Murro: Las cláusulas de género en los convenios colectivos se han sextuplicado

El ministro de Trabajo y Seguridad Social, Ernesto Murro, hizo uso palabra en el acto central por el Día Internacional de las Mujeres “Más igualdad, compromiso de Estado” que se llevó a cabo el pasado lunes 6 de marzo en la Sala de Actos de Presidencia de la República.

A continuación se transcribe resumen de exposición del ministro Murro:

Un saludo y un abrazo previo al 8 de marzo. Me parece muy importante lo que decía Mariela (Mazzotti) al inicio. Hoy tenemos al gobierno rindiendo cuentas de lo hecho, y lo que no hemos podido hacer, los compromisos que tenemos hacia adelante y promoviendo las acciones de movilización el 8 de marzo. Un gobierno que ideológicamente busca que las organizaciones sociales participen, reclamen, propongan y juntos podamos ir mejorando la construcción del futuro.

En esto que pensamos conversar hoy hay tres capítulos: la primera algunas opiniones y evaluaciones generales, segundo lo que hemos hecho en estos dos años, tercero que tenemos previsto hacer. En el marco de cómo venimos trabajando interinstitucionalmente y cómo lo muestra esta actividad.

En primer lugar, nosotros somos partidarios del diálogo, de la negociación, de la participación y de la promoción de cambios culturales. Creo que estamos en épocas donde son necesarios esos cambios culturales. Sin duda que hemos tenido avances, sin duda que tenemos mucho más para avanzar y desafíos.

Si hablamos del empleo o de las personas ocupadas, en particular de las mujeres, en el primer gobierno de la democracia, la tasa de empleo de los hombres era casi el doble que la de las mujeres. La brecha se ha disminuido y esto es un avance. Hoy, la diferencia es de 17 puntos. Antes, en aquellos tiempos, era de 70 a 37. Debemos seguir mejorando. Sin duda con desniveles porque tenemos menor ocupación de las mujeres en Cerro Largo, Treinta y Tres, Paysandú, y mayores en Maldonado, Flores y Montevideo. Algo similar ocurre con la desocupación. Hemos mejorado. Si miramos cada período de gobierno, de la democracia hasta acá, estamos en el menor promedio anual de mujeres desocupadas, pese al leve ascenso que hemos tenido en el 2016, y donde ya hay índices de recuperación. Estamos hablando de un 43 % menos de desocupación en las mujeres respecto a lo que nos encontramos en 2005, cuando asumimos el gobierno por primera vez. Una disminución de la desocupación superior a la disminución también importante que se produjo en los hombres. Y tenemos que enfrentar también nuevas realidades: hoy las mujeres cuando solicitan trabajo piden menos horas, piden horarios más flexibles y piden horarios especiales, y estas son realidades que tenemos que encarar en el país, como se decía acá, culturalmente e interinstitucionalmente.

En ese proceso, se ha avanzado también reinstaurando la negociación colectiva. Estuvimos 15 años sin negociación colectiva en el país y esto fue especialmente perjudicial para las mujeres, además de serlo para todos. Esto ha significado que en estos años de la más amplia negociación colectiva en la historia del Uruguay del sector público y privado se hayan multiplicado por 6 desde el 2005 las cláusulas de género de los convenios salariales. En el 2005 teníamos solamente un 15 % de convenios con cláusulas de género, el 85 % no tenía. Hoy tenemos en el 75 % de los convenios firmados en esta ronda de 2016 (que fue la más grande) incluyendo cláusulas de género. Licencias por cuidados familiares, guarderías, acompañantes, salas de lactancia, apoyo para gastos educativos, complementos a subsidios que otorga el BPS, prestaciones para las personas con discapacidad, fondos sociales. Estos son muy importantes en diversos gremios como los históricos de la construcción y los gráficos o como los aprobados recientemente de las trabajadoras domésticas, los metalúrgicos y en diciembre pasado, en la administración central con COFE. El aumento del salario mínimo y las pasividades mínimas son medidas generales pero que tienen un impacto directo en las mujeres. Las 100 mil tablets entregadas a jubilados o las 65 mil operaciones de ojos son también acciones que benefician mayoritariamente a mujeres. Y en otras normas se ha comenzado a incluir a familias y mujeres de las pequeñas empresas.

Además de lo que significan también estas cláusulas de género, mejoras en la capacitación. El Instituto Nacional de Capacitación y Formación Profesional (Inefop) ha logrado, en el año 2016, cumplir el objetivo del 2017 de personas capacitadas en todo el país. Se ha más que duplicado la cantidad de personas capacitadas antes y la mitad de estas son mujeres.

