Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial

Nuestro país realiza una aplicación temprana de políticas de adaptación y mitigación de los efectos del cambio climático a través de la planificación urbana. Para ello utiliza como plataforma la amplia y dinámica normativa sobre ordenamiento territorial generada en la última década, que suma ya más de ochenta instrumentos de ordenamiento a lo largo y ancho de toda la República. 

La fuerte sinergia encontrada entre la Planificación Territorial y las nuevas recomendaciones globales en materia de Cambio Climático y de la nueva Agenda Urbana de la ONU, es clave para el desarrollo sostenible de nuestros territorios y ciudades, coincidió el director nacional de Ordenamiento Territorial José Freitas con su par de Cambio Climático Ignacio Lorenzo, en la apertura de las jornadas internacionales organizadas por el Mvotma en conjunto con el Lincoln Institute, en el marco del proyecto NAP Ciudades y las políticas que el Ministerio viene desarrollando para la generación de ciudades más sostenibles.

“La política pública del país cuenta con por lo menos cuatro instrumentos: la Ley de Ordenamiento Territorial, las Directrices Nacionales, el Plan Nacional de Aguas y la Política Nacional de Cambio Climático. Estos conforman un paragua normativo actualizado para dar respuestas a los nuevos desafíos que enfrentan los asentamientos humanos de todas las escalas”, explicó Freitas, quien también remarcó lo crucial de conectar ese marco normativo consolidado con el desarrollo de instrumentos financieros y de gestión que los hagan viables.

“Estas jornadas de intercambio son fundamentales para el desarrollo de capacidades locales, que permitan conectar las transformaciones que ocurren en el territorio con esas normas y soluciones efectivas”, agregó Lorenzo. Las jornadas de capacitación e intercambio, desarrolladas entre del miércoles 27 y hasta el sábado 30 de marzo cuentan con la participación de expertos internacionales y nacionales y de técnicos de todas las intendencias del país. 

Las jornadas son un impulso más para abordar las problemáticas de las inundaciones, la expansión irracional del suelo urbano, vacíos urbanos, islas de calor en ciudades del norte, ciclones y multiplicidad de eventos que requieren respuestas a corto, pero también a mediano y largo plazo.