Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca

Verde Alto es una comunidad rural ubicada a 8 kilómetros de la ciudad capital. Los hogares se encuentran a lo largo de la Ruta 98, que cruza frente a la escuela; algunos se encuentran a pocos metros unos de otros, y otros guardan distancia de muchos kilómetros entre ellos.

La escuela tiene 9 alumnos, desde inicial hasta sexto año y las familias se encuentran en constante comunicación con el centro de estudios.

A través de la Maestra Capder del departamento, les llegó un correo con información sobre el concurso para escuelas rurales “Aprendemos Equidad”. La maestra lo compartió con los niños, leyeron las bases, y ellos mismos decidieron participar. Su primera idea fue participar en expresión plástica, pero luego decidieron hacer un poema.

“Es la primera vez que la escuela participa de un concurso, pero no fue un tema nuevo para ellos porque ya lo veníamos trabajando desde el año 2009. En lo personal opino que este tema, como muchos otros, debe ser depositado en los niños como esperanza para lograr una sociedad mejor. Constantemente somos bombardeados por noticias de la crónica policial que nos horrorizan y paralizan como personas y como grupo humano, por lo tanto, para lograr un posible cambio se debe por comenzar a transformar las mentes y las ideas de aquellos que a veces viven a diario este tipo de abusos”, cuenta la maestra Giovanna Fredes.

“Los niños lo tomaron como algo natural y el trabajo fue continuo con todo lo que ya habíamos trabajado durante estos casi dos años. Este trabajo no es tan sólo conceptual, sino que se lleva a la práctica durante todo el tiempo que compartimos juntos, tanto que ellos mismos son los que destacan las igualdades entre ellos y explican cuando algún compañero nuevo realiza alguna observación sobre el uso de colores, por ejemplo, o de juguetes, o de juegos, o alguna expresión de alguna forma,  por ejemplo el baile, poniendo como principal requisito que todos somos seres iguales en derechos y que podemos disfrutar de nuestra vida como nos plazca, siempre y cuando no ofenda o dañe a otras personas”, dice la maestra.

El poema surgió entre los alumnos de sexto año. Quisieron dejar plasmado que ellos en la escuela reconocen a todos por igual y que para ellos es algo natural. Como ganadores del primer premio en su categoría, la escuela recibió un Smart tv y cada niño una mochila con útiles escolares: “El premio fue una gran sorpresa; estaban felices. Para ellos el participar ya era un premio y lo que deseábamos era, desde el aula, transmitir este mensaje a las familias para que apoyen a los niños a ser, por sobre todas las cosas... que es lo que buscamos como personas, como padres, como maestros... Queremos que los niños aprendan a ser personas de bien y que eso va por sobre todas las demás cosas”.