Murro: "Queremos crecimiento de la economía con justicia social, no cualquier crecimiento"

A continuación compartimos la transcripción de la nota realizada por Emiliano Cotelo al ministro de Trabajo y Seguridad Social, Ernesto Murro, en el programa En Perspectiva de Radio Mundo 1170AM este jueves 15 de marzo de 2018.
EMILIANO COTELO (EC) —El gobierno divulgó el martes las pautas que regirán la ronda de los consejos de salarios de este año.
Ese día sesionó el Consejo Superior Tripartito, con delegados oficiales, empresariales y sindicales. Y después, en cadena nacional de radio y televisión el ministro de Trabajo y Seguridad Social, Ernesto Murro, explicó los lineamientos junto con el subsecretario de Economía y Finanzas, Pablo Ferreri.
En términos generales, las pautas cuentan con una base similar a la de la ronda salarial de 2015. Se proponen ajustes nominales, o sea tasas fijas y no de acuerdo a la variación de la inflación. A su vez, esas tasas de aumento salarial son decrecientes en el tiempo y diferenciales según el dinamismo del sector. Se repite En ese sentido, el esquema de discriminar los sectores en dinámicos, medios y en problemas, y estructurar a partir de esa clasificación los incrementos en las retribuciones.
Para profundizar en esta información, en lo que espera el gobierno de esta nueva ronda de negociaciones, estamos con el ministro de Trabajo y Seguridad Social, Ernesto Murro.
Este 2018 se perfila especial: una nueva ronda salarial y una rendición de cuentas. Va a ser un año de trabajo intenso para usted y para su ministerio. Habrá movilizaciones, protestas, acuerdos y desacuerdos. Lo habitual en estos casos, pero recargado. ¿Tiene esa impresión?
ERNESTO MURRO (EM) —Y agregaría a esto un año corto.
EC —¿Por qué?
EM —Estamos en abril, porque hoy estamos en abril.
EC —¡Mediados de marzo!
EM —Sí, pero viene Semana de Turismo, Semana Santa, tenemos el Campeonato Mundial de Fútbol a mitad de año…
EC —Es una cuña, para usted implica una gran pausa.
EM —Para el país. Tenemos la definición de los candidatos electorales, por ejemplo el Frente Amplio va a definir el 1.º de diciembre, por lo cual en octubre, noviembre el tema definición de candidatos electorales en los partidos políticos va a ser un tema muy fuerte, y eso atrae energía y distrae de otros temas. Por suerte es muy importante que tengamos elecciones y que haya definiciones. Se agrega a esto el congreso del PIT-CNT a fines de mayo, que también es un tema que en este punto que estamos conversando tiene su incidencia, como en otros temas del acontecer nacional. Así que va a ser un año corto y tenemos el tema de las negociaciones de los consejos de salarios casi para toda la actividad privada, tenemos 227 ámbitos de negociación este año.
EC —¿Ha habido una ronda más grande que esta?
EM —No, nunca, esta es la más grande de la historia. Se agrega además que es la última rendición de cuentas, por tanto esto involucra no solamente a los trabajadores del sector público, sino qué cosas va a hacer el gobierno en estos últimos dos años para toda la población, porque la rendición de cuentas a veces se asocia solo al sector público, pero es algo de impacto nacional. Entonces estamos ante dos hechos de impacto nacional como son la negociación de los salarios y las condiciones de trabajo y la sostenibilidad de las empresas que son los consejos de salarios en el sector privado. Y estamos ante el otro hecho importante que también es de impacto nacional, es de impacto para toda la población, que es la última rendición de cuentas de este período de gobierno.
Lo de los salarios importa porque en Uruguay los salarios determinan las jubilaciones y pensiones. Por tanto si bien los jubilados no están en esta negociación, están escuchando muy atentamente qué es lo que va a pasar en los consejos de salarios y con los salarios de los trabajadores públicos, porque ahí se define cuál va a ser el aumento de sus jubilaciones y pensiones el próximo 1.º de enero.
EC —Y todo esto en un contexto de restricciones fiscales, que a la hora de discutir la rendición de cuentas van a incidir.
EM —En eso lo que se ha acordado en el Consejo de Ministros es que sí va a haber gasto.
