100a Conferencia Internacional del Trabajo
"Uruguay tiene una rica historia en materia de protección social"
Durante su intervención en la Conferencia Internacional del Trabajo, celebrada en Ginebra, Suiza, en el mes de junio, el director Nacional de Seguridad Social Roberto Baz destacó que la adhesión a principios como el tripartismo, la participación o el diálogo social forman parte de la historia uruguaya, y no son meramente declarativos. En este sentido subrayó la importancia que tuvo el Diálogo Nacional de Seguridad Social impulsado con el apoyo de la OIT.
(Texto completo de la ponencia de Baz)
Gracias Sr. Presidente.
Desde Uruguay un fraternal saludo a todas las Delegaciones participantes de esta Centésima Reunión de la Conferencia Internacional del Trabajo.
100 reuniones en 92 años de vida de esta Organización no son solo números de por sí significativos sino que, por sobre todo, reflejan la acumulación de experiencia y conocimientos de la OIT como institución y más aún, reflejan la plena vigencia de los principios que la crearon y la solidificaron con el paso del tiempo
Esos principios, que pasan, en su síntesis más actualizada, por aquellos contenidos en el concepto de Trabajo Decente, son los mismos principios que Uruguay ha adoptado y defendido, dentro y fuera de fronteras desde siempre.
Uruguay tiene una rica historia en materia de protección social, específicamente en seguridad social. Al solo efecto ilustrativo, diremos que a la fecha de aprobación del Convenio Internacional No. 102 de OIT - ratificado por nuestro país durante el pasado año-, Uruguay ya había ratificado varios convenios anteriores y contaba con cobertura IVS (validez, vejez y sobrevivencia) un sistema de seguro por accidentes de trabajo, seguro por desempleo para algunas ramas de actividad, el cual se generalizaría muy pocos años después.
Asimismo nacerían los primeros seguros por enfermedad y especialmente destacable, una cobertura por maternidad e infancia administrada por el llamado Consejo Central de Asignaciones Familiares, órgano de carácter tripartito creado en la década de los 40'.
No vamos a contar ahora la historia de la seguridad social en el Uruguay, puesto que no es el momento ni el lugar para ello; sí queremos ejemplificar muy someramente de qué forma la adhesión a principios tales como el tripartismo, la participación o el diálogo social no son meramente declarativos en nuestro país, son parte de nuestra historia pero también son hoy, más que nunca, presente.
Permítaseme, Sr. Presidente, señalar con orgullo que todos los indicadores económicos han mejorado sustancial y constantemente desde el año 2005 a la fecha, producto, entre otros motivos, de la negociación colectiva, de una correcta interacción entre políticas macroeconómicas y sociales y de las modificaciones realizadas en nuestro sistema de protección social con la participación de los sectores sociales, para ampliar y mejorar la cobertura. Todo ello en un marco de permanente crecimiento económico, incluso durante la crisis que aún afecta de manera dramática a algunos países industrializados.
Estamos absolutamente convencidos de que nuestro país, al igual que otros en la región, pudieron minimizar los efectos de la crisis merced al desarrollo de políticas sociales que formaron un "colchón", especialmente para aquellas personas de menores recursos, manteniendo el poder adquisitivo de los hogares y evitando así una contracción en el mercado.
Casi un año antes que se desatara la crisis y en el marco del denominado Diálogo Nacional sobre Seguridad Social, un ámbito multipartito convocado por el Gobierno, se acordó y se concretó una modificación en la ley que regula el seguro por desempleo incorporando un mecanismo de acción automática, por el cual si el crecimiento económico se detenía, el plazo de cobertura del beneficio se ampliaba, un claro ejemplo de medidas contracíclicas.
Esa formidable herramienta que fue el Dialogo Nacional sobre Seguridad Social y que fuera posible gracias al apoyo de OIT, tendrá un segundo capítulo durante el presente año con la expectativa de continuar analizando la profundización y ampliación de la cobertura en el marco de la aplicación de políticas de diálogo y participación.
Por todo ello, nos ha dolido de manera muy particular que Uruguay, país que ha servido de ejemplo en materia de relaciones laborales para el Director General de esta Organización, fuera "sentado en el banquillo de los acusados" - siendo incluido en la lista final de Estados miembros invitados a presentarse ante la Comisión de Normas-, precisamente por aquello que creemos firmemente haber hecho bien, no perfecto, bien.
Convencidos de nuestro camino, continuamos en el mismo con las mismas herramientas. Otros desafíos han surgido de la nueva realidad que vive el país; por ejemplo, las altas tasas de empleo y actividad y bajas tasas de desempleo, han determinado la carencia de mano de obra especializada en algunos sectores de actividad, lo cual nos impone trabajar dura y aceleradamente en capacitación.
Tenemos un importante déficit en cuanto a la distribución de la riqueza, la cual se ha producido a tasas menores que las correspondientes al crecimiento económico.
Y finalmente, continuamos luchando contra un "viejo conocido", el informalismo o la informalidad. En Uruguay la tasa de informalidad ronda el 23-24%, habiendo bajado en los últimos años notoriamente, solo a modo de ejemplo, los trabajadores cotizantes a la seguridad social aumentaron un 50% entre 2005 y 2011.
Es destacable la creación de normativa que permitió la inclusión de tres colectivos particulares, a saber: los artistas profesionales; los deportistas profesionales y en tercer término, pero sin duda de enorme relevancia, los trabajadores domésticos, para los cuales se sancionó una ley de cuyos resultados podemos decir con satisfacción, que a la fecha hemos logrado la inclusión y la cobertura del 50% de los trabajadores estimados del sector.
Nos congratulamos que en esta 100º Reunión de la Conferencia haya quedado consagrado un Convenio y una Recomendación para el sector. Sin duda, un paso histórico en la lucha por la inclusión y la protección social de una actividad en la cual sus trabajadores han sido históricamente postergados, pero también, tal como lo expresara el Director General, Juan Somavia, un enorme paso en la lucha contra la informalidad.
Para finalizar, Sr. Presidente, deseo agradecer el honor de haber podido participar de esta 100ª Reunión y haberme permitido dirigir estas modestas palabras a la Conferencia.
Muchas Gracias.