Participación para la construcción de una Política Nacional de Movilidad Urbana Sostenible
El encuentro contó con una amplia participación y se concentró en la generación de propuestas de lineamientos estratégicos y medias que se consideraran relevantes por los actores a la hora de contribuir a la elaboración de la PMUS. En ese sentido, se profundizó el trabajo realizado en la instancia participativa de setiembre, poniendo en el foco en las medidas habilitantes o transversales que serían necesarias para complementar las medidas de implementación concretas de la futura PMUS.
Como parte de este proceso, desde el año 2019 se ha trabajado en la etapa de diagnóstico de la movilidad en el país, tanto a nivel nacional como a nivel local, en Ciudad de la Costa, Fray Bentos, Rivera, San José y Treinta y Tres. Ya en 2020, además de este último taller, se realizaron varias reuniones virtuales, dos jornadas presenciales altamente exitosas en convocatoria y participación, además de un encuentro enfocado en la presentación y discusión sobre medidas de implementación locales para una movilidad sostenible. Todos estos intercambios han enriquecido el proceso participativo de elaboración de la política y son insumos para una visión común, objetivos y medidas para la construcción de la misma.
Todo este proceso participativo fue apoyado por la agencia de cooperación alemana GIZ y se desarrolló en el marco del proyecto de EUROCLIMAplus “Promoción de la Movilidad Urbana Eléctrica en Uruguay” cuyo objetivo es fortalecer capacidades en la planificación de la movilidad urbana sostenible y sentar las bases para un Programa Nacional de promoción de la movilidad urbana eléctrica mediante un programa de alcance nacional que incluye el desarrollo de instrumentos técnicos, regulatorios y financieros.
En un contexto de oportunidades y desafíos, se entiende pertinente desarrollar una política pública integral que atienda las dimensiones social, ambiental, económica y habilitante de la movilidad urbana con un horizonte de largo plazo, y con lineamientos estratégicos y medidas que abarquen distintos aspectos de la movilidad (incluyendo en temas de movilidad activa, eléctrica, financiamiento, planificación, capacidades, entre otros), a ser implementadas de manera intersectorial e interinstitucional por el sector público nacional y subnacional, así como también el sector privado, la academia y la sociedad civil, a partir de una visión compartida sobre la movilidad urbana sostenible.
Nuestro país y el mundo enfrentan desafíos importantes en la lucha frente al cambio climático, la principal amenaza que enfrenta la humanidad hoy a nivel global. El sector transporte juega un papel fundamental en el camino hacia la descarbonización de las economías; en Uruguay el sector es responsable del casi el 60% de todas las emisiones de CO2, por lo tanto, es estratégico planificar y tomar acciones concretas que impliquen la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero e impulsen la transición hacia un transporte y una movilidad más sostenibles.
Desde la creación del Sistema Nacional de Respuesta al Cambio Climático en 2009, la elaboración del Plan Nacional de Respuesta al Cambio Climático en 2010 y la elaboración de la Política Nacional de Cambio Climático en 2016, a través de un proceso participativo similar al que se intenta transitar para la movilidad sostenible, Uruguay viene trabajando fuertemente y articuladamente para transversalizar la temática del cambio climático en las políticas y acciones sectoriales, tanto en materia de adaptación como de mitigación.
Uruguay ha anunciado el año pasado en la Cumbre sobre el Clima en Nueva York la intención de presentar una estrategia climática de largo plazo, que incluye una meta aspiracional de neutralidad de CO2 a 2050, en respuesta a la invitación que realizara el Acuerdo de París a los países Parte de dicho acuerdo. El proceso de elaboración de dicha estrategia fue lanzado en agosto pasado, con la participación de varios ministros cuyas instituciones pertenecen al Sistema Nacional de Respuesta al Cambio Climático. La estrategia climática de largo plazo, que se estima estará finalizada en el primer semestre de 2021, permitirá profundizar el marco estratégico e institucional en que se desarrollan políticas y acciones que contemplan y enfrentan la problemática del cambio climático, tanto en términos de mitigación como de adaptación, con una mirada de largo plazo, a 2050.
