MVOT se prepara para hacer frente desde el territorio al auge de las industrias de hidrógeno verde en Uruguay

Actualmente son 3 las empresas que ya están instaladas —o en proceso de instalación— en Uruguay: Tambor Green Hydrogen Hub, ubicada en Tambores (Tacuarembó), que produce 15.000 toneladas anuales de hidrógeno verde; H24U, un proyecto piloto ganador del Fondo Sectorial de Hidrógeno Verde del Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM), en el que utilizará camiones a base de hidrógeno verde para el transporte forestal; y por último, el proyecto de HIF Global, que estará ubicado en Paysandú, y que según información disponible en la web de presidencia, fue seleccionada por Ancap para producir 100.000 toneladas de hidrógeno verde por año y que actualmente se encuentra tramitando el Programa de actuación integrada Complementario en el marco de la Ley 18.308.
El auge de estas industrias en la región, de acuerdo a Florio, presenta oportunidades importantes para la transformación de la matriz energética uruguaya, pero también pone sobre la mesa la necesidad de integrar la planificación territorial en cada etapa del proceso. “Cuando uno piensa en el emplazamiento de estos tipos de emprendimientos, necesariamente necesitas un estudio transversal e integral”, sostuvo. En ese sentido, señaló que la localización de este tipo de plantas debe contemplar también temas ambientales, la logística que implicará el traslado de su materia prima y la infraestructura necesaria para su funcionamiento.
En el caso del hidrógeno verde, Florio explicó que se crea a partir de energías renovables, lo que implica una articulación entre distintos tipos de infraestructura: por un lado, las granjas solares que dada sus extensiones, y su características suelen estar ubicadas en suelos rurales, y por otro, la planta industrial, que debe instalarse en suelo urbano o suburbano. “El abordaje tiene que ser mucho más integral que el proceso industrial en sí, dado que se crean enclaves suburbanos que deben abastecerse de energía producida en el campo.
Eso implica una sustitución del suelo productivo por áreas destinadas a las grandes granjas solares, lo que genera una tensión entre la producción de alimentos y la producción energética”, explicó Florio. Contó que los impactos territoriales generados por las plantas de hidrógeno verde, en muchos de los casos, no se producen específicamente por las plantas, sino por la cantidad de hectáreas de granjas solares utilizadas para la generación de energías que hacen posible que la industria funcione, que en algunos casos terminan siendo 8 veces mayores que la planta en sí. “Esto muestra que el desafío territorial no está en la ubicación de la industria en sí, sino en la extensión y localización de la infraestructura energética asociada”, informó.
Consultada sobre si el Ministerio ve con buenos ojos el desarrollo de estas industrias, la jerarca expresó que pensar en sistemas más renovables o alternativos de energía que impacten menos en el ambiente, “siempre es positivo”. Sin embargo, advirtió que se deben evaluar cuidadosamente los equilibrios territoriales, ya que “son suelos productivos que pasan a transformarse para producir energía y no alimento”.
Sobre este aspecto, resaltó la necesidad de pensar en la “capacidad de carga que tiene Uruguay para dar respuesta a este tipo de desarrollos o cuál es el equilibrio entre la producción, los ecosistemas, el desarrollo, y la generación de energías” . “Por eso, creemos que es necesario, a través de las directrices nacionales, generar herramientas para atender la capacidad de carga que tiene el país y facilitar la instalación de este tipo de emprendimientos en aquellos lugares que sean aptos para su instalación y no donde el mercado de suelo acceda a la venta”, dijo.
Para ello, planteó la importancia de contar con un mapa de aquellas zonas que tendrían la capacidad para dar respuesta a las necesidades que requieran las plantas de hidrógeno verde, teniendo en cuenta el sistema productivo, zonas que cuenten con menos riesgos de impactos ambientales y donde haya infraestructura necesaria para el transporte del producto final.
Según indicó Florio, la instalación de estas industrias también genera desafíos en términos de planificación urbana y habitacional. En ese sentido, puso como ejemplo lo que sucedió con la empresa UPM, en donde se tuvieron que elaborar diferentes espacios destinados a viviendas, no solamente para los operarios que estaban en los procesos de construcción, sino también para aquellos que iban a trabajar luego en la planta. “Históricamente, este tipo de desarrollos y emprendimientos han generado entornos asociados a la vivienda que también hay que planificar”.
Por eso, dijo que es necesario antes de la instalación de estas plantas, “pensar dónde reside y dónde vive la gente que trabajaría en este tipo de emprendimientos que están directamente asociados a áreas que no están en entornos urbanos”. “ Estas consideraciones asociadas a una planificación eficiente de los territorios, permite un desarrollos sostenible del país, pero también definiciones claras para las empresas que luego también se traduce en menos tiempo en los procesos de gestión”