RIVERA

En Curticeiras, las mujeres rurales celebraron su día con un encuentro y talleres

El pasado 30 de octubre se realizó en Curticeiras, Rivera, un encuentro de mujeres rurales para celebrar el Día Internacional de la Mujer Rural. Como todos los encuentros de mujeres que se celebraron en este marco, la actividad fue posible gracias a la colaboración de la Dirección General de Desarrollo Rural del MGAP, a través de los fondos “Más Equidad”.

La Asociación de Pequeños Productores Familiares (APPFAM) fue la organización de productores que organizó la jornada junto a Desarrollo Rural. La instancia no se realizó el mismo 15 de octubre, porque ese día la actividad central fue en Artigas y muchas de las mujeres de Rivera participaron. Por este motivo, se decidió hacer el 30 de octubre, en el local Curticeiras, como forma de cerrar el Mes de las Mujeres Rurales. Participaron más de 40 mujeres de diferentes zonas.

Rina Romero, una de las mujeres rurales organizadoras, celebra que se estén creando nuevos grupos de mujeres en la zona, a raíz de proyectos que lleva adelante Desarrollo Rural del MGAP, como “Camino Mujer”. “Son mujeres jóvenes que se hicieron presentes y eso nos deja muy contentas. Pasamos una jornada muy linda”, cuenta Rina.

El día de la celebración se realizó un taller de género y otro de agroecología, que fue propuesto por parte de un grupo de mujeres de Rincón de Moraes, que tiene un proyecto en el marco de la convocatoria “Camino Mujer” y como tenían esa instancia de capacitación prevista, decidieron compartirla con el resto.

Las mujeres compartieron un almuerzo y charlaron hasta la tarde: “Fue muy lindo porque participaron de varias zonas del departamento”, cuenta Rina, quien destaca especialmente la variedad de mujeres participantes.

En cuanto a la importancia de celebrar el Día de la Mujer Rural, Rina dice: “A mí me parece que ese día es importante, no sólo por resaltar nuestro trabajo, sino que podamos reunirnos y que año a año podamos traer a más mujeres, para compartir, para intercambiar ideas, porque me parece que es muy productivo, porque si bien todas vivimos en el campo, cada una tiene su experiencia y su visión diferente. Eso se puede fusionar de manera que otras experiencias nos sirvan y aprendamos, porque no todas tenemos la misma forma de solucionar las cosas y de enfrentarlas. Para mí es muy importante ese día”, dice Rina.

“Es difícil juntar a las mujeres. Ese es un tema que me preocupa. Incluso lo expusimos en el taller de género. El tema de la continuidad, porque después unas se van y ese es un tema a tratar. Eso también lo vimos cuando se formó la Comisión del Plan Nacional de Género, actividad que fue muy fructífera. Todas acordamos que la comunicación es muy importante, que la información y las herramientas lleguen a la mejor cantidad de gente posible. ¿Qué medios usar? Tenemos las Mesas de Desarrollo, pero también la radio, que llega mucho al campo a través de los programas agropecuarios, el WhatsApp, las redes... Invadir de información, eso es lo que tenemos que hacer: que la información llegue a la mayoría de las mujeres para que se animen a participar, a integrarse”, dice Rina.

 

Rina

Rina Romero es de Curticeiras, zona que queda a 15 kilómetros de la ciudad. Es productora familiar. Tiene cuatro hijos, dos nietas y una en camino. Tres de sus hijos viven en el predio y su hija menor en Tacuarembó. “Hacemos de todo un poco: cría de ganado vacuno y ovino. Somos tabacaleros y yo hago cría de gallinas de posturas, tengo un invernáculo, y con lo que planto en el invernáculo, elaboro y hago conservas: dulces, mermeladas, licores... y también somos colonos”. Tienen un campo de Colonización a 60 kilómetros, con otros 16 productores de APPFAM.