EC —Sí va a haber un aumento del gasto.
EM —Sí.
EC —Es polémico ya, hay quienes sostienen que no debería haber ningún aumento en estas condiciones.
EM —La mayoría de los que sostienen que no debería haber ningún gasto son los primeros que después van a pedir. Por ejemplo, me gustaría destinar dos minutos al gasto público social en seguridad social y salud en el sector rural.
EC —Ahí está aludiendo a los reclamos de los autoconvocados.
EM —No, no, estoy aludiendo a una realidad nacional que es muy importante y además creo que es necesaria. No la estoy cuestionando, me parece que se conoce poco y que quienes la usufructúan no la defienden suficientemente. Como el gran subsidio de US$ 390 millones por año que da la sociedad uruguaya al sector rural en seguridad social en el BPS y en el sistema de salud, el Fonasa. Por cada peso que entra al BPS del sector rural salen 3,40 pesos y por cada peso que entra del sector rural al Fonasa salen 2 pesos. Los 2,40 pesos de diferencia de BPS los paga el conjunto de la sociedad, y el peso de diferencia de la salud, del Fonasa, lo paga el conjunto de la sociedad. Y podría agregar que de ese peso que entra, los trabajadores pagan 65 centésimos y los empresarios o pequeños productores pagan 35 centésimos. Y lo mismo pasa con el peso que entra al Fonasa. Es un subsidio necesario, no estoy diciendo que esto haya que cortarlo.
Es más, Lacalle había aprobado la ley 16.320, que les hacía pagar toda la cuota mutual a los rurales, y tengo el muy buen antecedente de haber sido, en 1992, junto con el querido amigo Luis Colotuzzo, promotor de un plebiscito que derogó eso y entre otras cosas dio la tranquilidad al país de que la seguridad social no se modificaría más por rendiciones de cuentas o presupuestos. Esto hay que reconocerlo, porque se habla mucho de tal déficit y tal otro, del déficit de la Caja Militar, que está bien, hay que hablar y por eso estamos proponiendo su reforma. La Caja Militar son US$ 550 millones y acá son US$ 392 millones.
EC —Pero está claro que usted está respondiendo a las movilizaciones y plataformas que han venido del interior del país, de los autoconvocados, del movimiento Un Solo Uruguay.
EM —No, no estoy respondiendo, estoy simplemente dando información que es poco conocida y que creo que debemos conocer. Este tema debiera ser uno de los primeros puntos de la plataforma de los mal llamados autoconvocados –creo que de autoconvocados no tienen nada porque hay mucha plata para esas convocatorias–: defendamos el sistema de seguridad y salud rural.
EC —En la cadena nacional del martes, el subsecretario de Economía, Pablo Ferreri, destacó que la economía uruguaya “no ha parado de crecer”, pero a renglón seguido reconoció que hay “dificultades al momento de mantener el nivel de empleo”. Parece claro que esa fue una preocupación principal a la hora de definir las pautas.
EM —Antes incluso, porque el 2 y 3 de febrero, hace 40 días, cuando estuvimos reunidos en un Consejo de Ministros especial en Anchorena definiendo las prioridades para 2018-2019, unánimemente el Consejo de Ministros agregó empleo a lo que era tradicional en las prioridades del gobierno, que eran y son educación, seguridad, salud, vivienda, agregó.
Hay un leve deterioro. Por ejemplo, leo una buena nota que salió en el diario El Observador el domingo pasado: “El mercado laboral muestra indicios de estabilización. Si en vez de comparar mes a mes –esto lo hemos dicho, pueden recoger declaraciones nuestras si alguien quiere verlas–, cuando sube o cuando baja el desempleo, cuando sube o cuando baja la tasa de empleo…” Hemos señalado reiteradamente que hay que estudiar períodos más largos. Si por ejemplo uno compara lo que pasó en este último trimestre con lo que sucedió el último trimestre del otro año, hay una estabilidad tanto en la tasa de empleo –la cantidad de gente que está ocupada, que está trabajando– como en la tasa de desempleo. Esto es un dato.
