Ministerio de Ambiente

La laguna de Rocha fue declarada en 1977 Parque Nacional Lacustre y reserva mundial de biosfera para la UNESCO, integra el Sistema Nacional de Áreas Naturales Protegidas de Uruguay (SNAP; Ley 17.234 de 2000), que forma parte del Ministerio de Ambiente (MA), en calidad de "Paisaje Protegido". Es también un área designada como importante para la conservación de aves (IBA – Laguna de Rocha (UY019) y declarada Sitio Ramsar por sus humedales de relevancia internacional. 

Figura 1. Monitoreo y seguimiento de la calidad ambiental de la Laguna de Rocha y su cuenca.

En esta laguna se sustentan importantes servicios ecosistémicos, como por ejemplo, la mayor pesquería artesanal de camarón rosado, junto con peces continentales y cangrejo sirí, un ecoturismo creciente, entre otros. 

Figura 2. Laguna de Rocha: artes de pesca; imagen derecha: turismo de avistaje de aves.

Presenta tres afluente principales: los arroyos Rocha, Las Conchas y La Palma (Figura 3). El arroyo Rocha (principal afluente), se ubica bordeando a la ciudad de Rocha, a la cual, por un lado provee de agua potable y, por otro, recibe de la misma las aguas residuales y otros efluentes. El arroyo Las Conchas drena también zonas suburbanas de Rocha, recibiendo efluentes domésticos e industriales. Esta subcuenca es principalmente rural, observándose en su parte alta, ganadería extensiva y forestación, y en la baja un uso de suelo más intensivo, donde se destacan cultivos cerealeros y oleaginosos, praderas artificiales, cría de cerdos, tambos y forestación. El arroyo La Palma drena la zona agrícola más importante de la cuenca, y es utilizado por OSE en época estival como fuente potencial de agua para potabilizar y suministrar a la localidad de La Paloma. 

Entre 2017 y 2020 el estado ambiental de la Laguna de Rocha presenta, en general, buena calidad del agua y sedimentos. No obstante, se pueden observar indicios del proceso de eutrofización dado los frecuentes niveles relativamente altos de nutrientes como PT y NT, respecto de los valores de referencia del país (Decreto 253/79 y Mesa Técnica del Agua, 2017). A pesar de esto, la biomasa fitoplanctónica medida como concentración de clorofila a, tendría un nivel mesotrófico según criterios de la OCDE (1982). Un mayor análisis puede consultarse en el informe disponible en el Observatorio Ambiental Nacional (OAN). 

Es importante destacar que La concentración de nutrientes mostró un aumento significativo respecto al periodo 2002 – 2006 (Dinama, OSE, Dinara, IDR, CURE 2021). Lo cual, podría estar asociado al incremento de las actividades agrícolas en su cuenca, dado que se observó una mayor superficie de suelo dedicada a los cultivos agrícolas y a la forestación, en detrimento del campo de pastizal natural. Sin embargo, se requiere un cuidadoso análisis de la serie histórica de datos para confirmar o descartar este proceso (análisis en curso). 

Figura 3. Comparación de la concentración de Fósforo Total (izq.) y Nitrógeno total (der.) entre el período histórico (2002 – 2006) y el período actual (2017 – 2020).

La presión ejercida por el incremento del uso productivo en la cuenca, el cambio climático y el manejo artificial de la apertura de la barra, son amenazas que deben ser consideradas para una adecuada gestión. En este sentido, los indicios de eutrofización observados son señales de alerta que sugieren que la Laguna de Rocha es vulnerable, siendo muy importante el monitoreo de vigilancia de la calidad de agua de la laguna y sus principales tributarios, coordinado por la Dirección Nacional de Calidad y Evaluación Ambiental (Dinacea) del MA. Cabe destacar que los cambios en la hidrodinámica producidos por la apertura artificial de la barra arenosa son un aspecto clave que requiere ser regulado, para lo cual se desarrollaron protocolos específicos (RM 1185/2016). Asimismo, otra de las direcciones nacionales del MA, en este caso la Dirección Nacional de Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos (Dinabise) lleva adelante el plan de manejo del área protegida (RM 1030/2016), en el cual se establece una serie de regulaciones y acciones para una adecuada gestión (Decreto 61/010). Por tanto, el plan de manejo y el programa de monitoreo constituyen herramientas claves y complementarias que nos permiten de conocer la evolución del estado ambiental e implementar acciones enfocadas a una mejor gestión y conservación.