Apoyacabeza
Materiales didácticos

El apoyacabeza es otro de los complementos al cinturón, este detiene el movimiento brusco de la cabeza hacia atrás cuando se produce una colisión por alcance evitando lesiones en las cervicales.
Según varios fabricantes de coches la altura correcta se consigue cuando la parte superior de la cabeza queda al mismo nivel que el reposacabezas. También aconsejan que la separación o distancia entre el apoyacabeza y la cabeza, tanto del conductor como de los ocupantes, no debe ser inferior a 4 cm ni superior de 7 cm.
¿Qué tipos de apoyacabezas existen?
En el mercado existen dos tipos diferentes de apoyacabezas; los activos y los pasivos. Los activos se acoplan a la cabeza de manera automática, por lo que muchos especialistas los denominan también inteligentes, siendo estos más efectivos en caso de siniestro.
¿Qué lesiones previenen?
En un siniestro donde nos impacten por detrás, si el reposacabezas no está bien colocado, las vértebras cervicales pueden quedar dañadas seriamente debido al latigazo cervical, que implica un fuerte movimiento de vaivén del cuello y que puede llegar a producir graves lesiones o incluso la muerte a los ocupantes.
En impactos frontales y laterales. El efecto látigo ya se produce a velocidades superiores a 10 km/h, por lo que es muy frecuente. Entre las muchas lesiones que puede producir el latigazo cervical, de menor a mayor gravedad, pueden ser: rigidez y dolor de cuello, pequeñas hemorragias internas, hernias discales, rotura de ligamentos, problemas neurológicos graves, tetraplejias, entre otros.
Finalmente, es importante saber que, aunque el latigazo cervical suele ser mayor en las plazas delanteras, en las traseras también se produce con mucha violencia, por lo que el apoyacabezas debe utilizarse también en ellas.
¿Cómo regularlo?
La colocación correcta del reposacabezas es:
Altura: el borde superior debe estar entre el borde superior de tu cabeza y la altura de tus ojos.
Distancia: la separación entre cabeza y reposacabezas no debe ser superior a 4 cm.

Fuentes:
DGT España.
Fundación Mapfre