Capacitación

Centro Regional de Capacitación de Aiguá con nuevas propuestas y coordinaciones

Ubicado en ruta 13, Kilómetro 169.500, funciona, en un predio del Consejo de Educación Técnico Profesional (CETP), el Centro Regional de Capacitación (CRC) de Aiguá. Fue creado por un acuerdo firmado entre el Programa de Educación para el Agro del CETP y el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca a través de la Dirección General de Desarrollo Rural (MGAP/DGDR), con el fin de promover acciones que contribuyan al desarrollo rural sustentable. Vincula instituciones y organizaciones públicas y privadas, nacionales y locales, con el propósito de promover capacitación y formación, extensión, transferencia de tecnologías e investigación. Fue inaugurado en noviembre de 2014.
Centro Regional de Capacitación de Aiguá con nuevas propuestas

A lo largo de estos años se han realizado más de 80 actividades y cursos, con la participación de unas 3 mil personas y más de 60 instituciones. La DGDR aporta con sus técnicos y con recursos para la realización de las diferentes propuestas.

Diego Correa trabaja como profesor agrario en el Centro Regional de Capacitación de Aiguá. Recuerda que antes, el predio funcionaba para realizar prácticas de la Escuela de Rocha, como un campo auxiliar. “Se evalúa la necesidad de la zona por la cantidad de productores familiares, el punto donde se encuentra, donde convergen Maldonado, Lavalleja y muy cerca Rocha. Se lo ve como punto estratégico para la zona Este, y también la cercanía con Treinta y Tres... Se lo ve como un lugar donde podía existir la posibilidad de que fuera un predio de referencia para la zona Este y con esa visión es que se abre”, cuenta.

El profesor comenta que al mismo tiempo se trazan los objetivos del centro, que son la difusión, la extensión, la docencia, la investigación y la transferencia de tecnologías.

La mayoría de las actividades que se realizan son abiertas: “son para productores familiares, docentes, estudiantes, público en general, personas vinculadas al agro, asalariados o quien guste arrimarse a las actividades, dado que son bastante diversas”, dice el docente.

El Centro ha brindado una cantidad importante de cursos, que siempre son muy bien recibidos por los estudiantes: “En general siempre tenemos una buena respuesta de las personas que participan. Realizamos, en casi todos los cursos, un formulario donde se evalúa el curso, si gustó, qué les pareció y donde también dejamos un espacio para sugerencias. En ese formulario recogemos las opiniones y hasta el momento tenemos muchos productores, estudiantes y demás allegados que han participado, conformes con los cursos y las actividades”. Según Diego, las personas destacan como positivo la ubicación del centro y la posibilidad de realizar la actividad. “Se han hecho actividades con Plan Agropecuario, de campo natural, que acá en la zona era una actividad bastante reclamada por los productores. El CRC ha coordinado con el Plan Agropecuario y con otras instituciones para ahondar en esta temática”, dice Diego.

La coordinación interinstitucional

“El trabajo ha sido muy bueno, más que nada la fortaleza del CRC ha sido ir trabajando con tiempo estas cuestiones, porque muchas veces, en el apuro de sacar actividades, de querer hacer, es que terminan esos vínculos entre instituciones tal vez un poco frágiles y termina saliendo una actividad que no sirve tanto; en ese sentido, tratamos de trabajar con tiempo, en lo posible planificando de un año para otro”, dice el docente. “Buscamos también no superponer actividades y fortalecernos dentro de la institución”, agrega.

Cambios en la zona

Reconoce que la difusión es uno de los aspectos a fortalecer: “si bien llegamos a muchos jóvenes, el año pasado tuvimos un curso de encargados rurales, con 35 inscriptos, todos jóvenes... la inscripción fue buena, la gente que se enteró fue mucha. La participación en las actividades es amplia, pero siempre está la necesidad planteada de tener un lugar de difusión específico o un lugar que sea del CRC para difundir las actividades o que la gente se contacte, dado que es un centro único a nivel del país. Se trabaja en eso todo el tiempo, se trata de llegar a todos los medios locales, las actividades salen por las páginas de las instituciones involucradas, por WhatsApp, pero es una de las cosas a trabajar”, sostiene el profesor.

Inversión en infraestructura

Diego reconoce que una vez que se unieron la UTU y la DGDR, previo a abrir el centro, una de las premisas fue fortalecer la infraestructura: “se estableció un salón para las capacitaciones, amplio, con comodidades para las actividades; también se hicieron instalaciones ganaderas, se mejoraron las instalaciones, se trajo un cepo y, como es un centro que busca ser de referencia para la producción familiar, era importante tener ciertas tecnologías apropiadas a lo que exige ser un centro de referencia; no sólo un cepo, sino también una balanza, así como también un sistema de bebederos para llevar agua a las parcelas y poder hacer subdivisiones...”, explica.

Cursos previstos para este año

Este año habrá diversas actividades. Con Plan Agropecuario ya hay previstas algunas: tres en campo natural, en los meses de abril, agosto y octubre. También otra actividad de identificación de especies con productores, que será parte de un curso semi-presencial. Además se trabaja en actividades con el SUL, concretamente en una segunda parte de un curso de lanas y tejidos, con una parte más dirigida a la comercialización y creación de prendas.

Fortalecer la investigación

“A futuro estamos trabajando en fortalecer la investigación”, dice Diego. Según él en DGDR y UTU no se ha desarrollado tanto la investigación: “no son instituciones que se destaquen por un gran esfuerzo en investigación. Sí quizá otras como INIA. Este año se generó un vínculo para que así suceda. Pensamos que este año vamos a estar mejorando la parte de investigación y a partir de ahí la transferencia”. También destacó “el vínculo con las UTU de la zona, los cursos agrarios de Lascano, Villa Rosario, Arrayanes, que se suman a las actividades que se hacen en el CRC, participando y colaborando”.

Si bien el cargo de Diego es de profesor agrario, él cumple un rol de coordinador del Centro: “me toca un poco por el rol particular la parte de coordinación, que me parece que va saliendo de a poco y se va mejorando en algunos aspectos”. Sin embargo, reconoce que lo ideal sería que hubiera alguien que ocupara el cargo formalmente y que estuviera siempre en el Centro.

A quienes no conocen el lugar, Diego les dice por qué vale la pena conocerlo: “lo importante de estas cuestiones, para lograr mejorar, cambiarlas o si se identifican inconvenientes, es trabajar en conjunto, y creo que el CRC es una buena herramienta para eso, porque acá se juntan muchos productores, diferentes experiencias, muchas veces los cursos están buenos, pero también sale algo muy bueno o mejor, de la discusión posterior, entonces es importante arrimarse para eso: para plantear, hablar, decir, saber quién es el vecino, qué está haciendo y demás... En ese sentido me parece importantísimo sumarse a estas actividades”, concluye.

 

 

 

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