Trabajo decente para mujeres y jóvenes

La Economista Verónica Amarante, del Instituto de Economía de la Universidad de la República planteó su perspectiva en torno a la inserción juvenil en el mercado laboral, regional y Uruguayo.
Su ponencia "Importancia del empleo juvenil: independencia económica, reconocimiento social e inclusión", se da en el marco del Diálogo Nacional por el Empleo, eje temático uno "El empleo y la formación de jóvenes"
Amarante destacó que en 2008 se introdujo dentro del primer Objetivo de Desarrollo del Milenio una nueva meta, consistente en "lograr el empleo pleno y productivo, y el trabajo decente para todos, incluidas las mujeres y los jóvenes".
La situación del mercado de trabajo juvenil está en el centro de las preocupaciones de la Organización Internacional del Trabajo, que ha comenzado a elaborar un informe periódico sobre la temática
Existe una realidad diferenciada: mientras en los países desarrollados podría responder a problemas de naturaleza transitoria típicos de la incorporación al mercado de trabajo. En los países en desarrollo, la preocupación es que responda a una segmentación que impone barreras en el mercado primario, o que sea producto de procesos de exclusión que no se revierten a lo largo de la vida del individuo.
En los países de la región, de acuerdo con PNUD (2009), los jóvenes de distintos estratos tienen percepciones claras y diferenciadas sobre sus posibilidades laborales:
-sectores incluidos: el trabajo como opción de vida y perciben que pueden elegir entre múltiples opciones y que pueden elaborar proyectos de largo plazo
-jóvenes vulnerables, en cambio, el trabajo es una necesidad, una condición para continuar los estudios o ayudar a sus familias. El futuro existe, pero es de corto plazo
-jóvenes excluidos: el trabajo supone la mera subsistencia: el presente es un continuo.
Al analizar el colectivo de los jóvenes, hay realidades heterogéneas y las políticas y sus objetivos deben pensarse en este marco
La situación de Uruguay resulta por lo tanto preocupante pues no ha obtenido aumentos en las tasas de finalización de enseñanza media en los últimos quince años, y los niveles alcanzados distan considerablemente de ser satisfactorios.
Se ha señalado que los jóvenes viven la tensión entre un discurso "meritocrático" que asocia los logros laborales con el avance y los buenos resultados en el sistema educativo, y una realidad del mercado de trabajo en que los contactos personales y las recomendaciones desempeñan con frecuencia un importante papel en el acceso a empleos atractivos. Las políticas tienen un rol a cumplir en estos aspectos.
En 2007, la tasa de desempleo de los jóvenes de 15 a 17 es 3.6 veces la total para Uruguay y 3.1 veces para Argentina.
La disminución de la tasa de desempleo de los últimos años ha implicado una ampliación de la brecha, ya que la tasa de desempleo de los más jóvenes cae más lentamente.
Los desempleados jóvenes, es decir menores de 30 años, representan casi 60% del total de desempleados en Argentina, Brasil y Uruguay, y 70% en Paraguay. Las menores diferencias por tramo etario se registran en Paraguay. En general, las políticas activas serán dirigidas a jóvenes, dadas las características del mercado laboral.
Alrededor de 70% de los menores de 30 son asalariados privados, la baja cobertura de la seguridad social en este grupo no se explica por el trabajo como cuenta propistas.
Distintas interpretaciones: preferencia por un mayor ingreso en el presente (sin descuentos de aportes e impuestos) en relación con el ingreso futuro, especialmente cuando el momento de retiro es muy distante temporalmente; decisiones ahorradoras de costos por parte del empleador; falta de confianza de los individuos en los sistemas previsionales.
Poca información longitudinal para analizar este tipo de problemática. Primeros estudios en base a historias laborales del BPS presentan resultados preocupantes.
Si el objetivo es fomentar la permanencia de los jóvenes en el sistema educativo formal el mayor tiempo posible para poder mejorar su productividad y posibilitar un mejor desarrollo profesional, la política que se siga con respecto al salario mínimo debe reforzar dicho objetivo.
Salarios mínimos elevados podrían constituir una barrera a la entrada para los más jóvenes, hay alguna evidencia de que esto podría haber ocurrido en Uruguay
Algunos trabajos recomiendan la introducción de submínimos para jóvenes u otros grupos vulnerables pero la evidencia de los efectos beneficiosos no es categórica (Marinakis, 2006)
En general, las leyes de primer empleo no han sido extensamente utilizadas. No hay evaluaciones que muestren resultados promisorios.
Sin embargo, hay evaluaciones positivas de las experiencias en la región e incluso en Uruguay (Projoven)