Reitero, esto nos preocupa, nos ocupa y estamos haciendo cosas para eso, y no negamos que hay un deterioro en la situación del empleo. Pero si comparamos con los vecinos –porque Uruguay está en América Latina, no somos vecinos de Suecia ni de Noruega ni estamos en Marte–, con Argentina y Brasil… Brasil ni hablar, tiene 13 % de desempleo y nosotros estamos en el orden del 7,5 %-8 %.
EC —En 8,5 % en la última, la de enero.
EM —Esa es la de un mes, yo hablo en términos de trimestre. Brasil 13 %, Argentina más que nosotros, Paraguay, donde hay muchos menos derechos laborales, muchos menos impuestos, muchos menos sindicatos, también tiene más desempleo que nosotros. En la región estamos mejor o, si alguien quiere decirlo en tono crítico, estamos menos mal. Es la realidad que tenemos. En el mundo se han perdido empleos, estamos en una revolución industrial, se habla de la cuarta, y los estudiosos que han estudiado esto en el mundo han visto que en cada revolución industrial hay inicialmente un período de pérdida de empleos y luego un aumento de los empleos producidos por los propios avances tecnológicos. Estamos en esta circunstancia. En esta circunstancia tenemos que tomar medidas.
EC —Vayamos a las pautas. Por un lado, se proponen ajustes nominales. O sea, las tasas de aumento que se sugieren son fijas, no se componen de “inflación más aumento real”, como sucedió hasta la última ronda de negociación.
EM —Nominales con correctivos. No es lo mismo, esto es esencial. En la ronda anterior, la sexta ronda, también fueron nominales con correctivos y tuvimos que ir corrigiendo, incluso flexibilizando más, para que esos correctivos fueran más adecuados. Es una experiencia que sacamos para esta séptima ronda.
EC —De todos modos, acá tenemos una diferencia con el PIT-CNT. El PIT-CNT había reclamado regresar al esquema de ajuste por inflación más incremento real.
EM —Lo primero que tenemos que celebrar, que tiene que celebrar toda la población, trabajadores, empresarios, jubilados, todos los sectores de la sociedad, es que en Uruguay haya negociación colectiva. Felizmente para Uruguay, lamentablemente para América Latina, Uruguay está lejos primero en América Latina en negociación colectiva. Venía segundo Argentina, pero lamentablemente cada vez retrocede más y se aleja más de ese primer lugar que tiene Uruguay en negociación privada y pública.
Recordemos que en la dictadura no tuvimos negociación colectiva, que en la década de los 90 hasta el 2005 prácticamente no hubo negociación colectiva, salvo para dos o tres sectores. Hoy tenemos la mayor negociación colectiva de la historia del Uruguay. Y eso ha hecho que a Uruguay le fuera bien.
EC —Está bien, pero le preguntaba a propósito de esta diferencia de criterios con el PIT-CNT.
EM —Voy a eso. En estos 13 años que llevamos de crecimiento de la economía y de negociación colectiva en consejos de salarios y para el sector público, los salarios han mejorado un 55 %, han aumentado un 55 % más que el IPC, que los precios, la gente puede comprar un 55 % más de cosas que en 2004. Es el primer resultado.
En ese resultado se puede ver que hemos usado distintos mecanismos. Primero fue la inflación pasada, después la inflación futura, después la mitad de la pasada y la mitad de la futura, después vinieron los nominales, los nominales con correctivos, y al final de todo esto en 13 años tenemos 55 % de mejora de los salarios por encima de los precios. Ese es el mejor resultado. Con una situación del empleo que ha tenido un leve deterioro pero que es mejor que en los países vecinos. Creo que es la primera vez en la historia que Uruguay se desprende de Argentina y Brasil. Nosotros tenemos algunos años, yo por lo menos tengo unos cuantos, yo era chiquito y Argentina se resfriaba y nosotros nos engripábamos. Ahora no pasó, Brasil tuvo recesión en 2016 y 2017, la economía retrocedió, produjo menos y el desempleo llegó al 13 %.
EC —Por eso, teniendo en cuenta ese contexto, se toman precauciones o se decide ir con pies de plomo en esta negociación, incluso con esta diferencia de criterio con el PIT-CNT. ¿Se va a sostener esa posición del gobierno pese al reclamo? Por ejemplo, Milton Castellano, director del Instituto Cuesta-Duarte, decía que los incrementos por sobre la inflación deben estar acompasados al crecimiento del producto bruto interno (PBI), que para este año se espera sea del 3%.
