Cuidar el ambiente: uno de los desafíos del Ordenamiento Territorial

Planificar los territorios y establecer reglas claras para una gestión que prevenga y mitigue el impacto de las actividades humanas en el ambiente es una preocupación central del Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial (MVOT).
En este sentido, el Ordenamiento Territorial es uno de los pilares fundamentales del Ministerio. Desde la Dirección Nacional de Ordenamiento Territorial (Dinot) se impulsa la planificación y gestión del territorio desde una visión integral para el desarrollo sostenible, donde se equilibren las actividades económicas, sociales, productivas, el desarrollo de las infraestructuras e implementación de servicios con especial cuidado de los ecosistemas, la biodiversidad y el ambiente en su conjunto.
Esta estrategia va en línea con los principales desafíos que tiene el ordenamiento territorial, que son mantener y mejorar la calidad de vida de la población, fomentar la integración social en el territorio y procurar el buen uso y aprovechamiento de los recursos naturales y culturales.
La Dinot, como institución coordinadora y referente de las políticas de ordenamiento territorial, incorpora la dimensión ambiental durante todo el proceso de construcción de los instrumentos de ordenamiento territorial que definen usos y medidas normativas para el desarrollo de las actividades sobre el territorio. Por ejemplo, no urbanizar áreas contaminadas o inundables, determinar sanciones, delimitar áreas de exclusión de actividades incompatibles, son algunas de las medidas que se pueden establecer en un instrumento.
A su vez, el cuidado del ambiente también se manifiesta en medidas prácticas como el establecimiento de áreas buffer libres de diversas actividades, como la agrícola, con el propósito de preservar la calidad del agua.
Uruguay cuenta ya con más 100 instrumentos de ordenamiento territorial de diferentes escalas (local, departamental, regional y nacional) aprobados en todo el país. Si bien se han realizado muchos avances en esta perspectiva, aún queda un largo camino por recorrer. El gran desafío es alcanzar una integración entre el Ordenamiento Territorial y la Gestión Ambiental, más sólida, que favorezca a la sostenibilidad del territorio.