo, a la economía social y al Pit-Cnt responsabilidades en la gestión de políticas públicas, porque somos firmes partidarios —y estas son decisiones y concepciones políticas, no son casualidades— de que la elaboración y la gestión de políticas públicas deben ser con organizaciones sociales nacionales, fuertes, representativas y capacitadas para el ejercicio del gobierno, es lo que corresponde.

Creo que estamos en tiempo, además, muy complejos, y quizás sea importante —como una opinión, como una reflexión de un ciudadano más— volver a repensar para revalorizar y para fortalecer los principios del movimiento cooperativo. Hoy estamos en un mundo del consumismo, del individualismo, del inmediatismo y de la desconfianza. Y el movimiento cooperativo tiene principios y valores absolutamente contrapuestos a esto que se nos quiere imponer y que lamentablemente en algunos lugares, en algunos países y en algunas conciencias se impone, y creo que esto refuerza y fortalece el rol del movimiento cooperativo en lo que es la solidaridad, el trabajo en equipo, el no tener fines de lucro, el poder construir colectivamente un futuro mejor.

Estamos en una batalla ideológica en estos tiempos. El inmediatismo, el individualismo, el consumismo, la desconfianza que se nos pretende generar creo que apuntan contra los principios centrales del cooperativismo, de la economía social y los principios y valores que tratamos, con nuestros errores y defectos, de llevar adelante. Y creo que estamos hoy en una batalla fundamental en ese camino, y por eso el movimiento cooperativo, el movimiento social, las organizaciones sociales tienen un rol para nosotros fundamental en estos tiempos.

Hace pocos días, compartíamos, con la compañera ministra de Industria, el lanzamiento de Incubacoop, y nos sorprendía cómo esos grupos de jóvenes cooperativistas nos presentaban sus experiencias de cómo crear raciones específicas para determinados animales en determinados contextos, o cómo otros jóvenes nos mostraban orgullosamente la construcción mediante impresoras 3D de prótesis para esos queridos seres humanos que las necesitan. O lo que significa cuando recorremos el país y conversamos con la gente del movimiento cooperativo en sus diversas esferas, en cómo se preocupa por la democracia, por el trabajo colectivo, por la solidaridad. Son batallas que tenemos que dar cada día más imprescindiblemente. Por eso estos diez años no son solamente diez años. Se cumplen diez años de la aprobación o de la vigencia de muchas leyes importantes en nuestro país, que ni tenemos tiempo de festejar en este 2018. El Sistema Nacional Integrado de Salud, por ejemplo, lo que significa los diez años de negociación colectiva en el trabajo doméstico, caso casi único en el mundo. Lo que significa la importancia de haber reconocido el concubinato. Lo que significa la aprobación de la nueva ley de flexibilidad de acceso a las jubilaciones, que permitió que 60.000 mujeres se pudieran jubilar, 30.000 que no se hubieran jubilado nunca.

Tenemos este año muchos diez años de cosas buenas que hemos hecho colectivamente y que vamos a tener que seguramente defender, mantener y mejorar, y para eso son imprescindibles las organizaciones sociales, en las cuales algunos confiamos y otros no confían; algunos creen y otros no creen. Como está sucediendo en esta región, donde algunas de las primeras medidas que se toman por parte de algunos gobiernos son eliminar el Ministerio de Trabajo. Esa es una concepción ideológica, no es una medida administrativa de reforma del Estado. Y nosotros no compartimos esas concepciones ideológicas, tratamos de ubicarnos de otro lado. Y también, permítanme, compañeras, compañeros, cooperativistas, ver cómo muchas veces hay y habrá quienes quieren usar a las organizaciones cooperativas por parte de aquellos que son contrarios a los principios del cooperativismo, para usarlo para sus fines, no para los fines del cooperativismo, de la solidaridad, de la justicia social, de la redistribución de la riqueza. Por eso, vivan los diez años de esta ley del Instituto Nacional del Cooperativismo y de las ideas, los principios y valores que nutren y deberán seguir nutriendo cada día más los principios centrales de solidaridad, de equipo, de trabajo colectivo. Porque ese es el futuro de la sociedad que algunos queremos seguir construyendo.

Gracias.