Semana del Corazón

Fruta y verdura, equilibrio en porciones y menos sal reduce riesgo de patologías cardíacas

Consumir al menos cinco porciones diarias de frutas y verduras, reducir el uso de sal agregada, utilizar productos naturales, consumir carnes en porciones ajustadas, evitar la ingesta de productos ultraprocesados y bebidas azucaradas son recomendaciones de la Comisión Honoraria para la Salud Cardiovascular. Los uruguayos usan el doble de sal de la recomendada, exponiéndonos a enfermedades cardíacas, advierten los médicos.

Feria de frutas y verduras en la ciudad de Montevideo

La responsable del Área de Nutrición y Alimentación de la Comisión Honoraria para la Salud Cardiovascular, Gabriela González Bula, explicó a la Secretaría de Comunicación que la alimentación es uno de los elementos que pueden promover salud y evitar la enfermedad cardiovascular, junto a otros factores del estilo de vida como el ejercicio físico, no fumar y el manejo del estrés. “Los uruguayos tenemos mucho para hacer para proteger nuestro corazón y cuidarnos más”, dijo en el marco de la Semana del Corazón.

La Encuesta Nacional de Factores de Riesgo revela que más del 90 % de los uruguayos no llega a las cinco porciones de frutas y verduras por día recomendadas. “Se sabe que a partir de esa cantidad se tiene un factor de protección cardiovascular, por lo bueno que son en nutrientes y por todos los factores protectores de los antioxidantes”, explicó.

También apuntó al cuidado en el consumo de sal, dado que se sabe que los uruguayos consumimos casi el doble de lo que se recomienda a nivel mundial. En nuestro país se consume cerca de diez gramos por día, cuando lo que se sugiere son cinco gramos, incluida la sal agregada y la que traen los alimentos (pan, bizcochos, galletitas, fiambres y quesos).

La comida envasada generalmente viene con mucha sal y calorías, aspecto preocupante porque existe un nivel de sobrepeso y obesidad creciente. Es necesario ajustar la cantidad de calorías que se consumen. Esto va de la mano del consumo de azúcares, sobre todo bebidas azucaradas.

Creció la ingesta de ultra procesados y bebidas azucaradas un 140 %, sobre todo en niños y adolescentes, generando mayor sobrepeso y obesidad. El consumo elevado de alimentos que no son saludables tiene que ver con los ritmos de vida actuales que hacen que no se planifique lo que comemos. Para González, no se le dedica el tiempo suficiente a seleccionar, elaborar y consumir productos naturales.

La responsable del Área de Nutrición y Alimentación de la Comisión Honoraria para la Salud Cardiovascular, Gabriela González Bula, explicó a la Secretaría de Comunicación que la alimentación es uno de los elementos que pueden promover salud y evitar la enfermedad cardiovascular, junto a otros factores del estilo de vida como el ejercicio físico, no fumar y el manejo del estrés.

“Los uruguayos tenemos mucho para hacer para proteger nuestro corazón y cuidarnos más”, dijo al insistir en el cuidado a la salud en el marco de las actividades por la Semana del Corazón.

La Encuesta Nacional de Factores de Riesgo revela que más de 90 % de los uruguayos no llegan a las cinco porciones de frutas y verduras por día recomendadas. “Se sabe que a partir de esa cantidad se tiene un factor de protección cardiovascular, por lo bueno que son en nutrientes y por todos los factores protectores de los antioxidantes”, explicó.

También apuntó al cuidado en el consumo de sal, dado que se sabe que los uruguayos consumimos casi el doble de lo que se recomienda a nivel mundial. En Uruguay país se consume cerca de 10 gramos por día, cuando lo que se sugiere son cinco gramos, incluida la sal agregada y la que traen los alimentos (pan, bizcochos, galletitas, fiambres y quesos).

La comida envasada generalmente viene con mucha sal y calorías, aspecto preocupante porque existe un nivel de sobrepeso y obesidad creciente. Es necesario ajustar la cantidad de calorías que se consumen. Esto va de la mano del consumo de azúcares, sobre todo bebidas azucaradas.

La ingesta de alimentos ultraprocesados y bebidas azucaradas creció 140 %, sobre todo en niños, niñas y adolescentes, generando mayor sobrepeso y obesidad. El consumo elevado de alimentos que no son saludables tiene que ver con los ritmos de vida actuales que hacen que no se planifique lo que comemos.

Para González Bulla, no se le dedica el tiempo suficiente a seleccionar, elaborar y consumir productos naturales.

El incremento en el consumo también tiene que ver con dificultades de acceso. A veces en algunas zonas cuesta encontrar frutas y verduras y es más fácil e incluso más barato encontrar productos procesados. La publicidad juega un rol importante.

La especialista se refirió a la idea de que el uruguayo es un consumidor de carne en grandes proporciones. Dijo que no es un mito, que es real y que cada año somos de los que más consumimos, sobre todo carnes rojas.

“Nuestras carnes son mejores por las características de la alimentación de nuestro ganado, pero sin duda porciones demasiado grandes generan un desbalance”, advirtió.

Consumir demasiada carne implica que dejemos de comer vegetales que aplicarían balance en esa misma comida y lo mismo ocurre con las frutas.

“Ajustemos las porciones y quitemos las grasas visibles de las carnes antes de consumirlas. Esas son las que elevan el colesterol, uno de los factores de riesgo que se deben mantener en niveles normales”, alertó la especialista.

En cuanto a la alimentación de los niños, dijo que se debe trabajar con ellos y con sus padres.

“Los niños son grandes promotores y quedó demostrado en el trabajo que realizaron las maestras con ellos en el abordaje del tema del consumo de tabaco, donde pudieron incidir positivamente en los hábitos de la casa”, señaló.

La nutricionista entiende que es importante proseguir el trabajo en educación y desarrollar nuevas estrategias para volver a los productos naturales, como la promoción a través de como talleres de cocina y huertas.

“Educamos con lo que decimos pero mucho con lo que hacemos, por lo tanto los referentes adultos (padres, docentes) debemos dar el ejemplo con nuestro modelo de consumo, con nuestro patrón de alimentación”, sostuvo.

En cuanto a la dieta, la especialista recomendó la realización de por lo menos tres comidas, aunque lo oportuno serían cuatro e incluso cinco.

“No es mala cosa hacer una distribución a lo largo del día porque precisamos combustible”. Hizo hincapié en no obviar el desayuno, porque se necesita energía para ponerse en marcha, y en no dejar pasar demasiadas horas sin comer.

Sugirió la inclusión de cinco porciones de frutas y verduras en una misma jornada. Esto puede distribuirse en tres porciones de frutas, una en el desayuno, otra para el trabajo o el estudio y otra incluida en la merienda en un licuado o ensalada de frutas o como postre de una de las comidas principales. Las restantes dos verduras distribuirlas entre el almuerzo y la cena, haciéndolo de forma planificada, explicó.

Es importante agregar lácteos, descremados, bajos en grasa y en sal, que aportarán calcio. Las carnes deberían ser magras y en porciones ajustadas. El pescado tiene grasas buenas, protectoras del corazón, por lo cual se recomienda que se ingiera dos veces a la semana.

Los cereales, pan, arroz y polenta aportan energía, pero también generan calorías. Es importante gastar esa energía o consumirlos en menor dosis.

 

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