Desarrollo rural

DGDR y Fundasol capacitan a analistas del Programa Microcrédito Rural

El 11 de marzo pasado se realizó, en instalaciones de la Dirección General de Desarrollo Rural (DGDR), una jornada de capacitación para analistas de crédito de todo el país, del Programa Microcrédito Rural. La actividad fue coordinada entre DGDR y Fundasol.

Fue una jornada de formación, encuentro y presentación, ya que hay nuevos analistas trabajando. Se trabajó en talleres de nivelación. Fundasol es una asociación civil sin fines de lucro que tiene un convenio con la DGDR a través del que se hace la coordinación y aplicación del Programa Microcrédito. Esta organización se encarga de la aplicación de los fondos y la contratación de los analistas para operar en el programa.

El Programa Microcrédito Rural fue generado a partir del Proyecto Uruguay Rural para satisfacer las necesidades de la familia rural. Tiene una línea productiva, una de vivienda y una de libre disponibilidad. Los montos están topeados por línea y también por la cantidad de veces que haya operado una persona en el crédito. En este momento los montos de producción van desde 15 mil pesos la primera vez que se accede al crédito y luego de la cuarta vez ya se puede acceder a 40 mil pesos. Los de libre disponibilidad van desde 4.500 pesos hasta 10 mil pesos y los de vivienda desde 15 mil a 30 mil pesos.
Los créditos de libre disponibilidad se solicitan para aspectos muy variados, pero sobre todo para salud (lentes, dentadura, pasajes para tratamientos, prótesis, etcétera); educación (compra
de libros, calzado, mochilas, etcétera); y para necesidades del hogar (compra de colchones, heladeras, televisores, etcétera).

Funciona en base a las comunidades organizadas a través de un Comité de Crédito. El analista trabaja con varios comités de crédito. Se lo contrata para que empiece a generar las solicitudes y para la entrega de créditos. El analista se encarga de la difusión del programa, dándolo a conocer en la zona donde funcionan los comités. Es también el encargado de llenar los formularios para las solicitudes; se encarga de visitar a los solicitantes en sus lugares donde tienen la producción, cuando el crédito es productivo y reúne al Comité de Crédito una vez por mes para hacer la evaluación de las solicitudes. Una vez aprobadas las solicitudes empieza toda una tarea administrativa de enviar formularios a Montevideo, la gestión de los vales, etcétera. El dinero se gira a cada solicitante aprobado y esa es la única vez que la persona debe trasladarse al banco a cobrar. El analista también se encarga de hacer la recuperación del dinero.

En la actualidad hay un total de 15 analistas de crédito (dos en San José, dos en Canelones, uno en Flores, uno en Rocha, dos en Cerro Largo, tres en Rivera, uno en Tacuarembó, dos en Salto y uno en Paysandú). Los créditos son para la familia rural. Para poder acceder, la familia tiene que vivir en la zona de influencia de algún comité de crédito y basta con acercarse a algún integrante del comité para solicitarlo.

“El programa ha sido muy exitoso; está funcionando desde el año 2004 y sigue creciendo en la cantidad de gente que accede al crédito y en la entrega de créditos, con una morosidad muy baja y muy controlada. Tenemos al día al 97,5% de las personas. Realmente, una cartera de 49 millones de pesos, con un atraso del 3% a más de 30 días es un éxito”, señala Verónica Ponce De León, encargada de Fundasol del Programa Microcrédito Rural. El éxito del programa radica en que es una cartera controlada por las propias comunidades. Este programa no se basa en garantías; lo único que se pide es ser mayor de edad y tener la cédula de identidad vigente, y lo más importante es el aval de los propios vecinos que integran el comité. Generalmente, personas que acceden a otros créditos lo hacen a tasas de interés elevadas y costos asociados; el caso del Microcrédito Rural es totalmente diferente: “Nosotros con el programa, además de tener una tasa de interés baja, la cobranza se realiza en la propia comunidad, entonces todos esos costos asociados desaparecen y realmente se hace muy beneficioso”, concluye la encargada de Fundasol.

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