Unidad Nacional de Seguridad Vial

Rubén Machín tiene una lesión medular T4, producto de un siniestro laboral. Trabaja en la Intendencia de Canelones.

Hace 13 años que está vinculado con la seguridad vial; antes de quedar con estas secuelas.

Integró la Red de Víctimas y Familiares de Siniestros de Tránsito desde sus inicios; también integró ADISMCA (Asociación de Discapacitados Motrices de Canelones), “trabajando en todo lo que es el derecho de las personas con discapacidad y fundamentalmente en lo que es el tránsito”.

Desde su silla de ruedas, además de ver el mundo a una altura muy particular, lo vive con determinada sensibilidad. Por eso fomenta fuertemente –entre otros hábitos de prevención- el respeto de las rampas de acceso en la vía pública.

“Yo les voy a hablar del peatón y del peatón con discapacidad y adulto mayor, y les muestro algunas  dificultades que tienen en el transitar el día a día por su ciudad” dice Machín. “El peatón tiene que transitar por la vereda, pero muchas veces va por la calle por no estar en condiciones las mismas”.

Desde su silla de ruedas, constantemente elabora acciones de alerta y prevención. Pero más: las lleva a cabo. “Salí con la cámara colocada en mi silla de ruedas para mostrar por qué muchas veces se elige ir por la calle y no por la vereda, asumiendo el peligro de caerse o que lo atropellen”.

Con esta simple acción -cual Quijote-, Machín se acerca y ofrece ese material tan simple que reza que él no puede caminar, dejándonos al borde del precipicio al enfrentarnos a la complejidad de un hábito que resuelve en lo inmediato “nuestra necesidad” –estacionar-, pero que no es respetuosa ni solidaria para con la situación de los semejantes.