“Ganarle a la quietud"

Ministro García: Adecuar canales de navegación, revertir contaminación de ríos y extender navegabilidad del río Uruguay

Al exponer en el simposio sobre “Intereses Marítimos Nacionales”, organizado por la Armada Nacional, el ministro de Defensa Javier García, aseguró que el país tiene como algunos de sus desafíos, adecuar los canales de navegación y los puertos al explosivo crecimiento del transporte marítimo y a sus avances tecnológicos, revertir el proceso de contaminación de los ríos y extender la navegabilidad del río Uruguay. El ministro advirtió que “la lentitud en el siglo XXI es detenimiento. El rumbo está marcado. Necesitamos acortar la singladura y llegar a ese destino positivo. Tenemos que ganarle a la quietud que impide avanzar, anteponiendo la fuerza del rumbo cierto y la decisión”, enfatizó.
Ministro de Defensa Nacional, Javier García en Simposio Maritimo

Este fue el discurso del ministro García en el referido simposio.

Agradezco la invitación y la oportunidad de estar presente en el cierre de un Seminario de estas características que jerarquiza a la Armada Nacional, que resulta consonante con su vocación, presencia y protagonismo en los procedimientos que dieron solución a los limites fluviales y marítimos de nuestro país, uno de los mayores desafíos que hemos enfrentado en nuestra historia. Mi homenaje y reconocimiento personal a la Armada Nacional por tan efectivo y permanente aporte.

Dichos desafíos fueron solucionados mediante negociaciones, procedimiento que constituye un ejemplo para nuestro Hemisferio, acostumbrado a otros medios, como el recurso del arbitraje, para remediar temas de tan alta sensibilidad, como lo es la fijación de los límites nacionales.

Tal como nos lo recuerdan historiadores de la talla de Washington Reyes Abadie, Oscar Bruschera y Tabare Melogno, los intereses marítimos representados por el puerto de Montevideo, agrego yo, por nuestros puertos, sumados a la pradera y la frontera constituyen rasgos definitorios de nuestra peripecia nacional. (Pradera, frontera, puerto, Montevideo, 1966, Banda Oriental).

El mero repaso de los temas que compusieron la agenda de este encuentro, sumado a la jerarquía de los expositores indica la importancia que continúan revistiendo para el interés nacional. En este sentido permítame citar algo de la profusa bibliografía que ha dado lugar la firma de los Tratados del Río Uruguay y del Río de la Plata, procedente tanto de aquellos que han intervenido en la negociación y también de historiadores de reconocida trayectoria, como son los trabajos de Homero Martínez Montero, Juan Pivel Devoto, Julio Cesar Lupinacci, Manuel Vieira, Edison Gonzalez Lapeyre, Yamandu Flangini y Julio Lamarthe.

Los Tratados de Limites citados que fueron la base de este encuentro, son considerados a nivel internacional como poseedores de fórmulas novedosas e imaginativas que permitieron solucionar múltiples temas sensibles y hasta ese momento pendientes con la República Argentina, tanto en el plano de la delimitación fluvial, como en la administración de un espacio integrado y otras materias, incluyendo al frente marítimo, en el cual ambos países comparten intereses respecto a la navegación, pesca, contaminación e incluso a la defensa.

 

Estamos convencidos que el espíritu que permitió llegar a fórmulas que facilitaron los entendimientos sigue estando presente y servirá para enfrentar los desafíos más urgentes de la presente hora, entre los que podemos citar :

  • Adecuar los canales de navegación y los puertos al explosivo crecimiento del transporte marítimo y a sus avances tecnológicos.

No debemos olvidar la importancia estratégica que posee el Río de la Plata (incluyendo a los componentes de su gran cuenca hidrográfica, el Paraná, Paraguay el Uruguay) que permite el acceso directo al Océano Atlántico, y por lo tanto tener la posibilidad de constituirse en el eje de las comunicaciones y transporte fluvial de mayor gravitación en el cono sur, debido a su influencia social y económica sobre las regiones meridionales de Paraguay, Bolivia y el sudoeste de Brasil.

Para dar una idea de la importancia de dicho potencial, recordemos que en los últimos diez años, el comercio internacional promedialmente alcanzó el 3.5% del PBI mundial; llegando en el 2019 a la suma U$S19480 millones, monto que en su 90% fue transportado marítimamente.

Se calcula que para el año 2050 se transportarán vía marítima 300.000 millones de toneladas-millas un índice claro del irreversible proceso de globalización.

Ese crecimiento del comercio,( hoy ralentizado por la pandemia que nos aflige,) y por lo tanto del transporte marítimo, implica un desafío tecnológico que está siendo enfrentado por las grandes empresas navieras a través de la construcción de barcos de carga de gran porte, lo que nos obliga a llevar a cabo el necesario esfuerzo de modernización de nuestra infraestructura y de esa manera poder seguir cumpliendo con un mandato que nace en nuestra peripecia nacional, tal como magistralmente lo describió Reyes Abadie

Dicho esfuerzo no puede hacerse en solitario, y de ahí el relieve que poseen los Tratados de referencia, al incluir un andamiaje institucional que otorga certezas jurídicas a las decisiones de los órganos competentes, que permite observar con optimismo el futuro.

  • La contaminación : según estudios especializados, la cuenca del Río de la Plata se encuentra entre las más amenazadas del mundo, debido a los problemas originados en la infraestructura, las represas, la navegación, la contaminación industrial y cloacal. Revertir este proceso entendemos que es una cuestión de Estado.
  • Hidrovía Río Uruguay: el gobierno está convencido en la necesidad de potenciar el sistema hídrico del Río Uruguay mediante la extensión de su navegabilidad. De las distintas alternativas que pueden considerarse y que necesariamente implican, para su viabilidad, la conformidad de los estados vecinos, por el momento dos parecen ser las más aconsejables: a) salvar los pasos de Salto Chico y la represa de Salto Grande, utilizando el arroyo San Antonio como via fluvial alternativa en la margen oriental del río; b) finalizar la construcción de una exclusa junto a la represa de Salto Grande y realizar un canal en la margen occidental del río.

 

Cabe recordar la declaración del Sr. Presidente el pasado 24 de julio en donde afirmó: “ el río Uruguay está llamado a ser nuestro gran socio y si logramos convencer a argentinos y brasileños de su utilización, mediante obras de infraestructura, no me caben dudas que estamos ante un futuro muy promisorio”. “Una vez que el transporte y la logística faciliten la llegada de bienes, seguramente se van a radicar más inversiones “.

En esta síntesis el Presidente Lacalle define la íntima conexión que históricamente existe entre una buena utilización de los recursos fluviales y marítimos y nuestro desarrollo nacional.

Para todo esto necesitamos una Armada equipada, moderna y desplegada en nuestras aguas. Tenemos que invertir. Y para invertir en estos tiempos de recursos escasos hay que ser muy creativos y proactivos.

Para eso estamos trabajando. La lentitud en el siglo XXI es detenimiento. El rumbo está marcado. Necesitamos acortar la singladura y llegar a ese destino positivo. Tenemos que ganarle a la quietud que impide avanzar, anteponiendo la fuerza del rumbo cierto y la decisión.

Tenemos lo imprescindible, excelentes profesionales en nuestra Armada.-

Por último nuevamente felicitarlos por este seminario.

Nuestro país es marítimo, por definición. En nuestro mar y nuestros ríos, en su navegabilidad, en su cuidado y custodia, en el ejercicio de la Soberanía en ella está buena parte de nuestra definición como Nación y nuestro futuro como sociedad.

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