EM —Ahí hemos tenido muy buenos resultados. Uruguay está primero en América Latina en la relación entre la evolución de los salarios y el PBI, el crecimiento de la economía.
EC —¿Qué le dice al PIT-CNT? ¿“Confíen en estos mecanismos, no los rechacen de antemano, déjenlos correr?”
EM —Estamos trabajando con determinados instrumentos y creemos que como nos fue bien con esos instrumentos en estos 13 años nos va a seguir yendo bien.
EC —De todos modos, esta es la segunda vez que se utiliza este mecanismo, el de ajustes nominales con correctivos.
EM —Sí. Y acá hemos dado algunas flexibilidades que aprendimos en la ronda anterior, la sexta. Por ejemplo, planteamos que el primer correctivo sea…
EC —Son ajustes a dos años, ¿no?
EM —Por lo menos a dos años. Para los que tienen que laudar, que resolver con vigencia al 1.º de julio de 2018, estamos planteando 30 meses o más, porque tenemos 12 ámbitos que vencieron en enero y febrero de este año, que son los primeros que vamos a convocar. Los queríamos convocar para la semana que viene, pero las cámaras y el PIT-CNT nos pidieron que los convocáramos para después de Semana Santa o de Turismo. Entonces para estos ámbitos que ya vencieron en enero y febrero estamos planteando 30 meses o más, y para el grupo mayoritario de los 227 ámbitos tenemos 173 al 1.º de julio, para ellos estamos planteando 24 meses o más. Esa es la primera cuestión, la duración del convenio. Eso significa que para el próximo gobierno –que esperamos ser nosotros– haya unos primeros meses de tiempo –además en los primeros meses hay que preparar el presupuesto– para negociación.
EC —Habría paz sindical en el año electoral y en el primer año del próximo gobierno.
EM —En los primeros meses. Es lo que estamos buscando.
EC —Después iba a las fechas de los ajustes.
EM —Ahí también hay flexibilidades que aprendimos de la negociación anterior y de empresarios y trabajadores. Porque sería bueno repasar qué pasó en la sexta ronda, porque de ahí sacamos enseñanzas. Tratamos, aun en nuestros errores, de escuchar, de aprender, de corregir, de mejorar. Entonces el primer correctivo va a ser a los 18 meses y el otro será a los 24, a los 30 o a los 36, pero si las partes se ponen de acuerdo, por ejemplo cuando la inflación supere el 8,5 % –si la inflación llegara a superar el 8,5, cosa que esperamos que no suceda porque estamos tendiendo y estamos logrando que baje la inflación– se podrá hacer a los 12 meses.
Lo mismo hacemos con el momento en que van a ser los aumentos de salarios. La propuesta del Poder Ejecutivo es que los aumentos de salarios sean cada seis meses, pero si las partes se ponen de acuerdo en hacerlos anuales, como por ejemplo estimamos que va a ocurrir en la industria de la construcción, porque ahí hay acuerdo de las cámaras y del Sunca, serán aumentos anuales. Nosotros proponemos inicialmente cada seis meses.
Estos son ejemplos de flexibilidades que estamos dando que son fruto de las cosas que vamos aprendiendo.
EC —Se proponen entonces aumentos nominales con correctivos y las tasas de aumento a su vez son decrecientes en el tiempo y diferenciales según el dinamismo del sector. Se distinguen tres tipos de sectores: los dinámicos, los medios y los sectores en problemas. Para los sectores medios, se propone un incremento nominal de 7,5 % el primer año y de 7 % el segundo año, para los sectores dinámicos de 8,5 % y 8 % y para los sectores en problemas de 6,5 % y 6 %, respectivamente. ¿Por qué estos números? ¿De dónde salieron?
