Técnicos del BID recorren predios para conocer experiencias productivas que incorporan tecnologías y agregan valor

En la última semana de marzo, los técnicos del Banco Interamericano de Desarrollo que trabajan en nuestro país acompañados por equipo de la Dirección General de Desarrollo Rural, hicieron una recorrida en predios de productores familiares que desarrollan proyectos financiados por esa entidad internacional a través del Proyecto Productivo de Desarrollo Rural (PDPR) que lleva adelante la DGDR/MGAP.

Comenzó en la mañana en el predio de Mario Pou, productor familiar hortícola que vive en la zona de Tala y desarrolla con el grupo de 6 productores que integra un proyecto Más valor.  El llamado Más valor promovía además de la parte productiva y el apoyo para su desarrollo, la integración a las cadenas, y el acceso directo para la comercialización de los productos.

El grupo generó un acuerdo de producción y el abastecimiento de papas y boniatos, con una industria instalada en el Polo Tecnológico Industrial del Cerro que produce “chips”. El acuerdo “que por ahora es de palabra, y eso vale” nos dice Mario se generó para abastecer con la materia prima en este caso papas y boniatos, para la producción industrial de alimentos procesados. Los volúmenes que por ahora están comprometidos son de 2,5 ha de boniato que se obtienen en una cosecha anual y 5 ha de papa cosechadas dos veces al año.

También acordaron las calidades y variedades cultivadas con aptitudes especiales para su procesamiento industrial, nos cuenta que “la especie de papa Daisy, que es importada, tiene de positivo que se puede reproducir hasta 3 generaciones”, también plantan la papa Guaviyú, desarrollada por INIA y el boniato Belastiquí, de origen nacional. Los cronogramas de entrega son conversados según fechas de cosechas, en breve está prevista una primera entrega para hacer las pruebas de procesamiento industrial. Los precios se irán ajustando acordes a los que marca el mercado, de manera que favorezca a ambas partes. El volumen que producen en el momento no es el que necesita la industria pero sería un pie inicial que le asegurará a ésta el ingreso de materia prima para la industrialización, y a los productores un nicho de mercado específico que les asegura la colocación de sus productos e ingresos fijos.

El proyecto tiene un financiamiento de U$S 28.000 que incluye inversión en construcción de estructuras en los predios para conservación de la producción, adquisición individual de equipos de aplicación de agroquímicos y equipos de riego, además de honorarios técnicos.

Mario comentó a los técnicos BID que estaban muy interesados en su relato, que integra la Sociedad de Fomento Rural de Tala. “Esta fomento se reflotó por 2006 o 2007 a partir de pequeños grupos de productores de la zona que estaban funcionando por su lado, y con el apoyo de Comisión Nacional de Fomento Rural que tenía la personería jurídica”.

Continuaron la visita en el predio de Edinson Aldao que vive y trabaja en la misma zona rural de Canelones. Edison es productor familiar y tiene 8 ha de las cuales destina una pequeña parte a la producción hortícola, que es muy limitada en cuanto a la salida de los productos. Integra un grupo que desarrolla un proyecto también financiado por el BID a través de la DGDR con la contraparte de investigación del INIA y la cátedra de Facultad de Agronomía de la Udelar. El proyecto es para el desarrollo de tecnologías de gestión y organización para la multiplicación de cultivares hortícolas (papa, boniato y chícaro) y forrajeros (avena y alfalfa) para los productores familiares de la Sociedad de Fomento Rural de Tala.  

Al momento de la visita Edinson acompañado de otro productor del grupo estaban cosechando boniatos en su predio, “este es boniato zanahoria mejorado” nos dice.  Entre las especies que producen “el INIA había desarrollado una variedad de papa, la Guaviyú y el boniato Belastiquí” con la que abastecieron al grupo que integra Mario Pou, es una variedad específica que se adapta a los requerimientos de la industrialización.  Nos contó que hay varios productores de la zona que quieren empezar a producir con manejos especiales que cuiden el ambiente, que participó la feria de Atlántida donde se venden productos orgánicos que tienen un público importante que está creciendo. El 80 % de los interesados que se acercaron al puesto preguntaron sobre qué tipo de aplicaciones se les hacía a los alimentos. “El tema es diferenciar el producto y que la gente sepa dónde obtenerlo”…“hay una idea de abrir un mercado parecido ahí en la fomento” (de Tala).

