Microcrédito Rural

Integrantes del Programa Microcrédito Rural reflexionaron sobre la herramienta en encuentro nacional

Integrantes de Comité de Crédito Local del Programa Microcrédito Rural se reunieron en Durazno en el III Encuentro Nacional. Participaron unas 300 personas. El objetivo era tener un espacio de reflexión y proponer mejoras para el programa. 
encuentro nacional Microcrédito Rural

El Programa Microcrédito Rural es instrumentado por el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca a través de la Dirección General de Desarrollo Rural (MGAP/DGDR), en coordinación y articulación con Fundasol y con la población integrante de los Comités de Créditos Locales. Comenzó a funcionar en el año 2004. Tiene como objetivos satisfacer las necesidades financieras de corto plazo de la población rural, de productores familiares, asalariados rurales y habitantes de poblaciones menores a los 5.000 habitantes que generalmente no pueden acceder a créditos convencionales; fortalecer la organización a nivel local que defina el uso de los fondos basándose en la confianza, el conocimiento y el control social; y generar fondos locales que cubran necesidades de consumo y productivas a nivel local.

El año pasado se entregaron cerca de 80 millones de pesos por concepto de Microcrédito Rural. Desde que comenzó el programa en el año 2004, se han desembolsado unos 588 millones de pesos, entregándose 37.924 créditos. Actualmente existen 142 Comités de Crédito funcionando, con 730 integrantes. El 50% de esos comités está en poblaciones de menos de 100 habitantes y el 75% en poblaciones de menos de 500 personas.

Los Comités de Crédito Local CCL) dan el aval social a los vecinos que solicitan el crédito. Están integrados por vecinos de la localidad, elegidos por las Asambleas Comunitarias. Generalmente son personas que integran las comisiones de fomento de la zona, el almacenero, el policía, la maestra… personas de referencia de la localidad. Estos comités se ubican fundamentalmente en los lugares de mayor exclusión, donde no hay otra herramienta financiera y acompañan al analista de crédito en el seguimiento de la cartera.

Los analistas son personas contratadas a través de Fundasol; son los que llevan adelante la herramienta en el territorio, los encargados de entrevistar a quienes solicitan el crédito, levantar y evaluar la solicitud, convocar al Comité de Crédito para que éste dé el aval social, y los encargados de hacer la cobranza todos los meses en las propias localidades.

 

“Las políticas funcionan cuando la gente las hace suyas”

En la apertura del encuentro, el Director General del MGAP, Alberto Castelar, dio la bienvenida a todos y expresó que “reconforta mucho ver gente que viene de todos los rincones del país, que trabaja en forma honoraria, que cuida esta herramienta”. Señaló que el Microcrédito Rural es una herramienta que “hicieron suya”, que va a cumplir “14 años exitosos”. Agradeció el trabajo y compromiso de la gente y dijo que “estas cosas son las que demuestran que las políticas funcionan cuando la gente las hace suyas y las hace perdurar, como es el caso de este programa tan exitoso”.

El gerente general de Fundasol, Jorge Naya, agradeció a quienes trabajaron en la organización del encuentro, y señaló que “esta es una experiencia altamente exitosa que ha colocado casi 24 millones de dólares en casi 38 mil créditos, con un cumplimiento realmente admirable: si uno lo compara con otras experiencias de microcrédito rural, yo creo que estamos ante un cumplimiento único en la región”. Dijo que la financiación es un instrumento y que es necesario complementarlo y añadió que se va a seguir trabajando en capacitación y asesoramiento con el fin de mejorar la herramienta.

El director de Desarrollo Rural, José Olascuaga, expresó que los Comités de Crédito Local son la base del Programa Microcrédito Rural: “El Programa Microcrédito Rural es una herramienta que se construye y se gestiona con la gente; que está orientada a trabajar para que las poblaciones rurales con menor acceso al crédito convencional, tengan una posibilidad de acceder a financiamiento para sus necesidades, para sus emprendimientos productivos, para la reforma de su vivienda…, para mejorar la calidad de vida, en términos generales”. Resaltó que el microcrédito es un crédito que se otorga fundamentado en el aval social, en el conocimiento de los vecinos, en el valor de la palabra: “no hay requisitos de garantías ni de hipotecas, ni siquiera se le pide un recibo de sueldo a la persona que va a solicitar el crédito, sino que funciona en base a que la palabra de la gente vale y el conocimiento que tienen los vecinos que integran los Comité de Crédito es lo que hace la evaluación del potencial cliente y beneficiario del crédito”. Olascuaga resaltó que todo este es un trabajo que se hace en forma voluntaria: “implica un grado muy importante de compromiso y de una gestión muy responsable que han hecho, apropiándose de la herramienta, logrando que se perpetúe en el tiempo y se vaya expandiendo poco a poco”.

