Cambio Climático

Adaptación basada en ecosistema: una guía para orientar la planificación urbana

Se presentaron los avances de la Guía de interpretación de información ambiental para el desarrollo de medidas de adaptación, basadas en ecosistemas, en entornos urbanos.
Imagen aérea de Canelones con partes de ciudad y ruralidad

La actividad se desarrolla en el marco de la elaboración del Plan Nacional de Adaptación al cambio climático en ciudades e infraestructuras (NAP Ciudades).

El principal objetivo de esta guía es transformarse en una herramienta para personal técnico a nivel nacional y departamental vinculado a las áreas de planificación, así como otros actores locales que directamente deseen implementar acciones en sus territorios, incorporando la perspectiva de la adaptación basada en ecosistemas.

La apertura de la actividad estuvo a cargo del director nacional de Ordenamiento Territorial, Norbertino Suárez; la directora nacional de Cambio Climático, Natalie Pareja; Martín Etcheverry en representación de la Dirección Nacional de Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos, y Myrna Campoleoni, consultora principal del NAP Ciudades.
La presentación de la guía la realizó el magister Andrés Fernández, consultor responsable de su realización. 

Más de 90 participantes, técnicos del Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial y del Ministerio de Ambiente, de gobiernos departamentales y locales, así como representantes de la academia y organizaciones de la sociedad civil, acompañaron el evento.

¿Por qué esta guía? 

  • Transitamos una crisis ambiental global inducida por los humanos
  • La biodiversidad y los servicios ecosistémicos de la cuales depende nuestra salud y bienestar están en riesgo
  • Tenemos que revisar nuestros modelos de desarrollo y crecimiento. Las sociedades no pueden desarrollarse por fuera de los ecosistemas. Conocer los ecosistemas es conocer los límites y condicionantes que tiene el crecimiento y desarrollo de nuestras sociedades.

En este contexto, “la planificación y el ordenamiento del territorio necesitan incorporar elementos y criterios ecosistémicos que históricamente se consideraron de forma separada”. Es decir, la planificación debe tener un enfoque socioecológico, y la adaptación al cambio climático deberá considerar los múltiples servicios que los ecosistemas proveen a las comunidades. 

Adaptación basada en ecosistemas 

La adaptación basada en ecosistemas  son estrategias y acciones de protección, restauración y gestión sostenible de los ecosistemas para ayudar a las personas a adaptarse a los efectos adversos del cambio climático. 

En el marco del NAP Ciudades, la guía se propone identificar cuáles son los ecosistemas clave para la adaptación en entornos urbanos; evaluar su estado de conservación a nivel general (un primer testeo del estado de salud de dichos ecosistemas) y finalmente diseñar, a partir de la evaluación, medidas de adaptación específicas orientadas al mantenimiento de los servicios de regulación que estos ecosistemas proveen frente a diferentes impactos del cambio climático en entornos urbanos. 

Identificar, evaluar, proponer 

A partir de la definición de las principales amenazas asociadas al cambio y variabilidad climática en ciudades (inundaciones, erosión costera y aumento de las temperaturas), la guía identifica aquellos ecosistemas que son clave para regular dichas problemáticas: cuerpos de agua; humedales; bosque, matorral y estepa psamófila; cordón dunar litoral; bosque ribereño; pastizales y espacios verdes urbanos. 

Una vez identificados los ecosistemas clave, la guía propone evaluarlos realizando una primera aproximación a su “estado de salud”. Para ello, define cuáles serían, para cada uno de los ecosistemas analizados, los principales “atributos ecológicos clave” que permiten definir si se encuentra o no saludable, así como cuáles son las principales amenazas a las que el ecosistema se encuentra expuesto. 

Una vez identificados y evaluados los ecosistemas, se podrán definir medidas de adaptación específicas. Así, por ejemplo, si el ecosistema se encuentra saludable, se propondrán medidas para su protección, y acciones de concientización y educación. Sin embargo, si a partir de la evaluación del ecosistema se concluye que este se encuentra amenazado, se propondrán medidas de restauración, y las acciones a la hora de planificar el territorio deberán enfocarse en la gestión, regulación y zonificación, con el objetivo de minimizar las amenazas sobre dicho ecosistema.

Una guía, múltiples aportes
 

Para la elaboración de la guía, además de un profuso relevamiento bibliográfico a nivel nacional e internacional, se contó con la colaboración decisiva de autoridades y técnicos que se encuentran trabajando desde hace años en estas temáticas en el país.  Representantes de la Dirección Nacional de Ordenamiento Territorial; Dirección Nacional de Aguas, Dirección Nacional de Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos; Dirección Nacional de Calidad y Evaluación Ambiental;  Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Udelar; Centro Universitario Regional Este (CURE-Udelar); Proyecto Redd+; Vida Silvestre Uruguay, entre otros.

Durante el mes de junio se realizará una nueva jornada de intercambio en la que se trabajará en la aplicación práctica de la guía, a partir de la elección de un caso de estudio.
 

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