Producción familiar

Caprinocultura: productores comparten su experiencia de desarrollo de tecnologías

Con una jornada de divulgación, la Sociedad Uruguaya de Criadores de Cabras (SUCC) dio cierre a su proyecto de “implementación y evaluación de sistema productivo alternativo y control parasitario en caprinos de Uruguay”, que formó parte de la convocatoria “Más tecnologías para la producción familiar, segunda edición”. La actividad se llevó a cabo en el predio de Isabel y Eduardo, productores familiares radicados en el departamento de San José, en Sierras de Mahoma.
productores caprinos

En la jornada, en la que participaron productores de cabras de diversos puntos del país, se compartieron los saberes generados entre productores y técnicos. El predio de Isabel y Eduardo, donde se realizó la actividad, fue elegido por el grupo por ser un típico predio familiar que vive exclusivamente de la caprinocultura. “Queríamos tomar a este predio como referente, para mostrarle al resto de los productores de cabra que se puede producir a pequeña escala y vivir decorosamente”, expresó el ingeniero agrónomo José Mosquera, del equipo técnico del Instituto de Estudios Sociales, una de las entidades de investigación que formó parte de este proyecto.

“Más tecnologías para la producción familiar” es una convocatoria llevada adelante por el Ministerio de Ganadería, Agricultura y pesca a través de la Dirección General de Desarrollo Rural  (MGAP/DGDR), en conjunto con el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA). Ha habido dos ediciones de esta política. Su objetivo es generar soluciones tecnológicas de distinto tipo (pueden ser productivas pero también organizativas) para cualquiera de los rubros de la producción familiar del país. Es para organizaciones de productores familiares, que se asocian a entidades de investigación. Se presentaron 34 propuestas en la primera edición y 35 en la segunda. “Ha sido una herramienta muy valorada, tanto por los productores como por las entidades de investigación; ha habido muy buena participación tanto en cantidad como en calidad en cada uno de los proyectos por parte de los productores”, dijo Federico Sierra, técnico de DGDR/MGAP, referente del llamado ‘Más tecnologías”. “En la medida que ellos participan de las soluciones tecnológicas a desarrollar, se logra un nivel de apropiación de las soluciones muy bueno por parte de las familias de los productores”, agregó.

En este proyecto, que fue presentado por la Sociedad Uruguaya de Criadores de Cabras (SUCC), participaron la Universidad de la República – el departamento de Genética y Mejora Animal de Facultad de Veterinaria y el Instituto de Estudios Sociales como entidades de investigación. El tema propuesto fue definir diferentes métodos de control parasitológico y evaluación de los métodos empleados para la producción familiar caprina. Según Sierra, las necesidades de conocimiento en el rubro caprino son amplias: abarcan desde conocer los resultados económicos del rubro, cómo adecuar el manejo parasitológico, cómo incide el congelado de la leche en su coagulación y su incidencia en la elaboración de quesos u otros productos.

En esta segunda edición de “Más tecnologías”, al proyecto de la SUCC le fue otorgado un monto de 20 mil dólares americanos. En la primera edición, los criadores de cabras también habían presentado un proyecto vinculado a la edición y definición de parámetros de la calidad de la leche de cabra en condiciones comerciales y de evaluación e incidencia productiva y económica de la parasitología en el rubro, para lo cual se les había otorgado un apoyo económico de 36 mil dólares.

“Nosotros, a través de este proyecto de ‘Más tecnologías’, le estamos dando las herramientas a los productores para que puedan generar armas para contrarrestar los problemas parasitarios”, señaló José Mosquera, del Instituto de Estudios Sociales. Añadió que ha habido capacitaciones con INEFOP con técnicos lecheros, lo que ha ayudado a los productores a obtener un producto de calidad.

“La tecnología en el procesamiento de la leche de cabra y la mejora en los mecanismos de comercialización de la leche ha hecho que mejore la producción caprina y aumenten los productores interesados en producir cabras”, expresó el docente Óscar Correa, asistente del Departamento de Parasitología de Facultad de Veterinaria. Agregó que una persona, produciendo unas cuantas decenas de litro de leche por día, es capaz de sustentar una familia. Dijo que en Uruguay hay muchas familias que están viviendo de esta producción y que en los últimos años ha venido creciendo bastante. “Mucha gente se ha reconvertido de agrícola a caprinocultora”, señaló. A su vez expresó que las financiaciones del Estado son fundamentales para el desarrollo del sector para cualquier tipo de producción familiar: “Si el Estado no las apoyara, la producciones familiares no podrían tener el avance y el desarrollo que están teniendo últimamente”.

