Garrapata en bovinos

La ley permite enviar ganado con garrapata a faena, pero exige responsabilidad estricta

El MGAP recuerda que los productores pueden mover animales parasitados únicamente cuando van a frigorífico y con la notificación sanitaria correspondiente, en un contexto de crecientes exigencias de los mercados y riesgo de residuos en carne.

Desde el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) se insiste en la necesidad de reforzar las buenas prácticas en el uso de productos garrapaticidas y en el cumplimiento de los tiempos de espera, al tiempo que recordó una herramienta clave prevista en la normativa: la ley permite enviar a faena animales con garrapata, siempre que el veterinario de libre ejercicio notifique el hallazgo dentro de los plazos establecidos.

En entrevista con Servicios Ganaderos, el doctor Carlos Fuellis, adjunto a la Dirección General de Servicios Ganaderos (DGSG), explicó que esta posibilidad legal —incluida en la Ley 18.268— no busca promover el envío de ganado parasitado, sino evitar prácticas inadecuadas, como aplicar tratamientos a animales ya prontos para faena.

“No hay impedimento para enviar a faena animales con garrapata. La condición es comunicar al servicio oficial mediante el formulario correspondiente. La ley da una herramienta más para cumplir buenas prácticas sin presionar al productor a medicar animales ya terminados”, afirmó.

El riesgo inmediato: los residuos en carne y leche

Fuellis advirtió que los hallazgos de residuos no conformes en carne o leche —producto del uso incorrecto de productos veterinarios— son uno de los principales problemas asociados a la garrapata y tienen una solución inmediata: respetar etiquetas, dosificaciones y tiempos de espera.

“La adopción de buenas prácticas tiene un efecto inmediato. No es ambicioso decirlo así”, sostuvo. “Usar productos registrados, calibrar las herramientas de dosificación, considerar el peso real de los animales y eliminar correctamente los envases evita no conformidades que comprometen a todo el país”.

El jerarca insistió en que la información debe registrarse en la planilla sanitaria, no en libretas sueltas o calendarios, para que el veterinario que certifica la faena tenga datos verificables. “El productor registra todo; el desafío es llevarlo al documento oficial”, agregó.

Pérdidas económicas invisibles y mercados en riesgo

Aunque la DGSG no define políticas comerciales, Fuellis remarcó que el impacto económico de la garrapata es innegable. C citó estudios que estiman pérdidas de hasta 80 kg por animal al año con cargas medias de parásitos, una merma muy superior al costo sanitario anual por hectárea.

Pero el riesgo mayor está en el frente externo. Uruguay exporta cerca del 60% de su producción cárnica a China, un mercado extremadamente sensible a los residuos.

“Un error evitable puede poner en riesgo un mercado entero”, advirtió Fuellis. “Nuestro director, Marcelo Rodríguez, lo dijo claramente: perder acceso por un incumplimiento sería peor que lo ocurrido en 2001–2002”.

Productores y veterinarios: una ecuación de trabajo conjunto

Fuellis reiteró que el veterinario de libre ejercicio es un actor fundamental en este proceso, tanto para asegurar el cumplimiento sanitario como para optimizar costos y resultados productivos.

“Cuando se combinan la disponibilidad de productos, el conocimiento del veterinario y la voluntad del productor, aparece un plan sanitario que convierte la inversión en un ganar-ganar”, afirmó.

Según el jerarca, avanzar hacia una cultura de registro, orden sanitario y planificación permitirá a los productores proteger su predio, cuidar sus ingresos y defender los mercados del país, mientras se sostiene un esfuerzo nacional para disminuir la parasitosis y los riesgos asociados.

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