Sistema antibloqueo de frenos (ABS)
Materiales didácticos
El sistema ABS puede disminuir el riesgo o la gravedad de un siniestro en determinadas circunstancias. Su efectividad es máxima cuando el conductor se comporta de la misma forma que lo haría si no dispusiera del sistema y respetando las normas de tránsito.
Evita el bloqueo de las ruedas en frenadas de emergencia o sobre superficies de baja adherencia (calzada mojada), previniendo las pérdidas de control y de estabilidad del vehículo.
En un vehículo con ABS, el conductor debe, ante una situación de emergencia, accionar completamente el pedal de freno, y mantenerlo apretado hasta que el vehículo se haya detenido completamente. Junto con el pedal de freno, debe pisarse a fondo el pedal del embrague.
La modulación de la presión del líquido de frenos que realizan los sistemas ABS puede transmitirse, en forma de golpeteo, al pedal de freno. Este fenómeno, que ha sido minimizado en muchos vehículos, puede ser confundido con un mal funcionamiento del sistema. La norma de comportamiento en situaciones de emergencia debe ser siempre no aflojar la presión sobre el pedal de freno.
En Uruguay desde el 2014, el ABS es equipamiento obligatorio para los vehículos 0 km.
En la actualidad el sistema, en algunos automóviles, se integra o comparte elementos con con sistemas como el control de estabilidad (ESC) o el sistema de asistencia a la frenada de emergencia.
¿Cuáles son sus elementos básicos?
Sensores de velocidad de giro en las ruedas: permiten conocer en todo momento la velocidad y aceleración angular, y a partir de estas variables determinar el momento en que una rueda se encuentra próxima a la situación de bloqueo.
Válvulas de control: permiten regular la presión del líquido (o aire comprimido, en frenos neumáticos) en el cilindro del freno de cada rueda.
Una unidad de control.
¿Cómo funciona?
En una frenada de emergencia, el ABS modula la presión sobre los frenos de las distintas ruedas, disminuyéndola, manteniéndola y aumentándola, sucesivamente.
De algún modo, esto equivale a poner en práctica, de forma automática, la técnica de frenado que debe adoptarse en vehículos sin ABS, consistente en pisar y aflojar alternativamente la presión sobre el pedal de freno, para evitar los efectos negativos del bloqueo.
En un vehículo con ABS el conductor debe, ante una situación de emergencia, accionar completamente el pedal de freno, y mantenerlo apretado hasta que el vehículo se haya detenido completamente.
Además, en una frenada de emergencia debe pisarse, junto con el pedal de freno, el embrague, de manera que se interrumpa la conexión entre ruedas y motor. Debe tenerse en cuenta que, si bien en situaciones de conducción normal es muy importante aprovechar el freno motor, en una frenada de emergencia el motor se convierte en una resistencia más —un elemento que es necesario frenar—, por lo que la forma óptima de llevar a cabo la maniobra es desembragar y con ello evitar que una parte de la fuerza de frenado sea invertida en vencer la inercia del giro del motor. Además, con ello se evita que el motor pare de forma abrupta en el momento de la detención.
Se recomienda pisar muy muy fuerte el pedal, ya que la tendencia de la gran mayoría de los conductores es a aflojar esa presión en cuanto notan que el pedal retiembla, perdiendo eficacia el accionar del sistema.
Fundamento físico del ABS.
Un neumático dispone de una adherencia combinada para soportar fuerzas longitudinales (necesarias para acelerar y frenar) y laterales (necesarias para trazar curvas, realizar giros o mantener la trayectoria ante la acción del viento). Por tratarse de una acción combinada, cuando se aumenta la fuerza utilizada para acelerar o frenar, disminuye la capacidad para soportar fuerzas laterales.
Cuando se produce una frenada severa, o cuando se frena en condiciones de muy baja adherencia (suelo mojado), la fuerza de frenado aplicada a las ruedas puede exceder la adherencia disponible entre neumático y calzada, provocando el bloqueo de la rueda. Una rueda bloqueada se desliza sobre el pavimento sin girar. Debido al fenómeno comentado en el párrafo anterior, la adherencia lateral de una rueda bloqueada es prácticamente nula.
Muchos conductores que se han enfrentado a un bloqueo de las ruedas durante un frenado de emergencia, en un vehículo sin ABS, han comprobado que el vehículo continúa desplazándose recto aunque el conductor mueva el volante, debido a que los neumáticos delanteros no pueden soportar la fuerza lateral necesaria para cambiar la dirección. Otra situación que puede darse es el desplazamiento lateral del vehículo, debido a la nula capacidad de los neumáticos bloqueados para soportar la acción del viento.
En definitiva, el bloqueo de las ruedas puede significar la pérdida de control imposibilitando modificar la trayectoria del vehículo, o la pérdida de estabilidad (el vehículo gira sobre sí mismo). Sería similar a conducir sobre una placa de hielo. Cualquiera de las dos situaciones produce un aumento evidente del riesgo de siniestro.
Otro efecto negativo del bloqueo de las ruedas es que la fuerza de frenado con la rueda bloqueada (deslizándose sin girar) es menor a la máxima fuerza de frenado posible entre neumático y calzada. Ello da lugar a un aumento de la distancia de frenado.
El objetivo del sistema antibloqueo de frenos es evitar el bloqueo de las ruedas en situaciones en las que la fuerza de frenado aplicada a la rueda supere la adherencia entre neumático y calzada. Al evitar el bloqueo de ruedas, se consigue evitar la inestabilidad o pérdida del control asociado al mismo. En la mayoría de situaciones se consigue además disminuir la distancia de frenado, pero ello depende del tipo de superficie y del tipo de sistema de control utilizado en el ABS. La reducción de la distancia de frenado debe considerarse un objetivo secundario frente al principal que es evitar la pérdida de control y estabilidad.
Definiciones
ABS (Antilock Brake System).
Fuente
DGT España.