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Revalorizan la historia regional y afirman la identidad local de los sorianenses

“Los hechos históricos no permanecían ocultos, se conocían, pero hasta ahora no se les daba la trascendencia que tenían”, dijo el historiador Manuel Santos Pirez en referencia a los hallazgos del Río San Salvador, Departamento de Soriano.

El área, ubicada a dos kilómetros y medio de la desembocadura del río San Salvador en el río Uruguay, es relevada por un equipo de arqueólogos de la Comisión de Patrimonio de la Nación y la Intendencia de Soriano. Ésta, recobró inusitado interés a partir de la aparición de estructuras y artefactos navales del siglo XVI y enterramientos prehispánicos.

(verhttp://www.presidencia.gub.uy/sci/noticias/2011/03/2011032101.htm).

Santos Pirez, miembro académico del Instituto Histórico y Geográfico del Uruguay, dijo que “todos los sorianenses recordamos la fecha de 1520, porque es el año en que llega al departamento el expedicionario español Rodríguez Serrano a bordo de la nave Santiago”.

Relató que Hernando de Magallanes, un navegante portugués al servicio del Reino de España se internó en el Paraná Guazú, luego Río de Solís y hoy Río de la Plata, buscando un canal interoceánico. Ordena a Rodríguez Serrano explorar en dirección al norte y llega al oeste de los actuales departamentos de Colonia y Soriano.

En mayo de 1527 la expedición de Sebastián Gaboto arriba al Río de la Plata. Éste, ordena a Antón de Grajeda que surque el Río Uruguay y es así que alcanza la desembocadura de un río que nombra San Salvador donde funda el fortín del mismo nombre que, dos años más tarde, es abandonado por el hostigamiento charrúa.

Al entrevistado no le sorprende que en la zona se hubieran encontrado dos enterramientos prehispánicos, de características diferentes, que serán analizados en laboratorio. Se sabe que la zona fue habitada por charrúas, yaros, chanáes y guaraníes.

Las puertas de la tierra

Santos Pirez, que utilizó bibliografía de Ricardo Lafuente Machain y Aníbal Barrios Pintos, como fuentes de información, citó una carta fechada el 10 de julio de 1528 escrita por Luis Ramírez.

En la misiva, el joven le cuenta a su padre las bondades productivas del lugar. Relata que se sembraron 50 granos de trigo y a los tres meses se recogieron 550, lo que permitía sembrar dos veces al año.

Habría sido el primer lugar de la Banda Oriental donde se plantó trigo, lo que contribuyó a que el área cercana a la ciudad de Dolores, siglos después, fuera denominada como el granero de la República.

Santos Pirez destacó un enfrentamiento entre indígenas y españoles conocido como combate San Gabriel que se registró el 29 de diciembre de 1573 donde resultaron abatidos Zapicán, su sobrino Abayubá, Tabobá, Magalona, Anagualpo y Yandinoca y habrían muerto un centenar de españoles.

El 30 de mayo de 1574 el adelantado Ortiz de Zárate fundó la ciudad de Zaratina en un lugar, presumiblemente, cercano al antiguo fortín de San Salvador. El entrevistado dijo que por entonces los españoles buscaban un puerto de cierta profundidad, al abrigo de vientos y correntadas.

"Debía tener ciertas condiciones de seguridad para asentarse y, como se decía en la época, abrir las puertas de la tierra". Un asiento, en la entrada al Río de la Plata, desde donde se realizaran operaciones militares, entre las ciudades de Buenos Aires y Asunción.

Santos Pirez indicó que se trataba de un rancherío, con empalizada donde vivían entre 80 y 100 personas. Las autoridades españolas la denominaron capital de la provincia de Nueva Vizcaya, en honor a Ortiz de Zárate y su sobrino Juan de Garay, ambos vizcaínos.

Allí se sembró trigo, maíz y legumbres, se criaron caballos, cabras y cerdos y, según documentos de época, en el lugar había abundante pesca y se cazaban venados y perdices.

El 20 de julio de 1577 la ciudad fue abandonada, según recuerdan las crónicas, debido al hambre, las deserciones que diezmaron a la población y las hostilidades de los indígenas.

“Los indígenas en principio se muestran amistosos, pero cuando advierten que el fin principal es el apropiarse de sus tierras, comienza el hostigamiento, que alternan con épocas de paz. Consiguen finalmente el abandono de los fortines, lo que causa sensible demora en la radicación definitiva de europeos en las tierras del suroeste del país”, concluye José Olazarri, en el tomo I de la “Breve Historia de Soriano”.  

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• Manuel Santos Pírez