Institución Nacional de Derechos Humanos y Defensoría del Pueblo

Este homenaje especial se enmarca en las conmemoraciones por el 50 aniversario del golpe de Estado que durante este año viene desarrollando la INDDHH y en este caso se reparó en el hecho de que la sala Luis Pérez Aguirre lleva el nombre de un destacado defensor de los derechos humanos.

La jornada comenzó con una cálida apertura y bienvenida a cargo de Marcos Israel, presidente de la INDDHH, y Cecilia Iannino, representante de la Red de Amigos de Luis Pérez Aguirre. Ambos destacaron la importancia de mantener viva la memoria de los acontecimientos que marcaron una época en la lucha por los derechos humanos en Uruguay.

La primera parte de la actividad consistió en un diálogo titulado "La mirada histórica," en el cual participaron destacados expertos y protagonistas: Gerardo Caetano, historiador, junto a Juan Faroppa, profesor adjunto de Derechos Humanos en la Universidad de la República, y Efraín Olivera, miembro de Serpaj. Todos compartieron sus perspectivas sobre el contexto histórico que rodeó el ayuno de 1983 y su significado en la lucha por los derechos humanos en Uruguay.

En la segunda parte se desarrolló el diálogo "El ayuno como forma de resistencia", reunió a personas clave que estuvieron involucradas en el ayuno: Juan José Mosca, S.J., quien acompañó a los ayunantes, Ademar Olivera, pastor que también ayunó, y Jorge Osorio, sacerdote que participó activamente, Patricia Piera, exmiembro de Serpaj, y Ana García, integrante del grupo de apoyo del ayuno. Marcos Carámbula, médico que brindó atención a los ayunantes, a través de un saludo virtual, también estuvo presente.

Cada participante aportó su perspectiva y recuerdos sobre aquel momento histórico, y el clima de reunión entre amigos también permitió que varias personas del público, también protagonistas de los hechos, aportaran sus experiencias y reflexiones. 

Además, no faltaron las sorpresas: se recibieron los saludos y recuerdos de Adolfo Pérez Esquivel (activista, profesor, artista y destacado defensor de los derechos humanos, que en 1980 recibió el Premio Nobel de la Paz por su compromiso con la defensa de la democracia) y Belela Herrera (amiga personal de Perico, profesora y política, fue vicecanciller del Uruguay entre el 2005 y el 2008).

Fue un encuentro que reunió a personas con un gran compromiso con la causa de los derechos humanos y la memoria histórica, y constituyó un gran recordatorio de la importancia de mantener viva la memoria de quienes lucharon por un Uruguay más justo y democrático.