AUCI realizó balance de gestión y presentó "La cooperación internacional para el desarrollo del Sur"

"Uruguay era hace seis años el país que menos cooperación daba a la región, pero hoy tras la creación de la Agencia Uruguaya de Cooperación Internacional, es líder con más de 75 proyectos en América Latina, y en capacidad de cooperación es el quinto país en términos absolutos y el primero en términos relativos a población”, aseguró el prosecretario y presidente de AUCI, Diego Cánepa.
La Agencia Uruguaya de Cooperación Internacional (AUCI) presentó su publicación “La cooperación internacional para el desarrollo del sur”, que recopila la labor realizada en este período de gobierno y la visión desde Uruguay de la cooperación, con un enfoque conceptual.
El canciller Luis Almagro, como miembro del consejo directivo de AUCI, sostuvo que la cooperación internacional fue entendida en esta gestión como una política de Estado. “Procuramos la alineación de prioridades y la estrategia de desarrollo nacional desde una perspectiva de derechos. Esto adquiere particular importancia dada la etapa de desarrollo en la que se encuentra Uruguay, explorando modelos caracterizados por la búsqueda de la equidad y la sustentabilidad”, indicó.
Expresó que se avanzó en la transformación institucional de los ámbitos de cooperación internacional, se redoblaron esfuerzos en la labor interinstitucional, con nuevos instrumentos necesarios para asumir los desafíos que implican potenciar esta política pública.
“La creación de la AUCI es un punto de inflexión en el marco del establecimiento del sistema”, sostuvo Almagro, quien felicitó la gestión y coordinación llevada a cabo.
También habló de la articulación alcanzada con la cancillería para desarrollar las iniciativas de la Agencia. Asimismo, reconoció el rol de Naciones Unidas, como foro legítimo de representación universal igualitaria en el marco de la cooperación. Asimismo mencionó que se fortalecieron otras instancias regionales de cooperación con la Segib, Mercosur, Unasur, Celac, Urupabol, ámbitos donde la cooperación sur-sur es cada vez más propicia para el desarrollo.
Por otra parte, se dinamizó la cooperación triangular que promueve asociaciones horizontales, buscando superar la tradicional relación donante-receptor, reconociendo la capacidad de los países en desarrollo de contribuir al intercambio de conocimientos sur-sur, norte-sur y sur-norte.
“Uruguay tiene capacidades hoy de ser receptor y oferente de cooperación sur-sur y en este período se identificaron las áreas donde se pueden transferir conocimientos y capacidades técnicas: medio ambiente, sector agropecuario, políticas sociales, infraestructura para el desarrollo y gobernabilidad”, insistió.
Transformación en materia de cooperación
Cánepa explicó que la AUCI, que se creó en este período con el consenso del Parlamento, generó un cambio en el país en materia de cooperación.
Uruguay es un país de renta media alta (según el Banco Mundial de renta alta) y tiene una participación clave en América Latina porque tansformó su capacidad de cooperación. En la actualidad tiene más de 75 proyectos de cooperación en América Latina. En capacidad de cooperación es la quinta nación en términos absolutos y la primera en términos relativos a su población en América del Sur y Central.
“Hace seis años éramos el último país en América Latina, éramos el que menos cooperación daba. Hoy somos el que más da, y eso se logró en un solo período de gobierno”, reafirmó Cánepa, quien visualiza un enorme cambio a partir de la coordinación de todas las capacidades nacionales (empresas públicas, ministerios, instituciones) y de la cooperación sur-sur.
“La cooperación es clave para identificar problemas, para hacer visibles esos problemas y para sofisticar las políticas públicas”, agregó. En este sentido, entiende que el gran desafío del Uruguay de los próximos años es no caer en la autocomplacencia teniendo en cuenta los éxitos obtenidos en estos 10 años, no creer que haciendo lo mismo se garantizan grandes resultados. También puntualizó que la generación de políticas públicas más sofisticadas, implica debates para convencer a la sociedad de los cambios complejos que se deben llevar adelante.
Cánepa dijo que el modelo de creación de la agencia, la forma en que trabaja, la calidad de las personas que trabajan por su formación y el compromiso hacia la tarea que llevan adelante es un ejemplo del tipo de transformación a la que se quiere arribar en la Reforma del Estado.
“Este es uno de los pequeños-grandes orgullos que uno se lleva de esta gestión de Gobierno, haber logrado estos avances, haber generado esta agencia que es un modelo en Uruguay y hacia afuera”, concluyó Cánepa, quien consideró que de esta forma se ratifica el rumbo estratégico.
La complejidad de la cooperación y la institucionalidad
Martín Rivero, director ejecutivo de AUCI, señaló que “si tomamos en cuenta los recursos netos de cooperación internacional que superan los 150 millones de dólares y le agregamos las contrapartes nacionales que ponen los ministerios y organismos nacionales partícipes de esta cooperación se superan los 250 millones de dólares, que representan un volumen de capacidad de acción en estas temáticas extremadamente significativo”.
Hace dos décadas América Latina recibía entre el 15 y el 17 % del total de la cooperación internacional del planeta. Los últimos datos disponibles ponen esa proporción en poco más del 4,5 %, teniendo en cuenta la crisis internacional. “Uruguay al ser el país con indicadores de desarrollo más positivos y con los niveles de renta per cápita más altos, el panorama que afrontábamos en cuanto a la potencial reducción de la cooperación era significativo. Sin embargo, el dinamismo de esta gestión permitió la renovación constante de nuestros proyectos de cooperación”, indicó Rivero.
Rivero aludió al proceso que atraviesa la cooperación internacional en el mundo. Dijo que se complejizó en la última década, dada la multiplicidad de actores y la diversidad de sectores y áreas temáticas. Por ende los saberes técnicos son cada vez de mayor calidad, más demandantes. A esto se suma la variedad de instrumentos para llevarla a cabo. Esto requiere instituciones fuertes, capacitadas, con recursos humanos permanentes y con dedicación al trabajo, con lineamientos estratégicos potentes y un liderazgo político claro.
“La potencia institucional de un músculo fuerte de esta agencia fue casi una obsesión de esta administración, construir una herramienta potente y estable, pero lo suficientemente flexible y dinámica para adaptarse a los desafíos que cada año se imponen”, indicó.
Fuente: presidencia.gub.uy