Más familias participantes de Plan Juntos ya disfrutan de sus viviendas

"Todos los participantes nos ayudamos en cada una de las casas, vamos viendo los avances y compartimos la emoción de las otras personas también a medida que avanzamos” dice Lourdes Fonseca, del barrio Los Milagros de Montevideo. “Estamos felices, es algo soñado, mis hijos y yo vivíamos acá, pero en una vivienda de 1 dormitorio. Hicimos reformas y mejoras en baño, cocina y 3 dormitorios nuevos, trabajamos en muchas tareas de obra.
Hay momentos en que te ponés un poco impaciente pero a la vez vas viendo los avances en tu casa y en las casas de los otros participantes. Tener la casa resuelta cambia un montón, yo no la podría tener así sola y a cargo de mis hijos”. Cecilia Cairo, coordinadora de Plan Juntos expresó en la entrega de viviendas en Los Milagros “Esto no se produce solo en Montevideo, sino en todo el país; trabajamos en los problemas de precariedad. Muchas veces esto queda invisibilizado en la sociedad, a los participantes no les damos nada, hacen más de 2 mil horas para conseguir la vivienda que tienen hoy porque pensaron que sus hijos necesitan un futuro mejor. Hoy, en este barrio son 2 viviendas, el 1º de marzo también se entregaron 2 y tenemos 5 que empezamos a construir y estamos tratando de cambiar de a poco y con mucho sacrificio este país y esas familias que fueron de alguna manera segregadas de lo habitacional y que hoy van a tener un techo que no se va a llover, las ventanas como corresponde y una ducha caliente como tenemos todos”.
Las familias participantes de este programa socio habitacional son seleccionadas por sus prioridades educativas, de alimentación y de trabajo teniendo en cuenta la georreferenciación que realiza el Ministerio de Desarrollo Social a través de sus programas Uruguay Crece Contigo, Jóvenes en Red y Cercanías. La coordinadora del Plan Juntos expresó que cada vivienda cuesta unos 38.000 dólares, producto de que el precio disminuye gracias a la mano de obra y el trabajo comunitario aportado por los participantes, ya que para acceder a las viviendas, las familias, integradas mayoritariamente por mujeres jefas de hogar, deben aportar su mano de obra en las tareas de construcción.
Los participantes además son vinculados con instituciones estatales a fin de que reciban una adecuada atención en salud, educación y capacitación laboral. “El seguimiento también implica un convenio de salud bucal; atención en educación para que terminen los estudios escolares y liceales o ingresen a instituciones terciarias o la Universidad de la República.
Asimismo, se brinda apoyo a emprendimientos productivos a través del Mides para que puedan generar y mantener su propia fuente laboral: hay reposteras, hay quienes realizan muebles en madera o las que hacen cortinas para todas las casas del Plan. Además de tener la vivienda, es importante que las puedan sostener. Para ello, el trabajo es fundamental”, subrayó Cairo.
De las 32 intervenciones finalizadas en 2019, 19 se ubican en la zona metropolitana, seis en la región litoral y siete en la región noreste. Este programa, que trabaja en la órbita de la Dirección Nacional de Vivienda desde 2016, tiene el objetivo de totalizar en este período de gobierno 2.860 viviendas distribuidas en 702 intervenciones.