EM —Partimos de los resultados de baja de la inflación que estamos teniendo. Es muy importante tener esto en cuenta, recordemos que en la ronda anterior, la sexta ronda, llegamos a un pico de inflación de 11 % y hoy estamos en el orden del 7 %. Eso es una muy buena noticia para el Uruguay y para la gente en particular, porque la inflación es el principal impuesto para quien vive de su salario, de su jubilación. Por lo tanto ahí tenemos una buena noticia, son cosas que son parte de la política económica que viene llevando Uruguay en estos 13 años y que dan estos resultados. Y suponemos que la inflación va a seguir bajando. Por ejemplo, estamos suponiendo –y en general los analistas privados, aun los contrarios al gobierno están estimando– que este año la inflación va a andar en el orden del 7 %. Por tanto este es un eje. Suponemos que en 2019 y 2020 va a poder bajar. Este es el esquema del cual partimos.
En el tema de clasificar en tres sectores hay dos novedades. La primera es que la clasificación no va a ser de una vez y para siempre, podrá variar a lo largo de los dos o tres años del convenio. Esto es una novedad.
EC —No había ocurrido la vez pasada.
EM —No. Pero ya la vez pasada algunos sectores lo hicieron.
EC —Por la imposición de los hechos, por lo que había ocurrido.
EM —Por la realidad de los hechos. Este es otro aprendizaje que hacemos de la negociación anterior.
La otra novedad es que vamos a suministrar indicadores para ayudar a la clasificación. La vez pasada solamente se autoclasificaban y esto era parte de la negociación entre empresarios y trabajadores. Ahora además de que se autoclasifiquen vamos a proporcionar indicadores para ayudar a esa autoclasificación.
Otra novedad es que esto de sectores medios, en problemas y dinámicos también lo tomamos en cuenta para los aumentos diferenciales de los salarios más bajos. En la ronda pasada los aumentos diferenciales mayores para los salarios más bajos eran una cifra única para cualquier tipo de sector, y acá estamos diferenciando las posibilidades de aumento de los salarios más bajos también clasificándolos según sean sectores en problemas, medios o dinámicos.
EC —Ayer hicimos un primer análisis de las pautas salariales en el espacio económico con la consultora Deloitte. La economista Tamara Schandy señalaba que los ajustes deberían ser más moderados para evitar pérdida de puestos de empleo en sectores débiles y, además, incentivar la contratación de personal. La escuchamos.
(Audio Tamara Schandy.)
En Deloitte estimamos que hay más de 300.000 personas con problemas de insuficiencia de empleo en el país. Esa situación, a nuestro juicio, podría haber ameritado cambios más importantes en las pautas salariales. Si Uruguay se propusiese bajar el desempleo a valores de 5 %, por ejemplo, que es una tasa más razonable a nivel internacional, y contemplar el retorno al mercado de trabajo de aquellos que se fueron desalentados en los últimos años, tendríamos que pensar en la creación de unos 90.000 empleos aproximadamente. A nuestro juicio, eso difícilmente va a pasar con el marco de pautas que se presentó ayer.
(Fin audio.)
EC —¿Qué dice sobre ese planteo?
EM —En primer lugar, el planteo tiene dos consideraciones que no compartimos. Una primera es que ignora la realidad de la región y del mundo. Reitero, Uruguay es vecino de Argentina y de Brasil, Uruguay está en América Latina y por suerte Uruguay tiene el primer puesto en América Latina en salarios y en empleo. Es el país de mejor calidad de empleo de América Latina, con todos los problemas que tenemos. Es primero en empleo y es primero en salario. Esto no es menor, porque si yo me siento a analizar la realidad sentado en un escritorio entre cuatro paredes… Brasil, por ejemplo, con el gobierno de Temer ha hecho una cantidad de recortes salariales y laborales y sin embargo tiene 13 % de desempleo.
EC —Acá no se están proponiendo recortes.
EM —Lo dijo expresamente, que las tasas de salario deberían ser más bajas.
EC —No, las tasas de incremento de los salarios.
EM —Claro, lo dijo directamente.
EC —No recortar salarios, no es lo mismo.
EM —Si aumento menos que la inflación estoy recortando salarios.
EC —Depende de lo que termine pasando con la inflación.
EM —Esto es muy claro, si aumento los salarios menos que la inflación estoy haciendo que la gente compre menos. Ahí les voy a preguntar al almacenero, al carnicero, al panadero, al del supermercado, porque el salario en Uruguay es la principal fuente de ingresos.
EC —Le propongo ver un poco más en detalle…
EM —Yo escuché con mucho detalle lo que dijo la economista.
