Curso de formación en incidencia reunió a mujeres referentes de organizaciones nacionales

El encuentro tuvo lugar los días 31 de octubre y 1 de noviembre y fue organizado por la Dirección General de Desarrollo Rural (DGDR), la Reunión Especializada de la Agricultura Familiar (REAF), el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) y contó con el apoyo del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres). En la oportunidad, se recuperó el proceso de incidencia del año y se reunió la Comisión de Género de la REAF, donde participaron, además de quienes participan regularmente, un grupo ampliado de mujeres. El propósito fue que conocieran qué es la Reunión Especializada y los temas que allí se trabajan.
El año pasado ya se habían realizado dos encuentros de formación en incidencia y este tercer encuentro dio cierre a la etapa formativa: “Lo que hicimos fue un proceso de formación en incidencia e ir viendo cómo esa incidencia puede influir en políticas públicas, en los ámbitos de prensa y en la agenda pública. El año pasado, por ejemplo, parte del proceso de formación supuso incidir y colocar la agenda de las mujeres rurales en la Estrategia Nacional para la Igualdad”, señaló la asesora en Género de la Dirección General de Desarrollo Rural del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, Paula Florit.
En esta ocasión se trabajó cómo inciden y se presentan las mujeres frente a sus pares, frente a la prensa, o cómo responder ante los mitos que existen y se dicen sobre las mujeres y sus relaciones entre sí: “Se trabajó mucho la importancia de la incidencia y la relación con la prensa para que en la comunicación se transmita lo que efectivamente se quiere transmitir y no se distorsione; también se trabajó la cuestión de las relaciones entre mujeres: cómo construir discursos que muestren la solidaridad; se trabajó la cuestión de la visibilidad de los aspectos comerciales instructivos de las mujeres -esto viene vinculado a un trabajo que viene haciendo la REAF para la promoción de un sello de mujeres rurales-; y también se trabajó sobre lo que fue el Año por el Empoderamiento y cómo continuar”, agregó la asesora en Género de la DGDR.
La idea ahora, luego del proceso de formación, es que las mujeres generen sus propias acciones: “cuáles son las próximas acciones está más en el terreno de ellas mismas, de su capacidad de proponer y organizarse (…) Ellas están todas conectadas en un grupo de whatsapp y la idea es dejarlas para que sea el propio grupo que vaya marcando los acentos hacia adelante, y esto también es parte del proceso de empoderamiento: poder formar, capacitar, pero también ir cediendo espacio, que sea la agenda y la necesidad de las propias mujeres las que marquen los momentos para formarse”, concluyó Florit.
“Esto nos da impulso”
“Estuvo muy lindo (…) está muy bueno eso de tener otras miradas, de mujeres que realizan mucho trabajo en cada comunidad”, señaló Adriana Bonetti, que participó del encuentro en representación de la Asociación de Mujeres Rurales del Uruguay, AMRU Canelones. “El juntarse y encontrar otras aliadas, fortalece, al igual que conocer otras realidades y cosas que han podido hacer otros (…) uno toma ideas, ve que hay cosas que son posibles (…) nos da impulso, fuerza… y al salir de tu lugar más conocido, te replanteás cosas, te animás a nuevas cosas y creo que eso siempre nos aporta como seres humanos”, agregó. Por otra parte, dijo que le interesó conocer lo que se hace en la REAF: “Para mí fue bastante novedoso; más allá de nombre yo no tenía conocimiento y me aportó bastante”.
Desde su trabajo en AMRU, Adriana siente que la actividad le generó ganas e impulso: “por lo menos, en mi caso, generó cosas… AMRU está con poca fuerza, muy desorganizada, las mujeres están muy separadas y esto me llegó y me dejó con ganas de empezar a mover… Hablé con la delegada, llamé a la presidenta, agendé una reunión con ellas… ver qué está pasando… Me parece que está bueno que todas sepamos o tengamos la posibilidad de saber en qué está AMRU, tener un poquito más de unión, ver hacia dónde vamos y sumar a otras mujeres (…) Esto me estimuló (…) generó movimiento”, dijo.
Adriana tiene un emprendimiento de dulces y conservas de producción orgánica, para el que trabaja con productores del Santoral.