Se ha dinamizado fuertemente el país en estos años a partir del 2008 todo el sistema cooperativo y allí también el rol de las mujeres es fundamental.

En este sentido, tenemos, en lo que es laboral, nuevos desafíos que encarar, uno de ellos es la buena noticia del fuerte proceso de inmigración que se produce en nuestro país. Uruguay, desde el 2009-2010 se ha transformado nuevamente en un país de inmigraciones. Como fuimos capaces de ser bastante experientes en cómo expulsar gente por razones políticas, económicas y sociales, ahora tenemos que aprender a recibir inmigrantes de diversas naciones del mundo y en particular también a las inmigrantes mujeres.

Paralelamente hay una serie de acciones que son leyes generales que han tenido impacto específico en las mujeres en estos años. La reforma de la ley de jubilaciones en el 2009 benefició especialmente a las mujeres: 60.000 mujeres accedieron a jubilaciones que sin la reforma del 2009 no hubieran accedido a ellas, y dentro de esas 60.000, 25.000 se pudieron jubilar exclusivamente gracias a las nuevas disposiciones de la ley. Lo mismo sucede cuando el sistema de salud multiplicó por 10 en estos años que corren desde el 2008 el ingreso de jubilados y pensionistas al Fonasa. O cuando la nueva ley de licencia por maternidad, paternidad y medio horario (en un país donde lamentablemente tenemos una baja tasa de fecundidad) ha multiplicado por 4 los beneficiarios de esta normativa vigente desde 2013.

Tenemos también en esta evaluación los cambios que se han dado en otros aspectos que mucho nos importan, como es la inclusión y la formalización. Sin duda que el notable proceso de formalización que ha ocurrido en estos años también se ha visto reflejada en la formalización de las mujeres. Si miramos el total de cotizantes del BPS en el 2015 comparado con el 2004, los hombres mejoraron un 53 % y las mujeres 67 %. Y si miramos expresamente el mayor sector de actividad que son los dependientes de la actividad privada, los hombres mejoraron un 73 % y las mujeres un 89 % en el registro del BPS. Estos son datos que nos muestran que hay avances y que debemos seguir trabajando. Por primera vez desde el año 2012 en el Uruguay, la informalidad, según distintos indicadores, es menor en las mujeres que en los hombres.

La segunda parte tiene que ver con lo que nos habíamos comprometido a hacer en el marco del eje 5 “Derecho al empleo de calidad y al desarrollo de capacidades laborales” que es fundamentalmente coordinado por el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social y el Instituto Nacional de las Mujeres del Ministerio de Desarrollo Social. En relación al acoso laboral en el ámbito laboral, hay algo que no cumplimos en tiempo: nos habíamos planteado para el segundo semestre tener el proyecto de decreto reglamentario de la ley, pero podemos decir hoy que el pasado viernes 3 lo hemos firmado y elevado a la Presidencia de la República y que entre otras cosas eso fue parte, sin duda por la demoras nuestras, pero también porque promovimos el diálogo social con diversas instituciones y organismos para que este proyecto de decreto tan importante para el país, tuviera mayor consenso. En los próximos días será aprobado por el Poder Ejecutivo. Y ese decreto creemos que es un avance muy importante en el marco de todo esto que se desarrolla y que debemos enfrentar con las mayores fuerzas, en lo que significa distintos tipos de violencia. Este proyecto de decreto incluye diversas acciones y compromisos. Se aplica para las relaciones laborales en el sector público y en el privado. Implica políticas de sensibilización, educativas, de supervisión, de sanción y de protocolos que deberán cumplirse para llevar adelante todo este trabajo de reglamentación de un importante problema nacional. Se define también allí que los cursos de capacitación para la prevención de la sensibilización estarán a cargo del Inefop y de la Escuela Nacional de Educación Pública o aquellos organismos que la Inspección del ministerio resuelva. Reiteramos además que se están buscando dar las mayores garantías a las personas denunciantes en todos los ámbitos de actividad, incluyendo las empresas tercerizadas y la responsabilidad y la actuación en lo que corresponda de los sindicatos. Por otro lado, este mismo decreto prevee sanciones y la actuación de la justicia paralelamente a lo que pueda hacerse por vía administrativa.

Hemos trabajado sí en tiempo en lo que son las vías de capacitación y el relevamiento al respecto.

