Otro paso para la producción de alimentos de calidad

“La percepción que tenemos en Francia es que Uruguay es un mercado diferenciador, que sin arrogancias hace la diferencia en base a calidad”. La frase de Cora Pérez, directora de Ventas de la empresa de biológicos Bioline AgroSciences, resumió el interés de la empresa francesa por invertir en controladores biológicos en Uruguay.
La opinión fue brindada esta semana durante una reunión en la sede de la Dirección General de Servicios Agrícolas (DGSA) del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), donde el director de la repartición, Federico Montes, recibió también a Pascal Maignet, director científico de Macroorganismos, de Francia, y al representante de la Facultad de Agronomía (Fagro), César Basso.
Montes recordó a los visitantes que Uruguay tiene la meta de producir soja no transgénica para consumo humano, con trazabilidad y al mismo tiempo dar confianza respecto al cuidado del ambiente y la salud humana. En ese camino ya emprendido se busca dar estímulos al sector privado.
“Queremos estimular la incorporación de tecnología” para la producción de alimentos con inocuidad, dijo Montes, donde el control biológico en los cultivos “es parte” de una visión país. Y también afirmó que “estamos hablando de mercados y producción, y nos interesa que una empresa se instale en el país”.
El director de la DGSA dijo que Uruguay es pionero en tener una normativa sobre controladores biológicos, clave para que el productor pueda adquirir los productos, y recordó que mediante la aprobación de un artículo de la Rendición de Cuentas a partir de este año se exoneró la tasa de registro para nuevos productos biológicos.
En la actualidad, Uruguay tiene nueve productos biológicos registrados y autorizados para su comercialización, en tanto otros 17 esperan se encuentran en distintas etapas para su eventual aprobación.
El interés francés
Por su parte, Pérez recordó que Bioline AgroSciences abastece con sus productos al 50% de los agricultores franceses en más de 40 cultivos, tiene siete fábricas en el mundo y presencia en 33 países. Agregó que “en biológicos hacemos todo” y ahora apuntan a incrementar la escala y diferenciarse por la calidad.
“Tenemos conocimientos y capacidad de producción, pero queremos aprender”, remarcó Pérez. Agregó que les interesa el apoyo estatal porque “son negocios a largo plazo, donde hay que hacer inversiones importantes”. Luego señaló el interés en explorar cómo trabajar juntos en Uruguay.
La empresa Bioline no es ajena al impulso que está dando Uruguay a la producción de alimentos de calidad, con inocuidad y compromiso con el ambiente, pues en febrero pasado fue parte de la liberación de cápsulas con huevos de avispas para el control en cultivos de soja no transgénica en Dolores, Soriano.
El MGAP impulsa el proyecto Tecnología Innovadora de Control de Plagas en el cultivo de soja, que apunta a la producción no transgénica de la oleaginosa, como parte del objetivo de producir alimentos de calidad con inocuidad, que permitan al mismo tiempo cuidar el ambiente y la salud humana.
Durante la reunión en la DGSA, el representante de Fagro, César Basso, dijo que una meta sería producir 10 mil hectáreas de soja no transgénica en la próxima campaña y plantearse cómo llegar a las 100 mil hectáreas en tres o cuatro años.