El tercer lugar visitado fue la Sociedad de Fomento Rural Los Arenales ubicada en la zona noreste del departamento de Canelones, organización territorial que centraliza a la mayor parte de los productores familiares de la localidad. Yanina Curbelo es una joven mujer rural que preside desde hace poco la directiva de la fomento. “Hacía falta la renovación” dice una integrante que estaba sentada a su lado, haciendo referencia a la nueva presidenta. Yanina nos contó “somos una organización de productores que el año pasado cumplimos 40 años” que tiene una masa social de unas 90 familias de la zona, “trabajamos apoyando a nuestros socios en lo que tiene que ver con proyectos productivos relacionados mayoritariamente a la producción hortícola bajo invernáculos que es la mayor y también a campo”, además de otros rubros, que son criaderos de pollos, façón, cerdos, ovejas. “Hoy también trabajamos mucho en el área social y tenemos un grupo de más de 30 mujeres”.  Hay también un grupo de jóvenes, “Jóvenes unidos del Sur” que tiene mucha experiencia y fueron los pioneros con los invernáculos.

En cuanto a la producción hortícola los productores de la zona venían teniendo problemas graves de plagas, entre ellas la mosca blanca a la que se le venía controlando con aplicación de agroquímicos que en los últimos tiempos ya no eran efectivos. Se empieza a pensar en la utilización de aplicar un agente biológico para poder controlar este problema y a la vez mejorar la calidad de vida de los productores y de los consumidores de sus alimentos; y cuidar el medio ambiente.

En 2011 empiezan a armar un proyecto conjunto entre la fomento y técnicos de la Facultad de Agronomía. Se hacen también charlas con empresas que generan otros productos alternativos. Este proyecto Más tecnologías trabaja en el desarrollo de un centro de multiplicación y distribución de agentes biológicos para el control de enfermedades y plagas hortícolas. El centro de multiplicación de los agentes biológicos, se encuentra instalado en la sede de la Sociedad de Fomento.

Con el financiamiento BID que implican el 50 % de la inversión y alcanza los 40 mil dólares, en una primera etapa se terminó de acondicionar las instalaciones y comprar instrumental (las obras comenzaron con financiamiento de un proyecto MIEM) para poner operativo el laboratorio de producción de dos agentes biológicos, previéndose la incorporación de otras herramientas a futuro y se contrató una técnica para llevar adelante el emprendimiento. Otro componente fundamental da la propuesta fue la realización de capacitaciones, especialmente a los jóvenes hijos de productores. 5 jóvenes son los que realizan el trabajo de laboratorio, el trabajo en adecuar los manejos culturales en tres predios demostrativos para poder aplicar, monitorear y sistematizar esta tecnología.

Específicamente se desarrolla la multiplicación de “Bauveria” (Beauveria bassiana) para el control de mosca blanca y “Tricoderma” (Trichoderma harzianum), controlador e enfermedades de cultivos hortícolas causadas por hongos que persisten en el suelo y que causan marchitez o “desmayo” de plantas. Es un producto que es bastante perecedero por ser natural, y se debe conservar en frío, tiene una viabilidad de dos meses de uso.

Por ahora la distribución es entre los asociados. Se están realizando gestiones ante Servicios Agrícolas del MGAP para el ajuste de pruebas de experimentación lo que permitirá registrar el producto y que estos puedan ser distribuidos a otras localidades.  Ahora están pensando en un proyecto similar para desarrollar con el apoyo de la Dirección General de la Granja, para aplicar en la producción frutícola que deberán registrar para poder difundirlo en la región productiva.

Como reflexión ya cerrando la jornada el referente para Uruguay del Banco Interamericano de Desarrollo Luis Hernando Hintze, nos dice que “es fundamental el Programa de Desarrollo Productivo Rural es una parte de una línea de trabajo de apoyo a Uruguay en beneficio de pequeños y medianos productores rurales, acompañándolos en mejorar sus capacidades y su potencial productivo”. El programa tiene varias herramientas a través de los llamados a presentar proyectos de organizaciones de productores. Comenta que “hoy hemos podido apreciar beneficiarios de distintas herramientas, de Más Valor, de Más Tecnologías y de Fortalecimiento Institucional que son como varias patas de esta mesa en la que se quiere apoyar, ayudar a sostener a los productores familiares. “Es de destacar la motivación de los productores y las ganas que tienen de seguir adelante…eso es lo que vale la pena potenciar con estos proyectos”.

 

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