Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca

En Cardona, la actividad se hizo al aire libre en un local de feria. La intención fue que los jóvenes tuvieran un momento de disfrute, ya que era su primer encuentro presencial en tiempos de Pandemia. Asimismo se buscó reconocer la importancia de las juventudes rurales, instalar el tema en la agenda pública y reflexionar sobre diferentes ejes temáticos propuestos.

La actividad se realizó en forma articulada con la Intendencia de Soriano, el INJU, la UTU, el municipio de Cardona, el Plan Agropecuario y el Instituto Nacional de Colonización. Hubo momentos de reflexión pero también actividades de integración y esparcimiento, una merienda compartida y un cierre artístico musical.

Nahuel Yerpo tiene 19 años, estudia sexto de Arte en el Liceo de Cardona y ayuda a sus padres que tienen tambo, a ordeñar y hacer el queso. Además es artista, hace rap. Desde hace dos años lo hace frente al público. Y, como era de esperarse, el joven deleitó con su actuación a todos los jóvenes rurales que participaron del encuentro. Dicen que siempre está dispuesto, cuando lo convocan a rapear.

Como a todo joven, hay temas que le preocupan. Cuenta que está preocupado por la estabilidad laboral de sus padres, que trabajan para una estancia que en estos momentos está en venta: “Si tuviéramos que irnos a la ciudad, no sabríamos qué hacer con los animales, ni qué pasaría con todos los proyectos que teníamos”, dice. Otro tema que le preocupa es el uso de agrotóxicos.

Sueña con ayudar a sus padres a poner una cabaña y a que puedan tener sus animales propios. “Obvio que me quiero independizar, pero igual me gustaría que ellos tuvieran su campo y saber que siempre puedo venir, para no perder las costumbres del campo, porque se extraña mucho cuando se está mucho tiempo en el pueblo”, dice.

Andrea Tabárez, otra de las jóvenes que participó del encuentro, es estudiante de bachillerato en la Escuela Agraria de Cardona. Nació en la ciudad, donde cursó primaria hasta quinto año. Luego, por razones laborales de sus padres, se mudó al campo. Allí termino la primaria y comenzó la secundaria, para lo que debía trasladarse en micro: “Recuerdo que con mi madre todos los días hacíamos 4 kilómetros y medio en moto para esperar el micro y así poder ir a estudiar a tiempo. Ahí fue cuando tuve más vínculo con el campo”, cuenta la joven.

“En los tiempos libres o los fines de semana, me iba con mi padre a recorrer ganado o cambiar parcelas, alambrar, entre otras tareas y ahí fue cuando me empezó a interesar y gustar más el campo, profundizar en los temas de cultivo, pasturas y ganadería, que son los temas de mi mayor interés”, dice Andrea.

Sobre el encuentro, dice que se divirtió mucho: “En la jornada nos divertimos, algunos de mis compañeros les trajo nostalgia, recordando los juegos que realizábamos en la escuela. Nos dieron una charla motivándonos a que nosotros mismos nos animemos a crear proyectos relacionados con el agro y a involucrarnos en cursos y concursos”.

“Reflexionamos que muchos de nosotros hemos estado haciendo el esfuerzo y el sacrificio de salir temprano de nuestras casas, tanto en micro, en ómnibus o a caballo para poder venir a estudiar. También que muchos de nosotros queremos involucrarnos más en el agro, en cursos específicos para jóvenes sobre esquila, manejo de pasturas y otros”, dice la joven.

Como joven rural, le preocupan varios temas: “me preocupa mucho el mal uso, desproporcionado de químicos, también el uso excesivo del pastoreo, y que no le damos el valor suficiente al medioambiente y a la naturaleza; a pesar que tenemos adelantos en tecnologías e información, creo que el ser humano tiene que ser más tolerante y menos egoísta con el lugar donde vive y de lo que vive”.