Con apoyo del MGAP, AASOL impulsa el fomento de la agricultura familiar en el oeste de Lavalleja

Raúl González, integrante de AASOL y participante de la Mesa de Desarrollo Rural de Lavalleja, cuenta sobre los orígenes de la organización. Todo comenzó a raíz de la donación de una ambulancia de parte de la Embajada de Japón a los vecinos de la zona: “A partir de allí se organizaron unos cuantos vecinos y empezamos a trabajar en la gestión y en la administración de esa ambulancia, que es privada, con el apoyo de distintas instituciones del Estado (los choferes los paga la Intendencia, las enfermeras las puso Asse, la sociedad privada nos aporta un dinero para financiar el enfermero los fines de semana)”, explica Raúl. Con esto se cubre un radio de 50 kilómetros a la redonda de Villa de Rosario (poblado al Oeste de Lavalleja sobre ruta 12), llegando así a Gaitán, Casupá, Chamamé, Vejigas y Estación Solís.
Como organización, AASOL se planteó actuar como institución de fomento a la agricultura familiar: “Acá hay organizaciones de fomento rural, pero faltaba una pata... los productores chicos no son atractivos para esas organizaciones, entonces, lo que estamos tratando de hacer, es ese fomento”, dice Raúl. El productor cuenta que se generó el contacto con la DGDR, desde donde surgieron algunos proyectos, como el Proyecto de Fortalecimiento Organizacional (PFO) y el Proyecto Piloto de Inclusión Rural (PPIR). Se presentaron al PFO y su proyecto fue aprobado: “En cuestión de cinco o seis meses que hace que empezamos a trabajar en la parte del fomento, tenemos alrededor de 150 socios”, dice Raúl. También presentaron proyectos en el marco del PPIR, que también fueron aprobados: “armamos un proyecto hortícola con 15 productores, un proyecto caprino con 10 productores, uno ovino con 7 productores, un proyecto de aves para huevo con 5 productores... y ahora estamos armando un proyecto ovino en Puntas de Chamamé (...), con cuatro productores que están en torno a una escuelita rural”, cuenta el productor de Villa Rosario.
Raúl no duda en decir que lo que están haciendo, es fomento rural, acompañando a los productores de la zona, para lo cual tienen un equipo técnico: “Estamos yendo a visitar a los productores chicos, viendo sus necesidades, y a partir de ahí surgió la necesidad de hacer un trabajo más macro: hicimos la solicitud de un predio a Colonización, que quedó liberado acá en Villa Rosario, para hacer un banco de forraje para los pequeños productores; estamos también tratando de hacer las tratativas con la Embajada de Japón para la donación de un tractor y una aplicadora de granos, para resolverle el tema de la alimentación del ganado a los pequeños productores”, explica.
“Estamos contentos porque la gente apoya”, dice Raúl. El sábado 12 de mayo se reunieron con el grupo hortícola para festejar el día de la madre. En el encuentro participaron unas 30 personas: “hay un ambiente de camaradería, la gente responde, está entusiasmada”, dice el productor.
Los apoyos de la DGDR
“Sin duda hay un antes y un después. Ya ha habido en la zona un montón de proyectos de llamados de la DGDR que han permitido que los productores cambien su forma de trabajo, cambien su cabeza, sus ganas... ha sido muy beneficioso”, dice Raúl. Él acostumbra a recorrer la zona ya que la Mesa de Desarrollo Rural es itinerante y todos los meses permite conocer distintas realidades del departamento: “Yo creo que el apoyo de la DGDR ha sido fundamental, ha sido un antes y un después, sin dudas (...) Para el pequeño productor es fundamental, es esto, o irse a los cinturones de la ciudad; no hay otra cosa”, afirma.
El proyecto hortícola
El aporte de PPIR es de 3.500 dólares para cada familia. Son 15 familias involucradas. Y tienen una contrapartida del 25%: “Tenemos la particularidad y el beneplácito de que la mayoría de los productores de este grupo son mujeres, casi el 70% son mujeres y por primera vez acceden a un subsidio del Ministerio de Ganadería”, dice Raúl.
La idea es comprar herramientas, hacer sombráculos, invernáculos, comprar materiales para preparar la tierra, sistemas de riego...: “es muy variado lo que necesitan, además tenemos productores que están en distinto nivel: gente que ya está produciendo con un invernáculo y esto les permite ampliar el metraje de invernáculo, y otros que están comenzando: hay dos o tres que recién comienzan, ya están preparando la tierra y van a hacer un sombráculo...”, cuenta.
“Los que ya están produciendo, ya están trabajando en conjunto, dándose una mano para vender sus productos en la feria, en la ciudad de Minas; son cosas que llenan el alma de los que hacemos trabajo social”, agrega el productor.
La intención es que el foco esté puesto en las hierbas aromáticas y medicinales, y por ello ya generaron un contacto con las productoras de Calmañana. Como contrapartida, AASOL va a hacer un secadero de hierbas: “Calmañana está dispuesta a dar una mano... Esos son regalos que uno va recibiendo, que son importantísimos”, comenta el productor.
En AASOL funciona un grupo de WhatsAPP con todos los socios, donde se transmiten todas las informaciones que llegan desde el Ministerio de Ganadería, y las vinculadas a la promoción de salud, que es por lo que la organización nació. Además se hacen concursos de recetas saludables...: “un montón de ideas que van surgiendo, y así vamos haciendo camino al andar”, concluye Raúl.