Daniel Radío: la interacción entre el consumo de drogas y la seguridad vial deviene en una competencia de salud pública
Esta actividad tiene como objetivo reunir a referentes de Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Estados Unidos y Uruguay para actualizar conocimientos y aportar al debate sobre esta temática.
El jerarca celebró la realización de este tipo de actividades de investigación, debate y formación, cada vez más frecuentes, que “ha sido una característica que intencionalmente también desde la Secretaría Nacional de Drogas hemos estimulado durante este periodo para tratar de incidir en que el diseño y la implementación de las políticas públicas vinculadas a la temática de las drogas, para que tengan un basamento mucho más en la evidencia y en la participación de la interdisciplina que en la intuición o en intereses de otro tipo”.
“Esta actividad busca colocar en la agenda pública un tema plagado de falacias y de mitos que involucra al mismo tiempo la libertad de las personas y la seguridad en el tránsito de los protagonistas y de terceras personas”, sentenció el Dr. Radío.
“En Uruguay los accidentes de tránsito son una de las principales causas de muerte y de lesiones en las personas jóvenes. En muchas oportunidades probablemente esté vinculado, en este caso sí, a la baja percepción de riesgo del binomio conducción y consumo de drogas, aunque hay que aclarar que esta baja percepción de riesgo no es exclusiva de las personas jóvenes, sino que muchas veces, quizás las más de las veces, las prácticas imprudentes son protagonizadas por adultos”.
“La interacción entre el consumo de drogas y la seguridad vial deviene en una competencia de salud pública en la misma medida en que afecta a la persona que conduce y eventualmente consume, a los pasajeros de un vehículo, a las demás personas que comparten el tránsito y a las respectivas familias y sus entornos. Si bien es un dato que el consumo de drogas constituye un factor de riesgo para la conducción, ya que altera el comportamiento y el nivel de conciencia, en numerosas ocasiones se actúa como si ello no fuera así”, subrayó.
Posteriormente expuso sobre los resultados de un estudio del año 2020 realizado en en Madrid, en el que se señala que el cumplimiento de las normas de tráfico depende de dos factores. “En primer lugar del grupo de referencia y sus creencias con respecto a la normativa y en segundo lugar de la aceptación moral de los preceptos formales, es decir, de la interiorización de la norma como adecuada social e individualmente.”
“Según la encuesta nacional sobre consumo de drogas y salud del año 2021 del National Survey on Drug Use and Health, 13,5 millones de personas de 16 años o más condujeron bajo el efecto de alcohol en el año anterior a esa encuesta y 11,7 condujeron bajo el efecto de drogas ilegales, 11,7 millones” enfatizó. “La encuesta también indicó que los hombres son más propensos que las mujeres a conducir bajo el efecto de drogas o alcohol y este dato resulta concordante con varios hallazgos en la literatura científica.”
“En la perspectiva de género nos permite identificar distintos niveles de afectación entre varones y mujeres y es un dato que debería ser tomado en cuenta a la hora del diseño de las políticas preventivas y asistenciales.”