El Movimiento Mayo Amarillo en Florida
El Movimiento Mayo Amarillo 2025, una iniciativa global enfocada en la concientización y prevención de los siniestros de tránsito. En esta edición se destaca que se cumplen 10 años de participación de Uruguay en el movimiento.
El lema de este año, "Movilidad humana, responsabilidad humana", busca generar una reflexión profunda sobre los comportamientos en el tránsito y su impacto. La iniciativa está dirigida especialmente a los jóvenes, que representan el grupo más afectado por los siniestros viales.
El enfoque de Mayo Amarillo va más allá de simples campañas, presentándose como un verdadero movimiento transformador. Se articula entre distintos sectores —salud, educación, autoridades públicas, sociedad civil— y se desarrolla a lo largo del año, no solo en mayo. La estrategia aborda factores de riesgo específicos como el uso del casco, el cinturón de seguridad, la visibilidad y el no uso del celular al conducir o caminar.
El factor clave es la educación vial, con tal motivo la Intendencia de Florida realizará una actividad abierta al público con el objetivo de promover la educación y la concientización sobre seguridad vial de una forma dinámica, participativa y familiar.
Reseña sobre el movimiento.
Mayo Amarillo es un movimiento internacional de concientización sobre la seguridad vial, nacido en Brasil en 2014 y adoptado en más de 30 países. Se inspira en la proclamación de la ONU que declaró al 11 de mayo como el inicio de la "Década de Acción para la Seguridad Vial" (2011-2020), lo que convirtió a mayo en el mes simbólico para revisar avances y promover cambios en la conducta vial.
El color amarillo, universalmente asociado a la advertencia vial, es el emblema del movimiento. A diferencia de una campaña temporal, Mayo Amarillo se concibe como una iniciativa permanente, sostenida por la acción ciudadana, el compromiso institucional y la educación, que busca salvar vidas fomentando una cultura de responsabilidad y prevención en el tránsito.
Su impacto radica en unir múltiples actores —desde gobiernos hasta víctimas y sobrevivientes— bajo un mismo mensaje: la seguridad vial es una responsabilidad compartida y constante.