EC —Pero después lo explicó mejor…
EM —¿No me deja terminar?
EC —No, porque no estamos hablando de que aumente menos que la inflación…
EM —Pero ¿no me deja terminar?
EC —… de hecho, en las propias pautas que ustedes han presentado los ajustes son distintos según los sectores…
EM —¿Me deja terminar?
EC —… en algunos 8,5, en otros 7,5, en otros 6,5. No es que se esté previendo porque son diferentes los números que vayan a aumentar menos que la inflación.
EM —¿Puedo terminar el razonamiento?
EC —Sí.
EM —Bien. Entonces la señora propone que los aumentos de salarios sean menores que los que propusimos en el gobierno este martes. Ella propone eso. Eso no lo vamos a hacer. Y segunda cosa, lo que estaba intentando decir, en Uruguay lo fundamental en el crecimiento de la economía es el crecimiento del consumo, y el consumo en Uruguay se sustenta en lo que gana la gente en salarios y en jubilaciones, no en lo que gana por otras cosas. Y sigo.
EC —Está bien, pero si se busca incidir en el mercado de trabajo…
EM —Perdón, quiero terminar. Y lo otro es una asociación estrecha, absolutamente indemostrada, de la relación única entre salario y empleo. El empleo y el salario no tienen una vinculación estrecha. Hay países que suben o bajan los salarios y no pasa nada con el empleo. Y viceversa, nosotros queremos crecimiento de la economía con justicia social, no queremos cualquier crecimiento. En Uruguay en otras épocas creció la economía y a la gente no se le daba nada. En otros países de América Latina hoy la economía crece igual o más que en Uruguay y hay 70 % de informalidad, 50 % de pobreza. No queremos eso.
EC —Explico un poco más en detalle cómo lo planteaba. Decía: “En primer lugar y con relación a la clasificación de los sectores, la realidad es que hay sectores que crecen, pero lo hacen sin crear empleo… Esos sectores no deberían estar dando incrementos mayores que la media. A su vez, sectores que crecen y crean empleo (pocos en las circunstancias actuales) no deberían ser ‘penalizados’ con pautas de incremento mayor de salario si realmente queremos privilegiar el empleo ante todo”.
EM —En lo que dice en esta segunda parte estamos más de acuerdo. Pero nosotros no estamos penalizando a nadie, en eso tampoco estamos de acuerdo. En la ronda anterior tuvimos en el segundo semestre del 2016 118 ámbitos de negociación, y en ese momento en 112 de los 118 ámbitos empresarios y trabajadores se pusieron de acuerdo en determinados aumentos salariales. De esos 112 el gobierno votó en 70, 75. ¿Y qué pasó en los 30 en que no votó el gobierno? Entre ese 65 % de tripartitos, con el voto del gobierno, empresarios y trabajadores, y el 95 % de bipartitos, acuerdo entre empresarios y trabajadores, ¿por qué el gobierno no votó? Porque empresarios y trabajadores se pusieron de acuerdo en dar más.
EC —Ahí vamos a otra discusión…
EM —No, entonces que no me hable esta señora de penalización. Nosotros no estamos penalizando nada. Este es un país donde se puede negociar en forma tripartita o bipartita. Si alguien negocia en forma bipartita y no quiere entrar al Ministerio de Trabajo, no entra. Pero ¿qué es lo que quieren en la realidad –por eso digo que a veces hay que salir de las cuatro paredes– empresarios y trabajadores? Quieren negociar tripartitamente y que el ministerio, el Poder Ejecutivo, aunque vaya a votar en contra o se abstenga, esté en la discusión. Es una muy buena cosa del Uruguay. Nos van a pedir que votemos aunque votemos en contra, porque quieren tripartismo. Contrariamente a lo que dicen algunos dirigentes empresariales y políticos del país.
EC —Sigo con la exposición de ayer. Decía Tamara: “Deberíamos apostar a que los sectores más dinámicos contraten más trabajadores… La lógica de que cuando un sector crece mucho debe aumentar más los salarios limita la capacidad de contratación de personal de ese sector… y entonces limita el pasaje de trabajadores de sectores en problemas a sectores dinámicos… y esto termina generando una mayor dispersión de salarios en el mercado de trabajo y una menor productividad en la economía… justamente porque se dificulta el pasaje de trabajadores a los sectores dinámicos…”.
