Huella de Carbono
Según datos del organismo, en un período de 100 años el metano calienta entre 28 y 34 veces más que el dióxido de carbono, pero su efecto en la atmósfera es más corto: al cabo de una década, el gas desaparece. En tanto, el dióxido de carbono —producido sobre todo por el uso de combustibles fósiles, la producción de cemento y la deforestación— permanece durarante siglos en la atmósfera y en los océanos.
En términos globales, Uruguay es responsable únicamente por el 0,04% de las emisiones globales. No obstante, a nivel local, según estimaciones del inventario nacional realizado por la Dirección de Cambio Climático del Ministerio de Ambiente con participación del Ministerio de Industria Energía y Minería (MIEM) y el MGAP, alrededor del 75% de las emisiones de gases de efecto invernadero corresponden al sector Agricultura, Silvicultura y Otros Usos del Suelo (Afolu, por sus siglas en inglés).
A su vez, este sector es responsable del 100% de la captación de carbono, lo que resulta en un balance del 60% neto nacional de gases de efecto invernadero, según los datos recogidos por el gobierno, que se obtienen siguiendo metodologías del IPCC. Cada ministerio realiza la estimación y el reporte de las emisiones correspondientes a su sector: Afolu y el sector Energía.
Si se observa únicamente las emisiones de metano, el sector agropecuario es el principal emisor, siendo responsable del 93% de las emisiones. Los desechos aportan un 6% mientras que la energía apenas un 1%.
Aún así, el informe destaca que la gran participación agropecuaria en la emisión de gases de efecto invernadero surge de la fermentación en el aparato digestivo de los rumiantes, “a diferencia de las emisiones por uso de
combustibles fósiles que contiene carbono depositado hace millones de años y que se está volcando a la atmósfera”, apunta.
“Una pequeña gota en el océano”: así describe el ministro de Ganadería, Fernando Mattos, a ese 0,04% de emisiones de gases de Uruguay a nivel global. “Pero eso no nos quita el compromiso de tratar de hacer prácticas productivas para reducir el impacto ambiental”, agrega.
La huella de carbono es entonces el balance de gases de efecto invernadero que deja un producto, en este caso puntual: la carne, la leche, la lana.