Avanza proyecto de validación de tecnologías en cultivo para productores familiares de sandías en Rivera

Una jornada de divulgación denominada “Validación en tecnologías de cultivo sustentable para productores familiares de sandías” se realizó el pasado viernes 8 de abril en la ciudad de Tranqueras, departamento de Rivera. La jornada es parte de un proyecto del Llamado “Más tecnologías para la producción familiar” que lleva adelante la Asociación de Pequeños Productores Familiares de Rivera (APPFAM) junto al Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) y que cuenta con el apoyo de la Intendencia de Rivera, la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP) y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD-ART).

El Llamado “Más tecnologías para la producción familiar” es llevado adelante por el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca a través de la Dirección General de Desarrollo Rural (MGAP/DGDR) en conjunto con el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA). Son proyectos de desarrollo de tecnologías con especial consideración del contexto al cual se aplican y que incorporan aspectos productivos, ambientales, económicos y principalmente socio culturales. Los proyectos son presentados en conjunto entre organizaciones de productores rurales y entidades públicas y/o privadas de investigación. Como estrategia metodológica se prevé la participación directa de los productores y sus familiares como parte del equipo investigador.

La actividad de divulgación del proyecto de sandías se desarrolló en el Centro Artigas Uruguay, en Tranqueras, y contó con la participación del Francisco Vilaró de INIA, que presentó los objetivos del proyecto de investigación participativa; Claudio García, que habló sobre la sistematización, riego y ferti-riego en suelo de sandía; Federico Rosas, que se refirió a los resultados en los predios demostrativos; Federico Boschi, de INASE, que habló de evaluación y registro de cultivares de sandías y aspectos de calidad; y Mario Pereira, de RENARE, que habló sobre conservación de suelos. Finalmente hubo un panel de productores y una mesa redonda. Según la Ingeniera Agrónoma Rosina Brasesco, de INIA, en Rivera la sandía es un cultivo que seda muy bien, igual que la forestación, y a nivel de la Intendencia se está trabajando para  combatir el contrabando, por lo que hay todo un control de la producción y acompañamiento a los productores familiares con tecnologías.

La productora familiar Luján Fernández ha desarrollado un área de riego junto a su familia, y su predio es uno de los que integró este proyecto de investigación participativa. Explicó que se trata de un predio de 26 hectáreas donde se trabaja la ganadería y en verano se planta lechuga. “Es muy interesante que se esté trabajando en Rivera en el tema de la sandía porque había poca información sobre este cultivo”, dijo. Indicó que se trabajaba en base a la semilla que se encontraba y que había muy poco conocimiento sobre fertilización y riego. Sin embargo, dijo que tradicionalmente siempre se ha plantado sandía. La productora entiende que “hay que ir adaptándose a los cambios que exige el mercado”; que “llegó el momento de innovar y aplicar nuevas tecnologías para mejorar la producción”. Expresó que con nuevos manejos se puede mejorar la calidad, el color y el sabor de la fruta y llegar a alcanzar determinados estándares de calidad.La productora menciona, como muy novedoso en toda esta propuesta, el ferti-riego: “Nosotros  sabíamos que existía pero no teníamos ni idea de cómo se aplicaba. Para nosotros es algo totalmente nuevo y nos interesamos en la fertilización y cómo trabajarlo. Hasta el momento se fertilizaba pero era todo a ojo, un poquito aquí, un poquito allí…” Según la productora, la práctica hace que los productores aprendan. Luján rescata como muy interesante en este proyecto, la metodología de trabajo aplicada: “Hasta el momento las recetas venían prontas; no se tenía en cuenta al productor.

Basados en resultados técnicos, se le decía al productor lo que tenía que hacer. En este caso, en el ‘Más tecnologías’ se tuvo en cuenta la participación directa del productor como parte del equipo de investigación”. Agrega que se formó un comité de seguimiento en el que participan los productores y los técnicos y ambas partes aportan sus saberes. El resultado de todo ese trabajo fue lo que se mostró el viernes pasado en el Centro Artigas. Luján también destacó la importancia de las organizaciones sociales en el territorio. En este caso, destacó el rol de la Asociación de Pequeños Productores Familiares: “a la vez de los productores estar asociados, formar parte de un colectivo, la información llega mejor y más rápidamente; además la organización identifica las necesidades de los productores en el territorio”. Luján tiene cuatro hijos de 15, 20, 25 y 29 años. “Yo estoy muy contenta; amo lo que hago, amo el campo y mi marido también”, dice con orgullo. “Los productores familiares estamos trabajando muy bien en la concientización tanto ambiental como productiva porque somos conscientes de que lo que nos sostiene es el suelo y si no trabajamos cuidando la tierra, por más innovación y tecnología que tengamos, no podríamos llegar a ningún lado”, dice Luján.

El proyecto de Tranqueras se propuso identificar tecnologías innovadoras que se estén utilizando en la zona o en otras regiones de Uruguay y Brasil y generar procesos de adaptación de las mismas, a las condiciones de producción de los productores familiares de sandía de Rivera. El carácter participativo de la investigación busca establecer un diálogo sistemático tendiente a solucionar problemas concretos de los productores, involucrándolos en todo el proyecto de investigación.

Para este proyecto se eligieron cuatro predios y se instalaron cultivos de cobertura (avena negra) en cada predio. Se incorporó barbecho químico para iniciar la preparación de suelo; los canteros fueron diseñados minimizando el escurrimiento superficial, con pendiente controlada. El análisis de suelo demostró la necesidad de aporte de cal además de fertilización NPK para asegurar el desarrollo de la avena y el posterior cultivo de sandía.

Además, en estos predios regados, se experimentan algunas técnicas para mejorar la precocidad de cosecha y minimizar riesgo de heladas. Es decir, trasplante y cobertura de los surcos con manta térmica en comparación con siembra de semilla y la instalación de coberturas individuales de plástico.

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