EM —Ahí volvemos a no estar de acuerdo. En Uruguay ha aumentado la productividad del trabajo en todos estos años. Con el crecimiento de la economía, con el crecimiento de los salarios, ha aumentado la productividad del trabajo. Y en esta nueva ronda de negociación vamos a volver a promover que se discuta la productividad del trabajo. El problema mayor que tenemos es la negativa de las empresas a dar información. Para poder discutir la productividad del trabajo las empresas tienen que suministrar información, y en Uruguay esto todavía es un tema cultural que el empresariado no ha asumido. En la propuesta que hemos hecho para este tema incluso propusimos que las empresas den la información que deben suministrar a sindicatos con personería jurídica. Hemos hecho expresamente esa propuesta, de modo que quien recibe la información sea una organización que tenga la responsabilidad del uso de esa información. Pero si las empresas no dan información va a ser muy difícil avanzar en productividad. Igualmente, es uno de los objetivos que proponemos nuevamente en esta séptima ronda.
EC —De todos modos, sobre lo primero que decía, “deberíamos apostar a que los sectores más dinámicos contrataran más trabajadores, y si son los que van a tener aumentos de salarios mayores probablemente pueda entorpecerse ese objetivo”…
EM —El tema es que ella sigue partiendo de un concepto que no compartimos, que es el concepto de la íntima relación entre salario y empleo. El salario y el empleo dependen de múltiples factores. Hay diversos estudios de otros expertos, diferentes de esta señora, que muestran que el empleo y el salario tienen distintas variaciones. Dependen por ejemplo de los precios internacionales de determinados productos, de a cuántos mercados accedemos o no accedemos. Uruguay en 2005 exportaba a 60 países y hoy exporta a 140. Este no es un hecho menor. El año pasado tuvimos serios problemas en la lechería, que aún persisten, pero en este momento la lechería está mejorando, porque están mejorando los precios internacionales y está mejorando el acceso a mercados. Y estamos viendo cómo exportar. Por ejemplo, ¿por qué está trancado hoy el acuerdo Unión Europea-Mercosur? Porque, entre otras cosas, Uruguay y otros países estamos defendiendo fuertemente para ese acuerdo la exportación de lácteos y la no entrada de lácteos competitivos europeos a Uruguay. Esa es una cosa que está haciendo nuestro gobierno. Si se exportan lácteos vamos a tener más trabajo para los tamberos, que es gente que está en muchos casos embromada, y vamos a tener más trabajo para la industria láctea, cuando tenemos determinadas industrias que están en problemas…
EC —Justamente…
EM —… como Pili, como Calcar, como Claldy. Pero eso no depende del salario.
EC —Pero se le va a pedir a ese sector que aumente más los salarios.
EM —Pero eso no depende del salario, depende de cuánto podamos vender al exterior.
EC —Está bien, pero si se logra vender más al exterior, ¿se le va a plantear a ese sector que aumente más los salarios, cuando capaz que lo mejor es que contrate más personal?
EM —No, porque en Uruguay existe la negociación colectiva. Creo que esta señora no conoce demasiado bien lo que es la negociación colectiva en el Uruguay.
EC —El economista Gabriel Oddone, de CPA Ferrere, hizo ayer un enfoque complementario de este de Tamara, que justamente tenía en cuenta algo que usted señalaba recién: “Si la historia de la ronda que comienza en abril se parece a la anterior, probablemente los ajustes propuestos van a oficiar en realidad como un piso y en ningún caso como un techo”. Según Oddone, “si bien los lineamientos oficiales tienen cierta sensibilidad a considerar el empleo, el gobierno debería ser consciente de que la tendencia de las partes es a resolver el tema salarial con el nivel de conflictividad posible y ver a posteriori cómo se resuelve el problema del empleo. En la última negociación, ni empresarios ni sindicatos pusieron gran énfasis en confrontar por los ajustes salariales y luego las empresas fueron resolviendo el problema de la masa salarial desplazando trabajadores”.
