Unidad Nacional de Seguridad Vial

En el mejor de los climas, la Unidad Nacional de Seguridad Vial, visitó el Campus de la Universidad Católica. Allí donde los chicos tienen un espacio de esparcimiento entre aula y aula, mientras practican algún juego de mesa o dan cuenta de un entremés, se realizó el Taller  “Mitos y verdades sobre movilidad segura”.

La propuesta –llevada adelante por el Área de Educación Formal y Trabajo en Red de UNASEV- viene a cuento de la adhesión justamente, del equipo de planificación educativa de la UCU, a la agenda de actividades de Mayo Amarillo.

En ese lugar se logró capturar la atención de los muchachos con conceptos generales de prevención vial, utilizando ejemplos concretos que a través del intercambio fue deshilvanando prácticas habituales que asumimos en el tránsito, y que muchas veces debemos mejorar.

El disparador fue la serie de mitos que se suele tejer sobre elementos de protección como los cascos. Por lo que se demostró in situ –martillo en mano- aspectos como el de la fortaleza de su estructura, sometida a varios ensayos antes de ser autorizada su venta al público.

La utilización de los mismos ha sido una medida efectiva que se ha logrado durante la última década en los conductores uruguayos; y avanza entre el sector ciclistas, por lo que la docente expresó satisfecha que “ponerse un casco, es tener una actitud de vida en la vida”.

En medio de la Sala, se instaló un caminero con conos, para que en primera persona experimentaran el set de gafas que simulan los efectos del alcohol y cannabis sobre el sistema neurológico; o sea, sobre lo que habitualmente llamamos “los reflejos”.

Si bien la actividad arrancó entre risas y burlas a los primeros en vivir la experiencia; la búsqueda de estrategias para sortear los conos, la inseguridad y torpeza al andar; las conclusiones a las que arribaron luego de la misma, eran contundentes y comunes: “recomendaría no conducir bajo los efectos del alcohol u otras drogas”.