 

Compartiendo reflexiones

Durante la jornada se trabajó en talleres, en base a una serie de ejes propuestos: cuáles son los aportes para sostener los CCL; cuáles son las características que impulsa el Microcrédito Rural; ¿El CCL y el Programa Microcrédito Rural generan herramientas de desarrollo de otras iniciativas? De allí surgieron reflexiones y experiencias para mejorar la herramienta. Se habló del rol del analista, como una persona que colabora con la prensa para promover la herramienta. Se compartieron mecanismos comunitarios que se aplican cuando alguna persona no paga su crédito. En este caso se compartió la experiencia de Tacuarembó, donde se dijo que la comunidad llegó a pagar saldos para no perder los créditos. También se dijo que el programa sirve para desarrollar emprendimientos, también como un nexo para acceder a otros proyectos del MGAP u otras instituciones, e incluso para regularizar y formalizar emprendimientos familiares.

 

Una herramienta valiosa

José Luis Argüello es de Cerro Largo. Pertenece al Comité de Crédito de la zona de Quebracho y de Cerro de las Cuentas. Estos Comités comenzaron a funcionar en el año 2013, y sus integrantes fueron elegidos por una Asamblea Comunitaria. Comenta que desde sus inicios, estos Comités han entregado más de un millón de pesos entre las dos zonas, con un 100% de devolución: “La gente se apropió de esta herramienta (…) y al día de hoy van 300 y pico de créditos, con un 100% de devolución; en una zona donde hay 160 habitantes en Quebracho y 315 en Cerro de las Cuentas, es un porcentaje muy alto”. El integrante del CCL comenta que esto le ha dado muchas posibilidades a las mujeres de la zona: “por ejemplo, alguna mujer que usó el crédito para comprar una vaca y eso generó que después el esposo accediera al crédito y pudiera sacar la parte legal, como el DICOSE, y eso también posibilitó que pudieran acceder a ración, por ejemplo. Es como una cadena para poder formalizarse”. Según José Luis, los integrantes del Comité coinciden en que los deja muy satisfechos cuando hacen una solicitud y luego los llaman para mostrarles en qué les mejoró la vida el crédito: “eso nos deja muy satisfechos: que la herramienta llega. En Cerro de las Cuentas, herramientas como estas nunca habían llegado… ahora las tenemos al alcance de la mano y las podemos usar”.

Helena González es de Rivera. Hace dos años que integra el Comité de Crédito Local: “Hago créditos para pequeños productores rurales, que plantan sandía, principalmente”, señala. Ella también ha accedido a créditos, ya va en un quinto crédito, que le ha posibilitado hacer una segunda casa para alquilar en la campaña; también pudo sacar para comprar dos vacas lecheras. Rescata que es un crédito con muy bajo interés y muy accesible.

Jorge Gazzo es de Canelones, de Paso Garúa e integra el Comité de la Escuela Nº 63: “En la zona el microcrédito fue genial, porque ha ayudado a mucha gente a poder tener una recurso para poder llevar adelante sus emprendimientos; esta herramienta, dado los bajos intereses y los beneficios que brinda por sus plazos (…) es algo espectacular para los productores rurales”. Cuenta que él mismo pidió créditos para pradera, y que ahora le ha sido fundamental la herramienta para comenzar con macrotúneles para plantar lechugas. El encuentro le pareció muy bueno: “acá uno se encuentra con realidades distintas (…) gente que te cuenta de las distancias, de las adversidades…”. “Estoy muy contento de estar en esto, por todo lo que se aprende y por todo lo que uno vive”, expresó. 

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