Rina integra un grupo de mujeres dentro de la asociación, que hoy está pasando a ser una Sociedad de Fomento, algo que era necesario. Rina explica por qué se tomó esa decisión: “porque tenemos que firmar como colonos con el Instituto, porque hay un grupo que integra compras públicas y tiene que hacer su inscripción en el RENAOH y como la asociación era sin fines de lucro, no nos permitió hacerlo y estamos cambiando la forma jurídica. Estamos en transición, terminando cosas con la asociación, que es ATDR y los proyectos de “Más Agua”, para quedar sólo como Fomento”.

Existe un grupo de mujeres que ha tenido varios apoyos de la DGDR en diversos proyectos de “Somos Mujeres Rurales”, en la primera y en la tercera edición. En la primera edición también se festejó el Día de la Mujer Rural, Rina recuerda que en esa ocasión se encontraron más de 60 mujeres rurales de Artigas, Salto, Rivera y Tacuarembó.

En el marco de la tercera edición de esta convocatoria, un grupo de mujeres que hace conservas, con los fondos aportados por la DGDR compró envases, ollas y utensilios para la elaboración y además realizaron capacitaciones en conservas y marketing, y trabajaron en el logo para identificar al grupo dentro de la organización.

Rina cuenta un día de su vida en el campo: “Hacemos de todo desde que nos levantamos. Empezamos por dar comida a los bichos... a las gallinas, los perros, los chanchos. Tengo un poquito de cada cosa, lo básico como para ayudarnos en la canasta. Después de tomar unos mates con mi esposo, ahora, como estamos en plena plantación de tabaco, vamos a la chacra a plantar. Mi esposo recorre el campo, yo atiendo a mis gallinas; cuando tengo que elaborar, en mi tiempo libre, elaboro. También soy secretaria de la ATDR, así que llevo todos los papeles. Hay días en que me paso hasta tarde de la noche frente a la computadora haciendo trámites y organizando toda la parte administrativa. También tengo a mi mamá conmigo, desde que empezó la Pandemia. Tiene 91 años, está flamante, pero requiere atención. O sea que durante el día es muy variado lo que hacemos: desde ir a hacer mandados a la ciudad, a buscar gasoil para un tractor, llevar a alguien que nos está ayudando en la plantación, los mandados... Además también hago las cosas de la casa. A veces, cuando hay tareas en el campo del Instituto –porque una vez al mes hacemos tareas, todos juntos- cuando no va mi esposo voy yo. Allá está mi hijo, lo acompaño, o voy en el lugar de mi hijo con mi esposo, así que tenemos todas esas tareas. Esto es lo normal para la mayoría de las mujeres del campo”, dice Rina.

 

El sueño de poder seguir en el campo

“El proyecto que tengo es seguir trabajando. Hace 15 años que estoy en esta vuelta. Me encanta. Me encanta poder traer cosas que les sirvan a los demás. Ayudar cuando un productor tiene problemáticas, como cuando luchamos por lo de agua... Le planteamos al director de Desarrollo Rural que los proyectos que se aprobaron, que no se pudieron financiar, no quedaran en un cajón... Ver las realidades del campo y el papel de la mujer, que a veces tenemos más facilidades de charlar, poder llevar todas esas necesidades, inquietudes, demandas, a quien sea, para tener una respuesta. Para mí es importante ser ese nexo, me gusta”, dice Rina. “A veces nos quita mucho que hacer en la casa, disponemos de poco tiempo, pero es gratificante cuando vemos buenos resultados”, sostiene. Reconoce que ha tenido más respuestas gratificantes que malas.

Rina también nos cuenta sobre sus sueños: “Mi sueño es el sueño de toda mujer rural: poder seguir en el campo, trabajando con la familia, tratando de seguir adelante y seguir luchando por el campo. Para mí es mi vida y pienso seguir en la lucha hasta que Dios me dé fuerzas. La familia coopera, todos nos damos una mano y es algo muy lindo. Los hijos se fueron a estudiar, volvieron y a todos les gusta el campo, hasta a mis nietas. Para uno es una satisfacción recoger lo que cultivó, que fue el amor al campo”.

 

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Rina Romero_productora familiar de Curticeiras, Rivera_Día de la Mujer Rural.

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