 

Una buena alternativa

Freddy Hernández, presidente de la Sociedad Uruguaya de Criadores de Cabras, es productor agropecuario, tambero de cabras y ovejas. Considera que el rubro de las cabras es un “muy buen emprendimiento alternativo para los productores familiares”. La SUCC se aboca a la difusión de por qué consumir este tipo de productos y por ello participa de diversas ferias gastronómicas y además trabaja por el consumidor final de los productos derivados: queso, yogur, dulce de leche, jabón de leche de cabra… Hernández señala que para el criador, “la cabra es una animal muy resistente, que no tiene grandes problemas, salvo la parasitosis, que se controla fácilmente… En poco tiempo se reproduce muchísimo: a los 7 meses de nacida, una cabra puede quedar preñada y a los 13 meses ya está produciendo leche. Una leche que hoy, en el mercado, la industria la está pagando tres veces más que la leche de vaca”. Agregó que la cabra es un animal sumamente dócil e inteligente. Según Hernández, el queso de cabra es muy versátil: permite agregar un sabor importante a los platos. En cuanto a las propiedades de la leche, expresó que es muy recomendable para la salud humana, sobre todo para niños alérgicos a la lactosa y también para los casos de úlcera y gastritis. Además reduce el colesterol, tiene mucho más calcio y hierro que la leche de vaca. Es una leche muy saludable; el glóbulo de grasa es 30 veces más pequeño que el de la leche de vaca y el contenido de proteínas es levemente mayor. Es una leche que se puede congelar no perdiendo las propiedades nutricionales.

 

Creciendo…

En el establecimiento “Los vientos”, Isabel Rodríguez nos cuenta cómo fue que decidieron dedicarse a la producción familiar. Hace 10 años que está afincada en el campo, al norte del departamento de San José. Trabaja junto a su marido Eduardo y sus dos hijas, Mariana y Adriana. Tienen cabras, ovejas y vacas; también producen carne de cerdo y aves, y cuentan con un pequeño apiario para autoconsumo, al igual que una quinta orgánica. Antes vivían en Montevideo. Decidieron venirse a San José y dedicarse a la producción para cambiar de vida: “Elegimos las cabras porque nuestro campo es pequeño: es un campo de 25 hectáreas y la cabra no necesita mucho campo, 8 o 9 cabras en una hectárea se manejan perfecto, nunca falta comida. Como vimos que el campo daba para producir, fuimos adquiriendo otros rubros”, cuenta la productora. Remiten la leche de cabra congelada a Planta Cerro Negro (la leche de cabra tiene una duración de seis meses en el freezer sin perder sus propiedades). Tienen proyectos a futuro de desarrollo de la quesería. Además cuentan con otro proyecto presentado en la DGDR, correspondiente a la convocatoria “Más valor ovino”, con el que pretenden hacer la quesería, para elaborar también con la leche de vaca y de oveja, además de la de cabra.

Siempre han soñado con recibir gente y mostrar lo que hacen con tanto sacrificio. En poco tiempo, su sueño se hará realidad: los turistas llegarán al establecimiento, a conocer su trabajo y degustar los productos elaborados por sus propias manos. Todo surge porque en pueblo Mal Abrigo, se recicló la estación de AFE como parte del proyecto de pueblo turístico, donde intervienen la Intendencia de San José y el Ministerio de Turismo. En las casillas se instalaron puestos de venta, donde muchos artesanos de la zona venden sus productos y varias estancias se sumaron a la propuesta turística. Una vez que Eduardo e Isabel cuenten con la habilitación de la quesería, su predio será incluido para que los turistas los visiten, conozcan la producción familiar y degusten sus productos. “Se apunta al turismo social: turismo de quinceañeras, de personas en edad laboral y jubilados… Pensamos en la accesibilidad y en hacer algunos arreglos para quienes tengan dificultades puedan disfrutar del paseo sin mayores inconvenientes”, dice Isabel entusiasmada.

“Gracias a estos proyectos que la Dirección de Desarrollo lanza para el productor, el productor se puede afincar en el campo y que la vida sea más llevadera”, concluye la productora.

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