Chile enseña sobre cocina saludable y ahorro de energía a familias uruguayas

Cómo cocinar disminuyendo el consumo de leña, usando energía solar y de forma más saludable son algunos de los conocimientos que técnicos chilenos compartieron con integrantes de la Sociedad de Fomento Rural de Migues (Canelones), de la Organización Casa Lunas (Montevideo) y familias de Los Furtado (Tacuarembó). El proyecto de cooperación que los trajo a Uruguay en dos oportunidades permitió que 120 familias aprendieran a construir y utilizar cuatro nuevos artefactos para cocinar.
Días atrás, técnicos uruguayos y chilenos trabajaron junto a las familias en la construcción de “Tecnologías Socialmente Apropiadas” para generar una alimentación saludable en las comunidades, a través de artefactos como: la Olla Bruja (hecha de espuma plast que permite seguir cocinando alimentos luego de utilizar fuego por unos 10 minutos), el Fogón Rocket (cocinillas para ahorro de leña), el secador solar (para secar frutas) y el Horno Solar (para hornear con energía solar), los que han sido evaluados exitosamente en su desempeño en terreno con familias beneficiarias.
Estos artefactos de uso doméstico son elaborados de forma sencilla y a muy bajo costo con materiales simples y localizables en los mercados locales, y ofrece un mejor provecho de energías y recursos renovables.
La iniciativa de cooperación es financiada por el Fondo Chile contra el Hambre y la Pobreza, articulado por la Agencia de Cooperación Internacional de Chile para el Desarrollo (AGCID) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) de Chile, en coordinación en Uruguay con el Programa de Pequeñas Donaciones (PPD) del PNUD y el Fondo para el Medio Ambiente Mundial. Las capacitaciones estuvieron a cargo de técnicos de la ONG El Canelo de Nos de Chile.
En el proyecto de autoconstrucción, técnicos chilenos trabajaron primero en El Salvador en donde participaron 180 familias. En el caso de Uruguay, en junio se realizó la primera visita para la elaboración de estos artefactos de cocina y se trabajó también con representantes del Programa Huertas Escolares, además de productores de Sauce, Tala, de las Sierras de Rocha y de Aiguá.
Además, con el fin de que este aprendizaje pueda replicarse a otras comunidades y para realizar evaluaciones posteriores, el PPD de Uruguay articuló con la ONG CEUTA, que viene trabajando en esta tecnología en el país y ha participado de estos procesos.
En construcción
María forma parte del grupo de mujeres de Fomento de Migues. Trabajan con hierbas medicinales y aromáticas y las venden a empresas, principalmente de Montevideo, para producir homeopatía. Destaca que se trata de productos locales y orgánicos.
Durante la última misión de técnicos chilenos, María participó de la construcción de los secadores solares, que sabía las ayudarían a acelerar su proceso de producción. Esos artefactos “nos van a ayudar a secar más rápido, es mejor para deshidratar el ajo que no es fácil de secar, el guaco, la cáscara de manzana”, dijo. Contó, además, que hasta el momento usaban nylon para el secado de las frutas pero se rompía muy seguido y no rendía lo mismo.
Alejandra Alarcón, coordinadora del proyecto por PNUD Chile explicó que se eligió Uruguay porque “al igual que Chile somos países de ingresos medios alto, sin embargo seguimos teniendo brechas, familias que están en algún grado de vulnerabilidad importante y con difícil acceso a recursos y a acciones innovadoras”.
Según Alarcón, los talleres de autoconstrucción son trabajos participativos, donde se involucra a las familias y más allá de los artefactos que se construyen, se busca mejorar la dieta, fortalecer las capacidades de hombres y mujeres para facilitar la cocción de los alimentos y hacerlo de una forma más saludable. “Es un cambio de chip sobre la forma de cocinar y los tiempos”, concluyó la técnica chilena.
Sandra Bazzani, coordinadora del Programa Pequeñas Donaciones de Uruguay valoró la forma como se involucran las comunidades en este proyecto. “Hay una apropiación por el hecho de construirlo y hacerlo de forma colectiva”.
También destacó la posibilidad que brinda este proyecto para el caso de la Organización Casa Lunas, que trabaja con madres adolescentes. “Allí se hicieron las ollas brujas y se les encargó la elaboración de los forros. La idea es que para ellas, en un futuro, pueda ser un emprendimiento para vender las ollas a gente que sí tenga capacidad de comprarlos”, explicó Bazzani.
El Programa de Pequeñas Donaciones de Uruguay trabaja en el país desde hace 10 años y tiene proyectos en casi todos los departamentos. Desarrollan distintas líneas temáticas de trabajo: áreas protegidas ecoturismo, energías renovables, tratamiento de efluentes domésticos, residuos, producción agroecológica, entre otras.
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Más información sobre el Programa de Pequeñas Donaciones de Uruguay y más nformación de la Agencia Chilena de Cooperación