EM —Eso tampoco está probado en la realidad de los hechos. Insisto, Uruguay es un país donde hay negociación colectiva, donde la negociación colectiva puede ser bipartita o tripartita, pero en general los empresarios y los trabajadores prefieren que sea tripartita. Y creo que hay que volver a ver esto en el concierto más general, no se puede ver solamente por la estrecha relación entre salario y empleo. Reconocemos que tenemos deterioros o leves deterioros en el empleo, pero reconocemos que estamos en una región. ¿Por qué no se habla tanto de lo que está pasando en Argentina o en Brasil, donde está habiendo reducción de derechos laborales y de salarios y sin embargo tienen más desempleo que nosotros? Veamos todo el paquete, veamos todo lo que está sucediendo, y tengan la plena seguridad de que estamos muy preocupados y ocupados por el tema del empleo, estamos trabajando intensamente para eso. El Ministerio de Economía presentó hace pocos días estímulos a la inversión y al empleo, estamos trabajando en ampliar los mercados adonde Uruguay puede exportar, hemos avanzado en eso a partir de la exportación de cítricos a Estados Unidos.
Se está transformando en Uruguay toda la producción de cítricos. ¿Conoce la población que en Uruguay en este momento se están cambiando todas las plantas de cítricos, todos los árboles, para tener cítricos de mayor calidad para poder seguir vendiendo a esos mercados? ¿Sabe lo que ha significado la trazabilidad del ganado, la exportación de carne ovina con hueso a Estados Unidos, el repunte que está teniendo el sector lácteo, lo que está significando el avance en las tecnologías en el sector rural? Esas son las cosas que estamos haciendo. Hay que ver el contexto, porque ¿por qué si antes cuando pasaba cualquier cosa en Argentina o en Brasil nos caíamos a pedazos, como nos pasó en el 2002, ahora no? ¿Por qué Uruguay es el único país de América Latina que tiene 13 años continuos de crecimiento económico? ¿Por qué es de los países que menos sufrieron la crisis mundial de 2008-2009? ¿Por qué somos capaces de crecer con mejora del nivel de vida de la gente? Cuando se habla incluso de este tema de los salarios…
EC —Está bien, pero no necesariamente lo que ha ocurrido hasta ahora va a continuar y hay momentos en que hay que encender luces amarillas, y eso es lo que el propio gobierno está haciendo en este momento.
EM —Sin duda, pero no nos olvidemos del consumo. Uno de los asesores que tuve en mi vida cuando arrancamos…
EC —Hoy aparecen declaraciones del economista Oddone que dice: “El país está en una situación de equilibrio, dado que en el escenario internacional no hay eventos que amenacen con sacar a Uruguay de su situación actual, donde la economía crece en torno a 3 %, la inflación está más o menos controlada y en donde la situación fiscal es frágil, pero en el mediano plazo no compromete. De todas formas, es un equilibrio malo, con baja inversión y bajo empleo, que señalan incertidumbre para el mediano plazo”.
EM —Entre las personalidades que tuve el honor de conocer y de aprender de ellas está el economista Faroppa, que fue miembro del gobierno de Sanguinetti. Lo tuvimos como asesor en el equipo en representación de los trabajadores del BPS. Y una cosa que me enseñó Faroppa, una de esas personalidades ilustres del Uruguay, fue: lo más importante en la economía de un país es el consumo interno. Cuando aumentamos los salarios y por tanto aumentamos las jubilaciones, eso beneficia a la pequeña y mediana empresa uruguaya. Yo no he escuchado esos análisis en el caso de la señora Tamara, cuánto impacta el consumo. El consumo interno es la parte principal de la economía. Y claro que nos preocupa el empleo, y nos duele, nos duele cada persona que queda sin trabajo, a este gobierno le duele, a mí me duele cuando tengo que firmar una prórroga de seguro de paro, nos duele y trabajamos para eso. Pero la asociación tan estrecha esta de que…
EC —Pero ahora estábamos hablando de otra cosa, cambiamos de tema.
EM —No, seguimos hablando de lo mismo, porque cuando se parte de la base de que solo el salario condiciona el empleo… no. Eso no es cierto, no está demostrado científicamente. Hay gente que lo usa porque a veces viene bien pegarle al gobierno, pero seguramente estamos mucho más preocupados y más seriamente que ellos.