#RespetandoYconviviendo

Ciclovías y bicisendas: incorporarlas a la infraestructura de las ciudades, es una apuesta a la calidad de vida

Requieren de cada ciudadano un crecimiento personal basado en la tolerancia y la convivencia en el tránsito.
Ciclovía de Montevideo utilizada por una ciclista.

A medida que evolucionan las ciudades, sus modos de movilidad y la infraestructura urbana acompaña, debemos valorar la aparición de nuevas señas en la vía pública y aprender a “leer” a qué se refieren, qué derechos, obligaciones y restricciones ofrecen; y sobre todo disfrutarlas como parte de un proceso evolutivo que solemos admirar en otras comarcas.

El caudal de movilidad de determinadas arterias -incluso accesos a ciudades en rutas nacionales- ha generado la necesidad de demarcar espacios específicos para la circulación segmentada y segura de determinado tipo de vehículos.

Así es como ciclovías y bicisendas, tienen reservadas –y debidamente señalizadas- áreas específicas de la calzada o de la acera respectivamente, para la circulación segura de ciclistas. 

Ellas no pueden ser invadidas por otros vehículos o peatones. Y a su vez, los conductores de bicicletas tienen prohibido circular por los sitios destinados a peatones, salvo que esté autorizado; y viceversa, los peatones deben evitar detenerse en las bicisendas, que son las áreas de circulación que se comparten encima de las veredas.

Naturalmente que en las bicisendas que están rodeadas de una alta circulación de peatones, los ciclistas asimilan el concepto de velocidad reglamentaria (Artículo 15, numeral 1 de la Ley 18.191) contraponiéndolo al de velocidad adecuada, para bajar la misma en estos entornos y manejarse con atención y prudencia.

Otra circunstancia diferente, es el bloqueo de las bicisendas. Situaciones de “emergencias” o mudanza, son las excepciones en que estas vías pueden ser ocupadas u obstruidas por otros vehículos. Está expresamente prohibido estacionar sobre ellas, así sea por unos minutos.

Pero, muchas veces sucede que se estacionan los vehículos obstruyendo la circulación legalmente habilitada; a veces un simple estacionamiento, a veces una circunstancia de carga o descarga de mercadería. Éstos últimos tienen la solución resuelta a través de habilitaciones especiales tramitadas ante el organismo correspondiente.

Obviamente que esta invasión de bicisenda o ciclovía, altera lo planificado, generando que los ciclistas se desvían de su camino; muchas veces tengan que retornar al flujo general de tránsito donde no son esperados por los conductores de otros vehículo, generándose así riesgos para todos.

Frente a estos escenarios en Montevideo se puede apelar al Servicio de Vigilancia de Tránsito. Puede ser al correo gestion.transito@imm.gub.uy o a los teléfonos 1950 8324 (Vigilancia) o 1950 4000 (CGM).

El crecimiento como ciudadanos, es adaptarnos a estas novedades fortaleciendo la convivencia e integración en el tránsito, y volviéndolo seguro para todos.

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