Estrategia para el abordaje de la prevención del consumo problemático de drogas en los entornos laborales - E-book

Fundamentación

El Observatorio Uruguayo de Drogas (en adelante OUD), mediante la VII Encuesta Nacional sobre Consumo de Drogas en Población General[3] aporta datos fundamentales sobre la magnitud y las características del consumo de drogas en nuestro país.

“En efecto, el consumo de alcohol en los últimos 12 meses es declarado por el 77% de la población, 6 puntos porcentuales por encima de lo encontrado en el año 2014. Esta sustancia es claramente la más consumida entre los uruguayos.

La marihuana, luego del alcohol y tabaco, es la droga con la que más se experimenta y donde el consumo de los uruguayos presenta un crecimiento constante desde el comienzo de la serie (2001). El 30% declara haber consumido al menos una vez en la vida y casi la mitad de estos, la ha consumido en los últimos 12 meses (14,6%). Este indicador de prevalencia en los últimos 12 meses se ubica 5 puntos porcentuales arriba respecto de la medición en 2014.

El consumo de tabaco, aunque en forma más desacelerada, continúa descendiendo. Para los últimos 12 meses el consumo declarado de tabaco alcanza al 32,7%. El hecho que el mayor impacto de la cesación o no incorporación de fumadores se observe en la población más joven hace plausible pensar en un pronóstico de continuidad de este descenso si se mantienen las actuales políticas sobre tabaco.

Con respecto a los psicofármacos, la evidencia muestra que los tranquilizantes tienen un uso relevante en la población: casi 1 de cada 3 personas los ha consumido a lo largo de su vida. En los últimos 12 meses un 13% los ha consumido. De estos, lo que constituye un dato de alerta, el 21% lo ha hecho sin prescripción médica (automedicación). El 7% de la población ha consumido antidepresivos en los últimos 12 meses, pero en este caso la absoluta mayoría lo ha hecho bajo prescripción médica.” (OUD, 2019: 12)

Para todas las drogas, excepto psicofármacos, el consumo de los varones es mayor al de las mujeres, tanto en la magnitud de consumo como en su intensidad. Las brechas menores se encuentran en el alcohol y tabaco, en tanto las mayores diferencias están en sustancias como la cocaína o pasta base.” (OUD, 2019: 13)

Según datos del Banco Mundial, en Uruguay hay 1.757.161 personas económicamente activas[4], por lo que a raíz de los datos mencionados, cobra especial relevancia el abordaje de la temática de los consumos problemáticos en los entornos laborales.

El trabajo es un organizador de la vida cotidiana de las personas que permite construir un proyecto de vida, así como la integración social, por tanto puede constituirse tanto en factor protector como en un factor de riesgo del consumo problemático de drogas e impactar en la salud de las personas.

La normativa internacional y nacional aportan un marco fundamental y propicio para implementar políticas públicas de prevención en relación a los consumos problemáticos de drogas en los entornos laborales.

La Organización Internacional del Trabajo (en adelante OIT) en su Convenio Nº 155 sobre seguridad y salud de los trabajadores y medio ambiente de trabajo, ratificado por la Ley N°15965 y su reglamentación mediante Decreto 291/007, establece los derechos, principios y obligaciones de trabajadores/as y empleadores, la creación de las Comisiones Tripartitas Sectoriales y la intervención del Consejo Nacional de Salud y Seguridad en el trabajo, vinculados a la promoción y prevención de la salud y seguridad en este ámbito.

A su vez, un avance significativo en nuestro país se establece en el Decreto 128/016 en el que se establece el procedimiento de actuación en materia de consumo de alcohol, cannabis y otras drogas en lugares y en ocasión del trabajo.

Este marco normativo, además de propiciar condiciones para la implementación de acciones de promoción de salud y prevención del uso problemático de drogas, da garantías tanto a las personas trabajadoras como las empleadoras, promoviendo los derechos de todas las personas.

Notas

[3] El universo de estudio lo constituyeron las personas de entre 15 y 65 años residentes en las ciudades de 10.000 habitantes y más. La muestra efectiva fue de 4.720 casos, los que representan a 1.775.000 personas aproximadamente. (OUD, 2019: 11). Para actualización de datos, remitirse a Uruguay Previene

[4] La población activa total comprende a personas de 15 años o más que satisfacen la definición de la Organización Internacional del Trabajo de población económicamente activa: todas las personas que aportan trabajo para la producción de bienes y servicios durante un período específico. Incluye tanto a las personas con empleo como a las personas desempleadas. Si bien las prácticas nacionales varían en el tratamiento de grupos como las fuerzas armadas o los trabajadores estacionales o a tiempo parcial, en general, la población activa incluye a las fuerzas armadas, a los desempleados, a los que buscan su primer trabajo, pero excluye a quienes se dedican al cuidado del hogar y a otros trabajadores y cuidadores no remunerados. OIT, Base de datos de Indicadores principales sobre el mercado laboral.

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