Adquisición de aprendizajes

Vignoli recorrió y elogió labor del Centro Ituzaingó del INAU en su décimo aniversario

El establecimiento del INAU se concibió como un espacio en el que los adolescentes en privación de libertad cuentan con una experiencia educativa que comprende cursos de informática, talleres de panadería, tareas de quinta y actividad física. Se promueve, además, la finalización de la escuela y el inicio del liceo. Aquí se revaloriza el respeto a los derechos, la confianza mutua, el escuchar y el valor de la palabra.

Ministra y Directora del Centro durante la recorrida
La ministra de Desarrollo Social, Ana María Vignoli, recorrió, en su décimo aniversario, las instalaciones del Centro Ituzaingó del Instituto del Niño y el Adolescente del Uruguay (INAU).
Vignoli dijo a la Secretaría de Comunicación que se llevaba una excelente impresión del lugar. La secretaria de Estado sostuvo que “se puede trabajar con los jóvenes respetando sus derechos, acompañándolos pero sin reprimirlos, con espacios adecuados y un establecimiento digno”.
La jerarca se mostró satisfecha con la labor desarrollada por las autoridades del centro. “Hay que hacer esto, ellos se están preparando para una vida mejor en un lugar digno que no es su casa pero que tiene todas las características de un hogar”, afirmó.  
“Los funcionarios y los jóvenes no quieren ser estigmatizados porque constituyen una dupla fundamental. El relacionamiento del educador social y el funcionario es importante porque son los referentes de los chicos”, apuntó. 
Durante la recorrida, se indicó que en el centro se alojan 41 adolescentes y hay un número similar de funcionarios. También se dijo que durante la década  de vida del establecimiento no hubo ningún motín y desde hace dos años no se producen fugas. 
Terminar la escuela 
La primera directora del hogar, María Elizabeth Escobar y la actual, Paula Cores, confían en que se puede generar un espacio en el que los adolescentes, en situación de privación de libertad, tengan una experiencia educativa en la que se desarrollen, cotidianamente, diferentes actividades.
Éstas incluyen cursos de informática, talleres de panadería, tareas de quinta, y actividad física. Se promueve, además, la finalización de la escuela y el inicio de los cursos de liceo, entre otras. 
Las entrevistadas expresaron que el Centro Ituzaingó es un espacio enmarcado en la convicción y certeza de que se puede desarrollar una acción positiva con adolescentes que han cometido infracciones graves y gravísimas.
Se puede mantener un servicio basado en el respeto por los derechos de los adolescentes, -advirtieron- tal cual lo estipula el Código de la Niñez y de la Adolescencia, de igual manera que con los padres y adultos, la confianza mutua, la escucha, la palabra dada. 
A partir de ahí se puede, y creemos que es la única forma posible, que el hogar permanezca sin situaciones de violencia interna, en un ambiente de distensión que permita la adquisición de aprendizajes. 
Uno de los chicos entrevistados manifestó que “cuando recién llegás es difícil porque no estás en tu casa con tu familia, pero te acostumbrás con la rutina de levantarte, bañarte, limpiar y ordenar tu pieza. Salimos a trabajar, jugamos al fútbol, nos tienen confianza y eso está bueno”.
Consultado sobre el relacionamiento con los funcionarios respondió que “les decimos está todo bien con ustedes y está todo bien con nosotros. Pedimos respeto y les damos el respeto que se merecen. Hacemos lo que nos dicen, si tenemos alguna queja se la planteamos a ellos y la resuelven”.

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