Uno de los problemas que tenemos en el país (que ha venido mejorando en el sector público y está estancado en el sector privado) es la brecha salarial. Al respecto hemos pre acordado con el Instituto Nacional de las Mujeres una investigación específica que comenzará en tres sectores de actividad: el comercio, por la alta composición femenina (prácticamente equivalente a la masculina), posiblemente la construcción, por la alta prevalencia masculina, y la salud privada no médica en particular, porque es un sector de alta presencia femenina pero muestra la mayor brecha salarial de los distintos sectores de actividad. Está prevista la realización de esta investigación durante este año y su presentación en el segundo semestre.

Hemos trabajado fuertemente junto a otras organizaciones y en particular al sindicato, la Liga de Amas de Casa y otros organismos del Estado, sobre todo lo que significa el trabajo doméstico. Uruguay lidera, a nivel internacional, en este sentido. Ha continuado el proceso de formalización pero debemos seguir trabajando en otros aspectos como es la profesionalización de las trabajadoras domésticas (un reclamo del propio sindicato), el trabajo con las agencias privadas de localización y lo que significa la formalización que siempre hay que seguir trabajando en este sector.

En lo que tiene que ver con la protección de la maternidad y la paternidad habíamos definido como compromiso trabajar este tema en el sector público que tiene ciertos retrasos con el sector privado. Se ha firmado un importante convenio el diciembre pasado con COFE para la búsqueda de la equiparación de estas licencias en la administración pública en función de los lineamientos existentes en el sector privado.

En relación a temas de seguridad social nos habíamos comprometido en el segundo semestre pasado al envío del proyecto de ley de pensiones alimenticias al parlamento. No solamente fue enviado este proyecto de ley, sino que en diciembre el parlamento aprobó la ley 19.480, una iniciativa que tuvo la gente del BPS (destaco aquí la presencia de las directoras Rosario Oiz y Elvira Dominguéz) sino también lo que ha significado el trabajo conjunto con la Suprema Corte de Justicia. Esta ley que entra en vigencia es una ley general pero también tiene sin duda un impacto de género porque son habitualmente las madres mujeres quienes deben andar persiguiendo los cambios de trabajo habitualmente de los padres para seguir percibiendo las pensiones alimenticias.

Se ha trabajado a partir de la auto creación (porque no fue un impulso nuestro) de un grupo de jóvenes del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social que estamos apoyando, en analizar la situación de las mujeres jóvenes y de las mujeres en general. En estas horas se lanza una campaña al respecto de la evaluación de los impactos de las distintas medidas que se han tomado en el ámbito laboral hacia la seguridad social, tratando de obtener un relevamiento de cómo esas medidas han impactado directamente en las mujeres. Tenemos para esto mucho que trabajar. No solamente en estos temas sino en otros en los cuales no hemos avanzado suficientemente, como el caso de las mujeres afrodescendientes (más afectadas por la desocupación) o la mayor articulación con el sistema de cuidados que está en desarrollo y las relaciones laborales.

En tercer lugar, dentro de las cuestiones que nos estamos planteando para el 2017 sin duda tenemos un gran trabajo todas y todos. No solamente por el cambio cultural que debemos seguir promoviendo. También nosotros (quienes nos toca como ciudadanos transitoriamente gobernar) sino también aquellos que son parte de las organizaciones sociales. Por ejemplo, en los próximos días como dijimos vamos a tener un decreto reglamentario de Acoso Sexual. Como difundirlo en cada lugar de trabajo en todo el país. Que las mujeres y los hombres sepan cuáles son sus responsabilidades y qué cosas tienen que hacer para que este decreto sea algo más que la letra es tarea de todos.

Seguir capacitando, seguir sensibilizando. La investigación que prometemos para el segundo semestre de este año sobre un tema que nos duele y que nos pega que es la brecha salarial. Todo lo que significa seguir trabajando en la equiparación de las licencias por maternidad y paternidad en el sector público particularmente, la mejora de la participación de las mujeres en la mesas de negociación salarial. En este aspecto estamos desde nuestra parte promoviendo esto pero no es solo un tema de gobierno. Creemos que también acá los sindicatos y las cámaras empresariales deben tomar este tema de mejorar la participación en los delegados que intervienen en los consejos de salarios porque creemos que es una forma directa de mejorar hacia el camino de la igualdad de este compromiso de Estado que tenemos. Por último señalamos que sin duda, hay que seguir trabajando con la problemática en general y en particular en las mujeres jóvenes. Pero también vamos a tener que empezar a pensar la situación de otros colectivos de la sociedad en trabajo y seguridad social. Como pueden ser las “cuarentonas” en trabajo o los “cincuentonas” en jubilación. Tenemos por ejemplo, datos recientes de mujeres mayores de 40 años con dificultad en la inserción al mercado laboral y creo que eso nos inquieta a todos para ver cómo avanzamos en ese camino.

Muchas gracias.