Conducción con niebla
Materiales didácticos
Conducir cuando aparece la niebla es bastante complejo, ya que disminuye la visibilidad e incluso, cuando esta es espesa, se pueden perder completamente las referencias de la carretera.
Distancia de seguridad
En caso de niebla la distancia de seguridad entre vehículos es fundamental debiendo adaptarse la misma según las circunstancias, cuanto más espesa la niebla lo más recomendable es mantener una mayor distancia de seguridad. Esto nos permitirá reaccionar a tiempo ante una maniobra imprevista del vehículo que nos precede.
Velocidad
Lo mismo sucede con la velocidad, lo óptimo es adecuar la misma a esta situación, por lo tanto debemos reducir la velocidad de circulación lo que nos dará más tiempo de reacción ante cualquier situación de riesgo.
Humedad
Con niebla aparece la humedad y con piso húmedo la distancia de frenado se hace mayor. Además es posible que el vehículo no reaccione de forma habitual en las curvas.
Luces
Aunque te veas tentado, nunca enciendas las luces largas porque será contraproducente. Las luz larga rebotará en el banco de niebla deslumbrándonos sin conseguir el objetivo buscado.
Marcas longitudinales
Una buena práctica en caso de niebla es guiarse por las marcas longitudinales de la vía, de esta forma podremos llevar el vehículo correctamente ubicado en el carril.
Detención segura
Detenerse en la banquina, aún en días despejados, no es una buena práctica; pero con niebla se transforma en una acción de mucho riesgo. La recomendación es que ante algún desperfecto mecánico si este nos permite seguir circulando, lo hagamos hasta llegar a una salida de la vía que sea segura. Si no hay otra opción que detenerse en la banquina, lo recomendado es que todos los ocupantes desciendan del vehículo y se sitúen alejado de este y de la vía. Deberán utilizar prendas reflectivas (recuerden que hay dos en el maletín de primeros auxilios y seguridad vial) y señalizar debidamente el lugar colocando las balizas triangulares.
Faros antiniebla
Los faros antiniebla pueden ser delanteros y traseros. Los traseros están incluidos de serie en todos los coches y, un gran grueso de automóviles, también incorpora los faros antiniebla frontales. Ambos son independientes, es decir, se pueden activar de forma separada.
En lo que toca a los faros traseros antiniebla, se trata de unos faros rojos con un haz de luz muy potente, por lo que pueden deslumbrar al resto de conductores si no se usan correctamente.
Por su parte, los delanteros, de iluminación menos intensa blanca o amarilla selectiva, pueden utilizarse en más situaciones.