Desarrollo rural

Grupo “Los Parientes” desarrolla un emprendimiento asociativo en Treinta y Tres con apoyo de la DGDR

A través de su participación en la Mesa de Desarrollo Rural, el grupo “Los Parientes”, del departamento de Treinta y Tres, solicitó apoyo para fortalecer su emprendimiento productivo de carácter asociativo. El Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, a través de la Dirección General de Desarrollo Rural, los apoya con materiales, insumos y maquinaria. El Instituto Nacional de Colonización les adjudicó un predio en la Colonia Dionisio Díaz.
productor del grupo Los Parientes

Daniel Reyes integra el grupo “Los Parientes” que se formó a fines de 2012 con un proyecto de educación no formal. En ese proyecto, Daniel ofició como educador y, una vez terminado su trabajo, siguió vinculado al grupo a través de la huerta. El grupo se integró a la Red de Semillas, y gracias a ello ha recibido capacitaciones y apoyo técnico. Al notar que tenían necesidad de tierra, comenzaron a participar de la Mesa de Desarrollo y solicitaron a Colonización un lugar para poder desarrollar un proyecto hortícola. El Instituto les cedió una parcela en la Colonia Dionisio Díaz: “Cuando nosotros llegamos no había mucha cosa, era un campo ganadero y lo primero que tuvimos que hacer fue armar un alambrado para hacer una huerta. Eso fue en el mes de noviembre (…) nos llevó un mes de trabajo y recién en enero pudimos plantar algunos cultivos como boniato, algo de maní, un poco de maíz, lechuga… cosas verdes que nos ayudaban a vender rápido en el pueblo. Pero justo nos agarró la seca, no quedamos sin agua y perdimos algunos cultivos. Igual no decaímos, seguimos trabajando y conseguimos cosechar algún boniato. Algo vendimos y también hicimos dulce”, cuenta Daniel.

A través de la Mesa de Desarrollo lograron conseguir algunas pequeñas herramientas e insumos para trabajar: moto bomba, fertilizantes y semillas. “Eso nos dio impulso porque pudimos terminar los invernáculos que habíamos empezado. Ahora estamos proyectándonos para la primavera”, dice Daniel.

“Han venido nuevos jóvenes interesados en participar; si bien todavía no hay dinero para repartir, podemos comer, tenemos un espacio lindo para estar, tenemos estufa… todas esas cosas los jóvenes las valoran y de apoco van llegando. Creemos que vamos por buen camino”, agrega.  En el mes de setiembre tienen pensado realizar el Tercer Campamento de Jóvenes por la Soberanía Alimentaria. Esperan poder arreglar el lugar y vienen planificando cómo hacer los baños, ecológicamente amigables.

En este proyecto participan jóvenes de la periferia de la ciudad. “El proceso de poder hacer una huerta en la casa, comer de sus propios alimentos, lleva tiempo. Algunos están más convencidos que otros, algunos participan por amistad en tareas más puntuales. Están viendo con buenos ojos que esto está avanzando”, dice Daniel.

En verano plantaron tomates cherry y perita e hicieron dulce; tienen boniato, acelga, lechuga, perejil, espinaca, remolacha, arvejas, brócoli, trigo y cebada en forma de verdeo… El lugar de venta es la feria, pero también algunos vecinos compran directamente alguna canasta en el predio. “La idea es seguir plantando; planificarnos para la próxima primavera que es cuando vamos a estar mejor armados, con el sistema de riego… Hace poco hicimos un pozo”, cuenta Daniel. También plantan algo de flores y han hecho ventas puerta a puerta.

“Estamos aprendiendo y viendo que hay una respuesta de la sociedad en su conjunto, que ve con buenos ojos lo que se está haciendo. Eso nos llena de fuerzas para seguir adelante”, agrega.

Con ayuda del MGAP pudieron comprar un moto-cultivador, bobinas de nylon para el cerrado de los invernáculos, algo de fertilizante de base y semillas, alambre para el cercado del predio y caños para el riego.

Alan Pereira es otro integrante del grupo. Contento, cuenta su experiencia: “Yo me estoy quedando, pero si no, venimos de mañana en bicicleta, nos tomamos un café (…) plantamos algo, preparamos tierra, hacemos los almácigos, nos cocinamos. Estamos cerrando el galpón, haciendo algo de bio-construcción… Somos unos cuantos. Nos encanta ir a la feria, es un lugar divertido, social para nosotros y es la forma de entrada de dinero… Nosotros lo tenemos pensado a esto como una forma de vida. Pensamos hacer nuestras casas, vivir acá… Esto lo hacemos con el esfuerzo de la tierra. Básicamente queremos poder vivir de esto, que también nos gusta”.

 

 

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